Realeza

El duque de Edimburgo se encuentra hospitalizado desde el martes pasado en el hospital King Edward VII en Londres. Al principio, desde Buckingham informaron que su internación era solo un asunto de precaución debido a un malestar menor y sin importancia. Sin embargo, la afirmación pasó a ser unaincógnita en cuanto a la verdadera gravedad del estado de salud delduque cuando este sábado su hijo el príncipe Carlos hizo más 200 kilómetros para visitar a su padre tan solo por media hora.

De acuerdo con los medios británicos, Carlos llegó desde Gloucestershire hasta Londres -en un viaje de tres horas- alrededor de las tres y media de la tarde del sábado. Quienes pudieron verlo de cerca, tal como cuenta el Daily Mail, aseguraron que a la salida de la institución el príncipe tenía los ojos rojos y humedecidos como si hubiera estado llorando.

La visita en sí y las visibles lágrimas provocaron una reacción doble entre los británicos. Por un lado, se despertaron las dudas acerca del verdadero estado de salud de Felipe –si no fuera nada grave, ¿por qué el príncipe manejaría tres horas para una visita de treinta minutos?-. Consultada por el Daily Mail, la especialista en realeza Penny Juno dijo: “Todos sabemos que al duque no le gusta el alboroto y lo cierto es que él sabe que una visita así es motivo de preocupación y especulaciones”.

Por otro lado, las críticas no tardaron en llegar debido a lo injusto que parece que Carlos haya podido visitar a su padre hospitalizado sin ningún inconveniente cuando miles de británicos no han tenido el privilegio de acompañar a sus familiares enfermos debido a la pandemia.

Se espera que Felipe continúe internado esta semana para observación y descanso.