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A los 77 años un uruguayo cruzó América en avioneta

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Mientras duró el festival, Domínguez durmió en una carpa junto al Cesna.

Ayer Leonel Domínguez partió desde Oshkosh, una pequeña ciudad del estado de Wisconsin, con rumbo a Nueva York. Va en un avión Cessna 182 P, de los que llevan cuatro personas apretadas o dos y algunos kilos de carga.

Con 77 años de edad, el piloto es uno de los más veteranos de la aviación civil uruguaya. Recién a los 65 años comenzó a aprender volar y a cumplir algunos sueños que aún le quedaban en el debe, según contó.

Su "vuelo bautismo" fue en el "avión de Puritas", una aeronave utilizada para publicidad que sobrevolaba las playas. Logró convencer al piloto para que lo llevara a dar una vuelta.

Salieron desde Melilla, pegaron la vuelta en Atlántida y al bajar se inscribió en el curso de piloto privado. En nueve meses se recibió de piloto privado y al año compró su primer avión.

Desde aquellos primeros días cerca de los aviones, los pilotos privados le hablaban de un festival anual que se desarrollaba en Oshkosh, un pueblito de 70.000 habitantes fanáticos de la aviación privada.

Pasaron los años y Domínguez hizo nuevos cursos, se entrenó y el 17 de julio pasado llegó sano y salvo a Oshkosh, siendo el primer uruguayo en ingresar a ese festival, según los datos que él pudo conseguir.

Allí, se encontró con 10.000 aeronaves de los más diversos modelos y varios miles de personas ansiosas de conocer aventuras aéreas.

Durante el desarrollo del festival el pequeño aeródromo de la ciudad se convierte en el aeropuerto más congestionado del mundo, según destaca la crónica del portal especializado volemos.com.uy.

Se trata de una situación que obliga a los pilotos a tener mucha precaución y utilizar todos sus conocimientos para evitar problemas.

Para llegar al festival, Domínguez se tomó nueve meses. Puso a punto el avión, lo que implicó cambiar el motor y ajustar todo el equipamiento hasta los mínimos detalles.

La autonomía del Cessna 182 P, un modelo del año 1974, es de apenas 900 kilómetros por lo que Domínguez armó un plan de vuelo compuesto de 18 escalas y 12 días de vuelo.

Junto a su copiloto, José Luis Amicone, un piloto retirado de la Fuerza Aérea Uruguaya, tuvieron que diseñar una compleja red de abastecimiento que incluyó pequeñas localidades de varios países.

"Conocimos ciudades que apenas figuran en el mapa", aseguró el piloto a El País.

Domínguez comentó que en el viaje de ida no hubo mayores dificultades, salvo algunas lluvias que lo hicieron volar con instrumentos. La vuelta será distinta. Realizará varias parada y volará por la costa.

Ayer recorrió los 684 kilómetros que separan Oshkosh de New York para cumplir con la primera etapa de vuelta a casa. Todavía no se sabe cuándo llegará a Uruguay, tal vez el retorno pueda concretarse en 13 o 14 días, dependiendo de la situación meteorológica.

Espera.

En Montevideo lo aguarda un grupo de pilotos que admira su coraje y energía.

Su amigo, Guillermo Peña, es su copiloto habitual, tiene 71 años de edad y ayer monitoreaba los movimientos del avión de Domínguez mediante un rastreador satelital.

"A esta hora están llegando al estado Pennsylvania", confirmó en la tarde de ayer el copiloto de Domínguez a El País. En los últimos años la dupla de aviadores ha recorrido gran parte de América Latina.

"Cruzamos ocho veces la cordillera de los Andes, fuimos dos veces a Ushuaia. En uno de esos vuelos nos agarró un viento de 50 nudos, parecía que llegábamos nunca", narró Peña.

Una máquina de 1974

El modelo Cessna 182 P de Leonel Domínguez es un avión ligero, monomotor de cuatro plazas.

El piloto uruguayo de 77 años utiliza un modelo fabricado en el año 1974 con "pocas horas de vuelo", según confirmó el copiloto habitual, Guillermo Peña.

Cuenta con un motor de 230 caballos de fuerza, lo que le permite movilizarse unos 900 kilómetros, aunque algunos modelos tienen un alcance que supera los 1.400 kilómetros, según las condiciones meteorológicas del momento.

La velocidad máxima que puede desarrollar el Cessna 182 P es de unos 320 kilómetros por hora y alcanza una altura máxima que no obliga a utilizar mascarillas de oxígeno.

Tiene una longitud de 8,8 metros, una envergadura total de 11 metros y su altura es de 2,8 metros.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Mientras duró el festival, Domínguez durmió en una carpa junto al Cesna.

Comenzó a volar a los 65; participa en el principal festival aéreo de EE.UU.PABLO MELGAR

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