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Conacotex, conocé a las mujeres que lideran "La fábrica de las túnicas"

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Mujeres

Instaladas en el Parque Tecnológico del Cerro, ellas crearon la Cooperativa Nacional de Confecciones Textiles; fabrican desde túnicas, deportivos y uniformes hasta fundas para sillones.

El trabajo paga. Despúes de dedicarle tres años a la Cooperativa Nacional de Confecciones Textiles (Conacotex), hoy las mujeres que la lideran están felices. Cumplen con todas sus obligaciones sociales, tienen un sueldo y comenzaron a adquirir máquinas para seguir avanzando.

La fábrica de las túnicas”, como se conoce en el Polo Tecnológico del Cerro (PTI), no sólo campeó la pandemia, sino que sumó productos. Y cuando las túnicas y uniformes hicieron una pausa y se cancelaban los pedidos, ellas no bajaron los brazos: comenzaron a hacer tapabocas.

Desde abril de 2020 hasta ahora, del taller de Conacotexsalieron más de 20.000 unidades de barbijos. Cuando no les daban las manos para seguir cosiendo, pero se habían comprometido con las entregas, compartieron el pedido con sus vecinas de la Cooperativa Social de la Costura.

“Generar solidaridad con otras compañeras siempre nos pareció importante”, remarcó Rosana Ceresa, una de las pioneras de la cooperativa y agradeció que a ellas también les hayan tendido una mano.

En el momento que el PTI les aprobó su proyecto cooperativo y su plan de negocios, Conacotex obtuvo su espacio físico. “Accedimos a un lugar y debíamos construirle las paredes. Le hicimos una carta a la Brigada Solidaria Agustín Pedroza del Sunca (Sindicato de la Construcción), planteándole nuestra situación y nos ayudaron. Luego los compañeros de AUTE, del sindicato de UTE, hicieron la instalación eléctrica”, recordó. Ellas también “pusieron mano”: pintaron, cargaron máquinas, “hicimos de todo”.

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El primer pedido grande llegó gracias al gremio de la pesca, que encargó túnicas escolares para repartirlas entre los hijos de sus trabajadores. Tomaron impulso. Armaron una página de Facebook y comenzaron a promocionar sus servicios.

Aunque les quedó el mote de “La fábrica de las túnicas”, hoy la cooperativa hace de todo, desde uniformes de trabajo hasta fundas para sofás, pasando por equipos deportivos, mamelucos, camperas, delantales o camisas. Todo lo que le encarguen.

“Queremos trabajo, tomamos desde pedidos chicos de particulares a otros de empresas al por mayor”, dijo Cereso.

“Logramos que mucha gente optara por la confección nacional, nosotras promovemos defender la industria local, porque cuando se compra un producto uruguayo se conserva un puesto de trabajo”, enfatizó.

De ser custodias de máquinas, pasaron a ser propietarias, recibieron donaciones y sueñan con poder rematar alguno de los instrumentos que hoy están en el taller “para no quedar sin herramientas”.

Nury Pelaes, Rosana Ceresa, Cristina Bracco, Carina Zeballos, Luz Clavijo, María Bracco, María Rivero (en la foto), Graciela Rivero, Eli Ceresa y Valeria San Martín hoy son más que compañeras de trabajo, son amigas. A partir de mañana comenzarán a contar su historia de la mano de Placebo Agencia que, tras conocerlas, documentó su historia.

“Me siento una mujer feliz, yo hago lo que me gusta”, expresó María Rivero. Y agregó: “Tremendo cuadro tenemos, hemos pasado mucho juntas”. Ella es quien rememoró cuando se decían “ya va a sonar el teléfono, ya van a llegar los pedidos”.

“La túnica de mis hijos se la hicieron mis compañeras”, remarcó con orgullo Carina Zeballos. A su turno, Nury Pelaes, que también le hizo las túnicas y jardineras a sus nietos disparó: “Esto es un sueño cumplido, ahora que venga el trabajo”.
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Dónde

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El taller está en el Parque Tecnológico del Cerro (PTI), Haití 1590. La cooperativa está abierta de lunes a viernes de 7.30 a 16.30 horas. A través de redes sociales, contestan consultas sin horarios estrictos. Contacto: 2 318 0087.

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