Publicidad

La aprobación de los 4 presidentes de la región

Compartir esta noticia

Según una encuesta de Equipos Mori difundida ayer, a un mes de su asunción, más de la mitad de los uruguayos aprueba la gestión de Tabaré Vázquez. ¿Cómo está con respecto a sus colegas regionales?

Aunque supieron tener cifras de aprobación récord, las presidentas Dilma Rousseff (Brasil) y Michele Bachelet (Chile) enfrentan ahora una situación muy compleja en cuanto a su relación con la opinión pública. En ambos casos, uno de los disparadores parece haber sido un caso de corrupción cercano a la mandataria. 

En Chile, la encuesta Adimark ubicó a Bachelet con la peor aprobación de su historia, apenas 31%.

Paralelamente, en Brasil se esparcía una cifra aún peor: la adhesión al gobierno de Dilma Rousseff, también presidenta por segunda vez, se desmoronaba: sólo el 12% de los brasileños considera que es "bueno o muy bueno", según un sondeo de Ibope elaborado para la Confederación Nacional de la Industria (CNI). Son 28 puntos porcentuales menos que en diciembre del año pasado.

La diferencia con Bachelet es que Dilma lleva recién tres meses de su segundo mandato, golpeado fuertemente por el "petrolão", un caso de corrupción que investiga la justicia brasileña en el cual hay más de 50 políticos involucrados, incluidos la base de apoyo y exministros de la gobernante. Los tribunales indagan el supuesto desvío de 3.700 millones de dólares de la estatal Petrobras para pago de sobornos y de campañas políticas entre 2004 y 2012.

La gestión de Dilma, según la encuesta, es considerada "pésima" por el 64% de los consultados y "regular" por el 23%, mientras que el 74% desconfía de ella y sólo el 24% confía. "La pérdida de popularidad se dio con alta intensidad en todos los estratos encuestados", concluyó la empresa que efectuó el estudio.

El escándalo de corrupción incentivó a que miles de brasileños salieran a la calle en 65 ciudades del país el 15 de marzo pasado. En las masivas manifestaciones, muchos pidieron el juicio político para la presidenta.

Si bien Dilma dijo a la agencia Bloomberg que está "segura de que Petrobras resolverá todos sus problemas para fines de abril" (ver aparte), hay otro flanco que se suma al desplome de la imagen de Dilma: la pésima situación de la economía, que podría cerrar este año, según expertos, con una contracción muy cercana al 1% y una inflación de 8% y más. Hoy Brasil tiene, además, el peor déficit primario desde 1997 y un desempleo en alza de 5,9%.

El ajuste fiscal que inició el gobierno tras los números en rojo de 2014 ha sido insuficiente, y el ministro de Economía, Joaquim Levy, llamó ayer al Senado a aprobar las nuevas medidas que propuso el Ejecutivo, "ahora, rápido, para evitar un castigo del mercado" e impedir la tercera suba en el número de cesantes. Las medidas contemplan contener el gasto público y eliminar incentivos tributarios y subsidios a diversas áreas.

En Chile los indicadores de la economía tienden a ser más positivos luego de un año de estancamiento. El desempleo bajó a 6,1%, se proyecta que habrá recuperación económica hacia fin de año y sólo preocupa la proyección al alza de la inflación que hizo el Banco Central, sobre 4% para 2015. Sin embargo, los escándalos políticos tienen tanto a la derecha como al oficialismo bajo investigaciones judiciales que involucran a sus máximos líderes.

Uno de los casos más importantes es el "Nueragate" o caso Caval, en el que está involucrada Natalia Compagnon, esposa de Sebastián Dávalos, el hijo mayor de Bachelet, por posible tráfico de influencias y uso de información privilegiada en una venta de terrenos.

En el otro caso "Pentagate", con su arista SQM (Soquimich), se investigan la financiación ilegal y de emisión de boletas falsas para campañas electorales de autoridades de todos los sectores, entre 2007 y 2012.

"Los casos Caval, Penta y sus ramificaciones a Soquimich han producido fuerte impacto en la opinión pública, como muestra este estudio, afectando no sólo al gobierno, sino también a la oposición, a la clase política en general y muy particularmente a algo que hasta ahora parecía incombustible: la figura de la presidenta", advirtió Adimark, la encuestadora que hizo la evaluación entregada ayer.

La gobernante chilena alcanzó el mínimo de respaldo ciudadano, al caer ocho puntos desde febrero, incluso más bajo que el 35% de 2007, cuando echó a andar el Transantiago, un bochornoso y fracasado sistema de transporte público en la capital que causó gran malestar ciudadano.

Todos los atributos de Bachelet cayeron y también su apoyo en todos los estratos socioeconómicos. Además, ante la pregunta específica de cómo evolucionó su evaluación después del caso Caval, el 59% dijo que empeoró.

vea la infografíaLA NACIÓN|GDA

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad