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Asonada y saqueos en Malvín

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En el asentamiento, al fondo de la Calle 24, jóvenes desguazan auto. Cerca, un carrito de supermercado. Foto: D.Borrelli.

Dos minutos fueron suficientes para que una horda de una treintena de personas, entre ellos mujeres y niños, saquearan un supermercado en Malvín Norte por un valor cercano a $ 500.000.

Investigadores policiales y vecinos de Malvín Norte señalaron a El País que el saqueo fue liderado por 15 individuos que viven en un asentamiento ubicado a unos 500 metros del supermercado asaltado (Iguá y Calle 30).

La mayoría de las personas que ingresaron al supermercado lo hicieron con la cara tapada por cascos y camperas con capuchas porque sabían que dentro del local había cámaras filmadoras. En cambio, los menores no intentaron cubrir sus rostros.

El origen de la asonada y posterior saqueo del local comercial fue una eventual violación a una niña realizada por un individuo mayor que vivía en el asentamiento.

La Policía no tiene registro de ese supuesto hecho ilícito, dijo a El País el jefe de la Zona II (Malvín Norte), Mario DElía.

Furiosos, una decena de jóvenes del asentamiento incendiaron y desarmaron el rancho del supuesto violador. Al grupo se sumaron otros residentes del asentamiento. A través de las calles 24 y 25, la horda se dirigió hacia Iguá.

Allí volcaron los contenedores para evitar el paso de vehículos. Luego rompieron con piedras el vidrio Blindex del supermercado y con un gato u otra herramienta hidráulica subieron en segundos la reja de la entrada del supermercado.

Solo en la reposición de vidrios rotos, el supermercado debió gastar US$ 10.000.

Si no puede ver el video haga click aquí 

Un video muestra como, en dos minutos, una treintena de personas roban mercaderías, dos cajas registradoras, bicicletas, cajas de helados y electrodomésticos del supermercado, entre otros productos. Por ejemplo, un solo individuo cargó un carro completo de botellas de whisky.

Fuentes del caso indicaron a El País que el ingreso al local se dio con mucha violencia, lo cual asustó a los pocos funcionarios del supermercado que se encontraban en el lugar.

La encargada, el tesorero y dos funcionarios del local se escondieron en el fondo del supermercado.

En las filmaciones se aprecia como personas se llevaban más mercaderías de las que podrían cargar. Entraban y salían varias veces del supermercado. Ello lleva a pensar a los investigadores policiales que los ladrones utilizaron un vehículo para cargar la mercadería robada.

En la huida, los saqueadores se dirigieron hacia el asentamientos por las calles 24 y 25. Voltearon todos los contenedores de ambas vías de tránsito para obstaculizar una posible persecución policial.

DElía dijo que el saqueo "no fue organizado" y señaló que la respuesta policial fue rápida porque el primer movil llegó a los dos minutos después que los delincuentes abrieran las puertas del supermercado.

"El arribo rápido al lugar se debió a que, desde hace tiempo, implementamos en la zona un operativo preventivo", explicó el jerarca policial.

En el lugar, la Policía detuvo a cinco individuos, cuatro adultos y un menor. La jueza de 9° Turno, Blanca Rieiro indagará hoy a los detenidos. Lo mismo hará la Justicia de Adolescentes con el menor capturado.

Según operadores judiciales e investigadores policiales, los delincuentes incurrieron en delitos como hurtos y asonada (protesta a través de cortes de calles).

Sin embargo, la Justicia hoy no aplica el delito de asonada por haberse aprobado una reforma constitucional.

Esta no es la primera vez que el supermercado es saqueado. En 2002, un grupo de delincuentes robó en el local. Dos policías resultaron heridos.

Rapiñas.

Varios empleados del supermercado saqueado dijeron a El País que trabajan con temor porque éste fue rapiñado en varias oportunidades.

Un funcionario dijo a El País que tiene miedo cada vez que sale de noche porque las rapiñas son algo normal en la zona.

A unos 300 metros del supermercado saqueado, se encuentra la esquina de Iguá e Hipólito Yrigoyen, donde ocurrieron más rapiñas en todo el país entre enero de 2011 y julio de este año, según datos del Ministerio del Interior presentados en el Senado el martes 18.

El informe ministerial expresa que en dicha intersección de tránsito sucedieron 136 asaltos a transeúntes y a vehículos.

Entre el temor y mudarse de barrio.

"El barrio está hecho un asco. Hace 40 años que vivo acá con mi esposa y no me puedo ir. Lo máximo que puedo sacar por mi casa son US$ 50.000 y no compro nada en un lugar decente". Así se expresó el vecino Carlos López, empleado.

López dijo que solo obligado anda de noche por las calles del barrio. "El foco del problema es un asentamiento cercano. Allí hay un grupo de 15 a 20 muchachos que nadie les baja el copete", señaló.

Escuchar disparos en el barrio es moneda corriente. Poco después del saqueo al supermercado, se oyeron varios tiros en la calle Iguá.

DElía señaló que desconocía la existencia de los disparos y dijo que éstos no se debieron a un enfrentamiento entre la Policía y delincuentes.

En la mañana del martes 25, también se escuchó un tiroteo en el asentamiento, según López.

Algunos vecinos llevan adelante distintas estrategias de sobreviviencia. Se las conoce como "la táctica del mono": las manos tapan los oidos y se mantiene los ojos cerrados. "Lo que ocurre en Malvín Norte son chispazos de inseguridad. Es una zona muy tranquilia de día y que se complica de noche. Pero el barrio lo hace uno. No ver, no mirar y no escuchar; eso es lo mejor", dijo Luis, el propietario de un pequeño negocio ubicado cerca del supermercado.

Marcela Villazán, empleada de un residencial, dijo a El País que Malvín Norte "está peor que nunca. A mí nunca me robaron pero sí a mis vecinos".

Villazán relató que, días atrás, se suscitó un tiroteo en un almacén ubicado a poca distancia de su casa. Su pareja debió ingresar otra vez porque corrió riesgo de vida. "Salís a la calle y ves cómo se matan como si nada. No les importa si hay niños cerca o no", expresó.

Andrea, de profesión comerciante, dijo que el 99% de los pobladores de Malvín Norte son personas de trabajo. "Hay un problema enorme de adicciones", dijo.

En el asentamiento, jóvenes desguazan auto. Cerca, un carrito de supermercado. Foto: D.Borrelli.
En el asentamiento, jóvenes desguazan auto. Cerca, un carrito de supermercado. Foto: D.Borrelli.

vea los videosEDUARDO BARRENECHE

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