El hombre era amigo de la fallecida que aspiraba a ingresar en la Policía.

Un hombre de 26 años confesó ante la Policía de Canelones haber violado y asesinado a Flavia Álvez, una joven de 22 años que vivía en la localidad de Toledo y que era buscada desde el viernes 15 de julio.

Flavia, madre de dos hijas pequeñas, de 1 y 3 años de edad, había salido de su casa el viernes "a hacer un mandado" con Alfredo N., según relató a El País Sergio Álvez (55), padre de la joven.

Alfredo, que tiene antecedentes penales por hurto y es adicto a la pasta base, usualmente pasaba el día en la casa de la familia Álvez, "tomando mate y charlando con nosotros. Era amigo de mi hija pero nada más que eso, no eran pareja ni nada que se le parezca", aseguró Sergio.

El viernes, Flavia había recibido el subsidio del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y realizó un surtido de alimentos en un comercio de la zona.

"Llegó a casa contenta. Estaba con una amiga tomando mate y yo andaba por acá en la vuelta. Me preguntó si no la ayudaba a cocinar un guiso, y yo le dije que sí, que no había problema", contó Sergio.

Después de haber planificado la cena, a la puerta de la humilde casa que se encuentra en las inmediaciones de la Ruta 6, llamó Alfredo. Hacía frío, pero eso no fue impedimento para que Flavia acompañara al hombre a realizar un mandado, como aseguró.

Después de eso, la joven desapareció. No volvió a casa. La cena no se concretó.

Al cabo de cierto tiempo, la familia de Flavia comenzó a preocuparse. El sábado por la mañana, Sergio y María, hermana de la joven, fueron en su búsqueda.

Primero comenzaron a caminar por un campo cercano a su casa, y luego, alertados por un vecino de la zona "por movimientos extraños de una camioneta", según Sergio, comenzaron a rastrillar un lugar boscoso, cercano a una plantación de frutillas.

La camioneta, según pudo identificar la Policía, pertenecía a un hermano de Alfredo.

Sergio ingresó en ese predio. Caminó menos de una cuadra siguiendo un camino que estaba marcado por huellas de caballo y de ruedas de vehículos. Había mucho barro, porque había llovido.

"Venía caminando y la vi abajo del árbol, en realidad no la vi directamente a ella, sino que vi una campera roja en el piso y supuse que era. No me dio el coraje para entrar a verla, salí del campo con mi otra hija que todavía no la había visto, y pedí que llamara a la Policía; de camino a casa, me crucé con un vecino al que le pedí que viniera a reconocer a mi hija", contó Sergio mientras señalaba el sitio exacto en el campo donde fue encontrada Flavia.

Efectivamente el vecino constató que era la joven desaparecida.

Flavia estaba boca abajo, con golpes en la cara y un corte en el cuello. Había sangre en su cara. Vestía una campera roja y un pantalón deportivo. Junto a ella había una pipa de pasta base que fue usada como evidencia ante la Justicia. Según las pericias forenses, la joven fue violada, golpeada y asfixiada.

Ayer mientras la recorrida que El País hizo por el campo acompañando al padre de la joven, se encontró uno de los zapatos que le faltaban a la fallecida. Estaba a unos metros de donde fue encontrado el cuerpo. Sergio aseguró que "seguramente lo perdió en la pelea por sobrevivir".

El viernes de noche, antes de ser detenido por la Policía, Alfredo intentó quitarse la vida.

"Yo misma lo acompañé al hospital, me quedé con él porqué estaba pasando algo muy feo", contó a El País Ana Castro, madre de Alfredo.

"Al otro día, el sábado de tarde, me enteré que había hecho esto con la chiquilina", prosiguió, y agregó: "Ahí me fui y lo dejé solo".

La madre dijo que Alfredo fue detenido en el hospital.

Fuentes policiales dijeron a El País que en caso de que la Justicia dictamine el procesamiento con prisión de Alfredo N., "habrá que ver dónde se lo pone, porque el ex marido de la fallecida también está preso y seguramente quiera cobrar venganza por lo que le hizo a la mujer, hay que ser precavidos", indicaron.

PADRE HALLÓ EL CADAVER EN UN CAMPO DE TOLEDODIEGO PÍRIZ