Fuerte operativo tras un robo culminó con ocho detenidos

Miedo. Esa es la sensación de los vecinos que viven en Carrasco Norte y que son azotados diariamente por la delincuencia del barrio. El mismo lugar donde mataron de un tiro en la cabeza a Heriberto Prati el pasado 1° de octubre.

El domingo sobre las 13:00 horas aproximadamente, una mujer fue víctima de otro asalto. "Ella estaba en el fondo de la casa cuando el ladrón ingresó por el frente", relató un familiar a El País.

"En determinado momento se da cuenta que había movimiento en la parte delantera de la casa, por lo que decidió entrar y encerrarse; ahí fue cuando vio al ladrón tratando de ingresar", comentó el familiar.

El delincuente, al ver que no podía acceder a la vivienda porque las puertas estaban trancadas, comenzó a romper los vidrios de una ventana.

La dueña de la vivienda logró escapar y pidió ayuda a los vecinos de la cuadra.

"Escuché los gritos y el ruido, y me imaginé que estaban robando; a la señora no la vi, pero llamé a la Policía. Yo no quise salir", señaló a El País Marlene, que vive a escasos metros de la casa robada.

Luego de que los vecinos asistieron a la mujer que había salido corriendo, dieron aviso a la Policía, que llegó "casi de inmediato", indicaron.

El ladrón, además de romper varios vidrios de las ventanas, también se robó una cartera, luego huyó.

Un patrullero inició la persecución del delincuente, desembocando en la calle Horacio Acosta y Lara, esquina Avenir Rosell. Allí se encuentra el asentamiento que los vecinos de la zona denuncian como el "germinador de los ladrones".

"Es que es así, nacen ahí, son de ahí, cada vez que nos vienen a robar sabemos que son ellos", afirmó Roberto, un vecino que vive en el complejo de viviendas ubicado justo frente al asentamiento.

Los policías que siguieron al ladrón tuvieron que detener su marcha cuando una ola de piedras arrojadas desde el asentamiento cayó sobre ellos.

El delincuente ingresó en una de las viviendas y quienes se encontraban allí, no dejaron que los efectivos entraran para atraparlo.

La lluvia de piedras terminó con un policía herido en la cabeza. A los pocos minutos, otros patrulleros llegaron al lugar, y también fueron apedreados.

Los oficiales lograron detener a ocho personas mayores de edad, pero solamente cuatro declararon ayer ante la Justicia. Al cierre de esta edición, los dos hombres y dos mujeres detenidos seguían prestando declaraciones en el juzgado.

Por su parte, el policía herido se encuentra en recuperación, dijeron las fuentes.

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