Desde muy temprano, la argentina Tamara Pons (22) usó el transporte público y se movió a todos lados sola. Las situaciones de acoso que vivió en la vía pública —y las que escuchó de otras mujeres— la impulsaron a crear “Mamá Llegué”, un emprendimiento de llaveros de defensa personal bautizado con la típica frase que tranquilizó a su madre cada vez que volvió a casa.

“Como mujer me di cuenta la manera con que naturalizamos el miedo a salir a la calle, porque desde chica pasé situaciones feas”, contó la joven de Lomas de Zamora, ciudad ubicada al sur de la Región Metropolitana de Buenos Aires.

El emprendimiento, que empezó por instagram, se inspiró en una tienda estadounidense dedicada a la defensa personal para mujeres. “Empecé a investigar cómo podía traer aquellos artículos al país, vi que era muy complicado, así que busqué cada cosa acá y fui creando los diseños a mi gusto”, detalló Tamara, quién estudió diseño gráfico y elaboró cada detalle de su propia marca.

En noviembre de 2021 estrenó su emprendimiento y tuvo tanto éxito que ahora exporta a México, España y países de la región, incluyendo Uruguay. Con el crecimiento, implementó nuevos elementos —como colitas de pelo que incluyen un tapa vasos para evitar la alteración de la bebida en fiestas o ocasiones sociales— y sus clientes ahora pueden crear sus propios kits de defensa personal.

Personalizables, cada llavero (a partir de US$ 30) puede traer distintos objetos: gas pimienta, linterna, alarma de 140 decibeles, corta cinto, un gatito que en realidad es una manopla, un kubotán –arma de defensa personal japonesa– y una tarjeta navaja, además de un pompón decorativo y una cinta que contiene a todos los ítems.

También ideó llaveros infantiles “preventivos e inofensivos”. Vienen con una alarma y un localizador bluetooth, que permite alertar cuando esté en una situación en la que se sienta intimidado o en peligro. “El adulto puede enseñarle que si se acerca alguien que le molesta, o si se siente incómodo con un extraño, haga sonar la alarma”, comentó.“El localizador tiene 60 metros de alcance y está bueno en situaciones en que vas con niños a la playa, shopping o plazas, para cuidar el tema de distancias, porque a veces decís ‘quedate acá cerca’, te das vuelta dos segundos y ya no lo encontrás, para eso está. Lo conectás a tu celular y cuando se desconecta el bluetooth, porque el niño se alejó mucho, se activa un alarma en el celular y un alarma en el localizador, entonces al niño le va a sonar y a la persona adulta también”, explicó.

Para Tamara, más allá del uso particular de cada elemento del llavero, el aspecto más importante del accesorio es hacer sentir acompañada a la persona que lo lleva. “Salir y no sentir que estás a merced de lo que te pueda pasar allá afuera, sino que tenés una chance de defenderte. Que si te llega a pasar algo, vos tengas, literalmente bajo la manga, una oportunidad de defenderte y de poder contarla, de llegar a casa y avisar a tu madre, a tu padre, a tu pareja, o a tus amigas, que llegaste bien”, afirmó.

En ese tiempo recibió relatos de quienes compraron y le dieron uso al llavero: “Es algo muy conmovedor, y que al mismo tiempo me entristece, el comprobar que en realidad la situación en la calle es muy peligrosa”.

Acerca de las críticas que recibe en relación a algunos ítems del llavero, como por ejemplo el kubotan y la navaja, la joven aclaró: “Creo que mucha gente está negada a ver la realidad de lo que ocurre afuera, quizás no están al tanto de los casos de secuestros y femicidios, pero son una realidad, no solo acá en Argentina, sino en todos lados. El hecho de que una persona tenga elementos para defenderse, no es generar ni motivar violencia, es tener prevenciones para cuidar la propia vida. Pienso que las mujeres, los hombres y cualquier persona que sienta vulnerabilidad y miedo de salir a la calle, tiene el derecho a llevar un llavero de defensa personal”, aseveró.