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El último año, 1.000 madres donaron 4.000 litros de leche

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Primera leche que llega al bebé prematuro es la de su mamá. Foto: Archivo El País

Las “madrinas” uruguayas que le salvan la vida a los bebés prematuros.

Cerca de 1.000 madres de todo el país donaron en 2016 unos 4.000 litros de leche para más de 2.600 niños, según datos brindados a El País por bancos de leche materna de Montevideo y el interior.

En el Hospital Pereira Rossell y el centro de recolección del Banco de Previsión Social, en la capital, 2.199 niños recibieron leche de 650 madres, las que donaron 3.423 litros a lo largo del año. En este hospital es una cifra que ha crecido en los últimos tres años: en 2014 se contó con el apoyo de 516 mujeres donantes y en 2015 se llegó al techo de 650.

En Paysandú, fueron 28 madres las que pudieron abastecer a 59 receptores. Donaron 255 litros. En Tacuarembó —en tareas de recolección en las cuales participó el Ejército y contando con procesadores "de primera calidad"— se obtuvieron unos 420 litros de unas 300 mujeres, lo cual benefició a 350 niños.

Los pacientes a los que se les suministra son nacidos internados (CTI e intermedio). "La primera leche que le llega al prematuro es la de su propia mamá. El problema es que esa madre está sufriendo un gran estrés por la situación de su hijo", comentó Laura Fazio, nutricionista del Banco de Leche del Pereira Rossell y consultora en Lactancia Materna.

Según apuntó la experta, la leche materna previene de un mejor modo problemas intestinales de los niños y ayuda a una mejor digestión.

"Es una leche especial que hace que estos niños se superen antes", anotó.

Historias.

Hace dos años, Claudia tuvo un varón. La primera parte del proceso fue todo un desafío. "Me ordeñaba y me daba justo. Tenía que ordeñarme muchas veces para poder llegar a una mamadera. Era un sacrificio", contó.

Cuando nació su segunda hija, en agosto, empezó a generar bancos de leche para cuando empezara a trabajar. Y, de repente, se dio cuenta que ordeñaba más leche de la que su hija necesitaba. "Ahí pensé en donarla", puntualizó.

Noelia lo hizo cuando nacieron sus dos hijas: Serrana (8 años) y Alfonsina (4). "Me di cuenta que tenía un excedente de leche muy grande", dijo. Llegó a donar cuatro litros por semana.

Cuando llegaban los médicos a su casa de Las Piedras, solo le pedían un mínimo de 200 centímetros cúbicos. "Y vos decías: ¿Por tan poquito vienen? Y contaban que sí, porque con poco se podía alimentar a muchos niños", comentó.

La donación, que es anónima, tiene un enorme significado . "Sabía que estaba haciendo algo que otras mamás no podían y eso es todo un orgullo. Es maravilloso", comentó.

Para Claudia tiene una significación especial porque una amiga suya tuvo un hijo prematuro. "Yo dono algo que a mí y a mi hija le sobra y logro algo muy fuerte. Y es algo que sale de adentro tuyo, no es que estás donando ropa", sostuvo.

Cómo lo hacen.

En el Pereira, las madres que deciden donar llaman por teléfono al 2706 60 50. Lo pueden hacer todas las mujeres "sanas" a las que, estando en etapa de lactancia, su producción exceda las necesidades de su hijo.

Las madres deben completar formularios en los que piden datos como a qué hora se ordeña la madre y en dónde. Con ellos, se busca asegurar leche "de buena calidad".

Se le llevan frascos estériles en los que deposita la leche. Luego, debe ponerlos en el congelador. A los 15 días, se va a buscar la leche y se descongela. Luego, médicos controlan su calidad fisicoquímica y la pasteurizan: un proceso en el que inactivan todos los microorganismos patógenos que pudiera haber en la leche.

Finalmente, la leche se enfría y un médico la deja en cuarentena, durante 48 horas, para realizarle un nuevo control microbiológico. Si no presenta ninguna anormalidad, puede consumirse.

En Uruguay hay una línea telefónica (095 646 262) en la que se atienden entre 10 y 15 llamadas por día. Se realiza apoyo a la lactancia materna, tanto a familias como a técnicos de salud.

"Hacen preguntas por técnicas de amamantamiento, legislación por el tema de la donación", señaló Fazio, quien hoy está a cargo de dar esta información.

Algunos centros funcionan como lugares de recolección y difunden información a las madres. En el de Paysandú, por ejemplo, brindan talleres que ayudan a las mujeres que tienen dudas sobre lactancia.

Separados de sus padres durante los primeros días.

Los bebés prematuros son separados de sus padres y colocados en incubadoras. Los avances en neonatología han permitido reducir la mortalidad de bebes de forma significativa en todos los países desarrollados.

La incubadora mantiene la temperatura corporal del prematuro y, al mismo tiempo, lo aísla del entorno para reducir el riesgo de que contraiga infecciones.

Las madres que aportan su leche literalmente ayudan a salvarle la vida estos niños, que luego pueden hacer una vida perfectamente normal.

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Primera leche que llega al bebé prematuro es la de su mamá. Foto: Archivo El País

BANCOS DE LECHE MATERNA

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