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Ascenso y caída libre: Sendic vuelve al llano

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Plenario del Frente Amplio. Foto: Fernando Ponzetto

Subió veloz al podio del FA y hoy se aleja derrotado.

Corría el mes de diciembre de 2004 y la vida política de Raúl Sendic transcurría sin mayor suerte. Acababa de perder la banca en Diputados, se repartía el liderazgo con otros dirigentes del 26 de Marzo y, apesadumbrado, se disponía a volver a la militancia de vaquero y championes. Aún soñaba con cambiar el mundo, siempre con el don y el pecado de ser el hijo de. Entonces, la llamada del hombre del momento torció su destino: el presidente electo, Tabaré Vázquez, le ofrecía la vicepresidencia de Ancap, tal vez un rol más importante de lo que su trayectoria justificaba.

Aceptó, y la decisión le implicó la salida del 26 de Marzo, reticente a que sus miembros integraran el gobierno que ya en ese entonces criticaban. Sendic fue a buscar apoyo pueblo a pueblo, entre las agrupaciones del 26 en el interior, y de su siembra nació Compromiso Frenteamplista. Fue un 16 de julio de 2005. Augurando un futuro brillante, a la lista le pusieron un número que fuera fácil de recordar: 711.

Tres años secundó a Daniel Martínez en Ancap, hasta que en 2008 Martínez pasó al Ministerio de Industria y él se quedó con la presidencia del ente. Al año, un nuevo enroque lo puso al frente de Industria y en 2010, con José Mujica como presidente, volvió a la titularidad de Ancap, cargo que ocupó hasta 2013.

Sus compañeros le seguían los pasos con ilusión. Aplaudían las inversiones en ALUR y los acuerdos con Venezuela. De a poco se fue arrimando gente al sector. Veían en él un hombre sin un gran carisma, pero sí con genuinos deseos de cambiar el país. Su obsesión era diversificar la matriz productiva. Como líder permitía la amplitud de ideas.

Para 2014 la 711 era una lista con vida propia y lo demostró en la elección interna del FA. Una campaña de 700 mil dólares los catapultó al primer lugar, imponiéndose incluso al MPP. De repente, todos los ojos se posaron sobre Sendic. "No cabe ninguna duda de que siempre hay que apostar a la renovación (…) Y (Raúl) Sendic tiene una especie de glamour por la historia del padre, por la mística", dijo Mujica luego de que Vázquez anunciara que lo elegiría como su compañero de fórmula. Así, Sendic se metía en el podio frenteamplista. Encarnaba la historia y contagiaba futuro. Nadie podía imaginar lo que iba a suceder.

Aquellos tiempos eran para Sendic los buenos tiempos. Su juventud y su simpatía a veces se daban de bruces con su torpeza de oratoria, pero no había nada que una larga sonrisa no pudiera solucionar. Hizo campaña pegado a Vázquez, más asintiendo que proponiendo, más halagando que tomando protagonismo, un silencioso escudero de una elección que, hasta la primera vuelta, y en virtud de lo que marcaban las encuestas, sería difícil. La realidad marcó otra cosa y en primera vuelta el Frente Amplio logró el 47,8% de los votos. El tercer gobierno era casi un hecho.

Ya como vicepresidente, Sendic dejó pasar los primeros torpedos que le lanzaba la oposición por los flancos abiertos que había dejado en Ancap. Pero a mediados de 2015 las críticas se trasladaron a una comisión investigadora en el Parlamento, y de allí a la Justicia. El primer año de gobierno cerraba con la noticia de que el gobierno tendría que desembolsar US$ 622 millones para asegurar la supervivencia de Ancap. Aquel que había ascendido como un meteorito, ahora flotaba peligrosamente y empezaba a dar señales de bajar.

En cuestión de un año y medio, la imagen de Sendic se desplomó. En febrero de 2016, El Observador reveló que no tenía el título de licenciado en Genética Humana que había ostentado. Desmintió a la prensa, dijo tener el título, pero no lo pudo probar. Ya herido, con varios frentes internos, una sangría de políticos abandonando la 711 y el índice de antipatía de la sociedad en aumento, Búsqueda y Radio Carve exhibieron en junio una serie de compras personales que Sendic había hecho con la tarjeta corporativa de Ancap. El Tribunal de Conducta Política del Frente le propinó el golpe de gracia.

En la noche del viernes, luego de reunirse con los que todavía le son leales, Sendic les anunció que meditaría en su fuero íntimo los pasos a seguir en el Plenario. Con las primeras luces de la mañana les llegó el mensaje de la renuncia. Sendic vuelve al llano. Si lo dejan, se lo volverá a ver en la militancia de vaquero y championes. Dicen que todavía sueña con cambiar el mundo.

En el nombre del padre y del FA, pero no alcanzó.

Por ser el hijo de Raúl "Bebe" Sendic, y con el caudal de sus años de militancia, Raúl Fernando Sendic podría ser hoy, a sus 55 años, uno de los candidatos que el Frente necesita para suceder a los viejos dirigentes. El partido todo, con el presidente Vázquez a la cabeza, jugó todas las fichas a él en 2014. Sin embargo, su proyección política duró lo que un suspiro.

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