La Unidad Móvil Asistencial (UMA), que parte todas las noches desde el Centro Ciudadela (Eduardo Víctor Haedo y Martín C. Martínez) para atender a adictos en situación de calle, atendió en dos meses a unos 70 adictos.
La UMA comenzó a circular el año pasado, con el objetivo de llegar a aquellos adictos que no logran mantener un tratamiento de desintoxicación y permanecen en las calles consumiendo droga.
Muchos de los adictos piden comida, asegura la enfermera Nora Olivera, ya que solamente se dedican a consumir pasta base.
"Podemos iniciar tratamientos médicos en el móvil con una enfermera y un médico. Nos encontramos con usuarios que por diferentes motivos se cortan, al punto que hemos tenido que desinfectar heridas de este tipo, suturar e iniciar un tratamiento de antibiótico, todo en el móvil", detalló la enfermera que coordina al grupo.
La UMA cuenta con dos médicos, un psicólogo, un educador, dos choferes y la enfermera, que además es la coordinadora del grupo.
El equipo se reúne de martes a sábado en el centro de atención a adictos, desde donde parten a realizar un recorrido previamente establecido. Trabajan de 19:00 a las 00:00 horas.
El equipo realiza tests rápidos de embarazo, sida y sífilis, pero el principal reto es que los usuarios de drogas mantengan los tratamientos.
El objetivo es atender a la población en condiciones de alta vulnerabilidad que no accede a los servicios y a la atención institucional. A su vez, se realizan coordinaciones con otras instituciones.
Según informa la Junta Nacional de Drogas, el equipo a veces no llega a recorrer todo el barrio, ya que los propios adictos se acercan para ser atendidos.
"Nos están esperando, necesitan cosas, plantean demandas y peticiones, como puede ser un trámite de obtención de cédula para gente que está en calle, la perdió hace años y nunca más la volvió a solicitar", señaló la coordinadora.
Según la Junta, se busca prestar especial atención a los aspectos culturales y artísticos.
La Unidad atiende principalmente a hombres y de edades variadas, llegando a adictos que hace 10 años consumen pasta base y no tienen ningún tipo de sostén familiar.
Olivera comentó el caso de un adicto que, luego de acceder ir a un refugio, logró estabilizarse y ya está trabajando. Otros, dijo, están teniendo entrevistas para obtener trabajo.
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