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Ancap está analizando dejar venta de alcoholes

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Labat: admite que "hay un buen trabajo". Foto Francisco Flores
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Bajará gradualmente el porcentaje de mezcla de etanol que hoy encarece $ 2 el litro de nafta.

El Directorio de Ancap analiza la posibilidad de desprenderse del negocio de fabricación de bebidas alcohólicas, repelentes y perfumes, y de la participación que su subsidiaria Petrouruguay tiene en la extracción de gas natural en la provincia argentina de Neuquén en asociación con YPF, informó a El País Diego Labat, director nacionalista de la empresa pública.

Personalmente, Labat es partidario de que de alguna forma Ancap se desvincule del negocio de la fabricación de bebidas alcohólicas. Este negocio le supone pérdidas de algo menos de US$ 1 millón al año, lo que hace factible que aparezcan interesados, considera el ejecutivo. "Yo creo que no tiene sentido que Ancap esté fabricando bebidas alcohólicas", señaló.

Distinto es el caso de la división de cemento, que en 2015 arrojó pérdidas por unos US$ 30 millones y que este año repetirá un rojo muy similar. Hace quince años que no da ganancias. "Yo lo que digo es que no tiene sentido que el Estado produzca cemento a pérdida. Como Directorio nos hemos comprometido a presentar antes de fin de año un plan estratégico que nos lleve a una zona de no pérdida en muy breve plazo. En cemento, uno tiene que ver de dar vuelta rápidamente los números para poder hacer otra cosa. (...) Capaz ahí sí el Estado comience a desprenderse de ese negocio. Pero hoy cerrarlo no es viable. No parece haber compradores para (la división) cementos de Ancap con los costos que tiene. Hay que intentar uno mismo hacer la reconversión", sostuvo.

Ancap tiene dentro de contenedores un horno para montar la planta de cemento que funciona en Paysandú y que costó US$ 80 millones. Instalarlo requeriría US$ 100 millones en obras civiles.

"El problema es que hoy no tenemos mercado. Entonces, ¿tiene sentido destinar US$ 100 millones para instalar ese horno y no saber a quién venderle el cemento? No sé si Ancap lo va a poder vender. Yo digo que no hay que descartarla (la inversión en montaje). Hoy no hay que hacerla", opinó Labat.

A su juicio, ahora la prioridad debe ser poner más énfasis en conseguir más compradores para el cemento y reformular la organización del trabajo.

Con respecto a la planta de cal que funciona en Treinta y Tres, que costó US$ 150 millones y que comenzó a estar operativa en agosto, Labat señaló que no hay manera de que no arroje pérdidas porque tiene un solo cliente, la central eléctrica de Candiota en Brasil. "Ya hubo que mandar US$ 50 millones a pérdida. Somos absolutamente dependientes de un único cliente que si mañana nos bajara el precio tendríamos que aceptarlo porque no tenemos a quien venderle. Es un mal negocio al que de verdad no le veo mucha perspectiva (...) No veo fácil que aparezca un comprador para ese negocio. Cerrarlo tampoco es la solución. El negocio para mí va a ser perdidoso. Hacerlo funcionar puede hacer que las pérdidas no sean tan graves. En eso se está trabajando. Hay que buscar más clientes", sostuvo Labat.

Sincerar ALUR.

El director blanco entiende que en el caso de ALUR se deberían sincerar los subsidios que recibe para saber cuánto cuestan.

"Lo primero que digo es que los resultados no son positivos. El balance da ganancia, pero se fija un precio que cubre todos los costos con lo que hay una suerte de corrección de los números para que den un poquito de ganancias.

¿Cuál es el verdadero indicador de los resultados de ALUR? El precio que Ancap paga el etanol y el biodiesel es bastante más caro que las referencias que tenemos. Lo que tenemos que lograr es hacer un proceso continuo que permita que sus costos se bajen a niveles mucho más bajos", entiende Labat.

En ese sentido, Ancap ya decidió llevar al mínimo legal el etanol que mezcla con la nafta (del 10% al 5%) porque el actual porcentaje encarece en $ 2 el costo del litro del combustible convencional. Similar proceso ya comenzó con el biodiesel.

Otros negocios de Ancap serán sometidos a revisión, como la distribución de gas natural por cañería en el interior (consorcio Conecta) que tuvo pérdidas por US$ 12 millones en 2015 y que implica un subsidio para los 5.000 consumidores de US$ 600 anuales. Lo que ocurra dependerá de si se construye la regasificadora, sostuvo Labat.

Al mismo tiempo Ancap busca vender su negocio argentino Carboclor (petroquímica) que el año pasado arrojó pérdidas por US$ 5 millones o, al menos, asociarse con otra empresa para seguir el negocio.

Para Labat, Ancap debe centrarse en los combustibles. "Uno de los problemas de estos diez años de malos resultados es no haber tenido foco en el negocio central. Se ha querido hacer todo lo que se podía y eso a uno lo desconcentra", dijo.

Moderación salarial

En sus convenios salariales Ancap debería considerar que varias de sus actividades deben ser consideradas "en problemas" y por lo tanto otorgar aumentos salariales restrictivos, opina Labat. "Si uno termina cerrando un negocio puede ser mucho peor que un aumento salarial un poco más ajustado", considera. El nuevo convenio con ALUR, aunque mejoró con respecto al originalmente planteado, es igualmente malo y se perdió una oportunidad de enviar una señal distinta, opinó.

Contribuyentes la capitalizan en US$ 100:

El director blanco de Ancap reconoce que la empresa comenzó a transitar un camino de mejoría que puede arrojar resultados positivos a mediano plazo, pero no cree que se pueda decir ya que está mejor. Los mejores resultados obedecen a que el dólar ha estado bajo y a que el petróleo barato no se trasladó a los consumidores a través un combustible más accesible. Esto en los últimos doce meses supuso una capitalización hecha por los consumidores a la empresa pública de US$ 100 millones. "Hay un buen trabajo en equipo ahora. En algunos ámbitos me gustaría ir más rápido, pero yo entiendo que hay consciencia de la urgencia que tiene la situación con Ancap", reconoce Labat. Pero advierte de la fragilidad de la situación. "El mejor indicador de lo bien que funcione la empresa serán los precios relativos nuestros con respecto a posibles competidores o posibles precios de importación. Y hoy estamos 35% arriba en las naftas y un 55% en gasoil con respecto a Argentina, Brasil y Chile. Entonces ese es el principal indicador de que no estamos bien", enfatiza.

"Yo creo que no es el camino correcto resolver todos los problemas que ha tenido en los últimos años Ancap vía precios. Hay que intentar resolverlos de forma más genuina. Es difícil resolverlos rápido pero es a lo que hay apuntar", opina.

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