Realeza

Hace poco más de dos meses, el príncipe Harry y Meghan Markle anunciaron el nacimiento de Lilibet, su segunda hija. Tras haber mantenido en secreto los nombres de los padrinos, rompiendo así una tradición de la corona, el duque y la duquesa de Sussex van por más.

A diferencia de lo que ocurrió con Archie -bautizado en 2019 en la Capilla San Jorge-, harían un ceremonia privada en Estados Unidos para la beba.

Pese a los informes que aseguraban que el bautismo de Lilibet Diana Mountbatten-Windsor sería en el Castillo de Windsor frente a la reina Isabel II, el príncipe Harry y Meghan Markle tendrían otros planes. De acuerdo con el especialista en realeza Richard Fitzwilliam, la ceremonia se haría en los Estados Unidos.

“[El príncipe Harry y Meghan Markle] harán las cosas a su manera con Lilibet. Parece muy probable que el bautismo de la beba será en el estado natal de Meghan y en secreto, sin la controversia que rodeó al de Archie”, señaló Fitzwilliam al sitio Express.

Para sustentar sus dichos, Fitzwilliam aseguró que a eso responde otra acción singular del príncipe y Meghan: nunca han publicado una imagen de su hija en público. Y de acuerdo con el especialista en realeza eso es una prueba de la firme decisión de la pareja de no exponerla.

Semanas atrás, en paralelo con el descubrimiento de la estatua en homenaje a Lady Di, algunas fuentes indicaban que el príncipe Harry y Meghan Markle bautizarían a su segunda hija en el Castillo de Windsor. Sin embargo, eso parece no tener asidero. La biógrafa real Angela Levin aseguró que el duque de Sussex estaba poniendo a la Reina en una ‘posición difícil’ al esperar que asistiera al bautismo de Lilibet.

Con su inquebrantable intención de que la ceremonia sea de carácter privado, el príncipe Harry y Meghan Markle también marcan una notable diferencia con los Duques de Cambridge: el príncipe William y Kate Middleton bautizaron a sus hijos George, Charlotte y Louis en ceremonias multitudinarias y les permitieron a los medios cubrir cada evento y tomar fotografías.