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Las mujeres que hicieron de Sao Paulo una metrópolis global

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Mujeres de San Pablo
Malek, Mariana

Mujeres

Una autora brasileña exploró las historias de 18 mujeres que ayudaron a la transformación de una de las ciudades más importantes de Brasil.

La aristócrata Veridiana Prado y la pintora negra Maria Auxiliadora son algunas de las mujeresque combatieron el ostracismo, el machismo y la misoginia para hacer de Sao Paulo uno de los centros económicos y culturales de Latinoamérica.

El legado de Veridiana (1825-1910), Auxiliadora (1935-1974) y de otras 16 mujeres más lo acaba de rescatar la autora Alana Carvalho en su libro "Mujeres de Sao Paulo".

La obra arroja luz a la vida y trayectoria de mujeres que marcaron la ciudad de Sao Paulo, como Veridiana Prado, quien fue obligada a casarse con su propio tío a los 13 años de edad, pero se atrevió a desafiar la patriarcal sociedad brasileña del siglo XIX al divorciarse.

La aristócrata solía además vestirse como quería y siguió causando shock al tomar las riendas de su propia vida.

Tras el divorcio, erigió un palacete en su nombre, que pronto daría origen al noble barrio paulista de Higienópolis, y se convirtió en la primera mujer en dirigir un periódico en Brasil, "O Comercio de Sao Paulo".

"Doña Veridiana dejó un legado increíble para la ciudad. Las primeras conversaciones sobre la Semana (de Arte Moderno) de 1922 pasaron en su casa. Fue además la primera mujer en fundar un periódico", pero "la gente simplemente no lo sabe", dijo en una entrevista con Efe la autora del libro.

Mujeres conocidas y anónimas

Entre las 18 mujeres presentadas figuran algunos nombres más conocidos de la escena cultural o científica de la ciudad, como Lina Bo Bardi (1914-1992), la arquitecta italiana que dio vida al icónico Museo de Arte de Sao Paulo (MASP) o Pérola Byington (1879-1963), activista que da nombre al principal hospital en salud de la mujer de la urbe.

Sin embargo, también hay personajes menos conocidos, como Monica Tarragó, que desde 2012 dirige el exitoso ballet de Paraisópolis -la segunda mayor favela de la capital paulista-, y Micaela Vieira, una partera negra muy conocida y buscada en el siglo XIX pero que tuvo "los registros de su vida borrados por completo" de la historia.

"La falta de informaciones precisas, documentos o cualquier registro fotográfico de Micaela Vieira causan una impotencia e indignación absurdas", dice la introducción del capítulo dedicado a su figura.

Y es que, según consideró la autora, la escasa información sobre esas mujeres es un "reflejo directo de quiénes han registrado la historia a lo largo del tiempo: los hombres". "Y ellos las fueron borrando", sostuvo Carvalho.

Otra de las miles de mujeres que cayeron en olvido fue la pintora Maria Auxiliadora, una artista negra, nieta de esclavos y autodidacta que desafió la burguesía y el arte canónico con su estilo muchas veces considerado "ingenuo" o "primitivo" de retratar la vida cotidiana y la cultura afrobrasileña.

Además de enfrentarse al machismo que imperaba en la época, Auxiliadora también fue discriminada por ser negra, a punto de un crítico cultural calificarla como una "empleada doméstica que ha cambiado la aspiradora por los pinceles" tras la inauguración de una de sus exposiciones en 1970, según recuerda el libro.

"En el caso de Maria Auxiliadora -que es una mujer, negra, de un barrio periférico, nieta de esclavos y siempre en una condición humilde- realmente no hubo interés de la historia ni de la historiografía canónica por su trabajo", destacó en una entrevista con Efe el investigador y comisario del MASP, Fernando Oliva.

Ilustración de Maria Auxiliadora
Ilustración de Maria Auxiliadora

Prejuicio y olvido

Las historias de Veridiana Prado y Maria Auxiliadora no son excepción sino la regla en un mundo que sigue operando bajo la influencia del "prejuicio, del machismo y de la misoginia", resaltó Oliva.

"Más allá del olvido casi total, como es el caso de Maria Auxiliadora, tenemos también una situación de miradas sesgadas, reductoras y que no dan cuenta de la complejidad y de la ambición que esas mujeres tuvieron", señaló.

Es el caso de la icónica pintora Tarsila do Amaral (1886-1973), una de las pioneras del Modernismo brasileño, y de Lina Bo Bardi, la arquitecta del MASP y cuya obra fue eclipsada por su marido Pietro Maria Bardi, quien dirigió el museo paulista por 45 años.

"La historia oficial fue construida por un grupo que es mayoritariamente formado por hombres, blancos, heterosexuales y de la elite", dijo el comisario del MASP, que apuesta desde 2016 por contar historias "en el plural" para precisamente dar voz a los artistas que fueron relegados por el arte tradicional.

Así, en 2018 el Museo recuperó la vida y obra de Maria Auxiliadora en el marco de las "Historias Afro-Atlánticas", que supuso la primera exposición dedicada a la pintora en cuatro décadas, y, en 2019, la de varias mujeres olvidadas, enmarcadas en las "Historias Feministas". 

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