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Apunte de cata: Los vinos de Fernando Doño

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Fernando Doño en Las Croabas Foto: Leo Mainé

Sabor Express

El especialista en vinos de Eme, Eduardo Lanza, nos trae una columna en la que repasa el trabajo de la familia Doño en el almacén de vinos Las Croabas.

A principios de los 60 y desde Valentines, Benjamín Doño vino con su esposa a vivir a Montevideo. Consiguió empleo en un cambio, pero le tiraba tener su negocio propio. En 1966 se le presentó una oportunidad y puso un local para vender vinos. Se instaló en la Av. Rivera casi Av. Soca y lo bautizó con el curioso nombre de Las Croabas.

Su hijo Fernando ya dobló el codo de los 50 y junto a su padre regentean este "almacén de vinos", como a ellos les gusta llamarlo. Le encanta dibujar y pintar como forma de aliviar el estrés y dejar de lado las preocupaciones más inmediatas. Pero ellas no lo dejan y simplemente comienzan a decantarse y a desaparecer, a medida que sobre el papel se despliegan los trazos de su pintura. Cursó estudios en la Escuela Agraria de Sarandí Grande pensando en dedicarse al campo, pero su padre precisaba ayuda – sobre todo en los fines de semana – cuando el movimiento del mostrador se incrementa.

Esas incursiones esporádicas le mostraron algo nuevo. Le gustó tratar a los clientes y a ellos les agradaba ser atendidos por el joven Doño. Hoy, ya son casi tres décadas de atender el negocio familiar y aunque el campo quedó en las añoranzas, de vez en cuando se escapa hacia el Valentines de sus padres, allá en la divisoria entre Treinta y Tres y Florida donde recarga sus pilas.

Las Croabas Foto: Leo Mainé
Las Croabas Foto: Leo Mainé

Sus vinos

Inquieto como es y hace ya un tiempo, Fernando pensó que un buen diferencial para el almacén de vinos, sería contar con vinos propios. Le hizo un planteo a Reinaldo de Lucca y acordaron empezar con un par de tintos. Así nació primero el Animus y luego el Bravura que era un blend de Sangiovese, Tannat y Nero d’Avola. Ambos se vendieron bien y eso le provocó probar con otras bodegas. Para estos vinos se precisaban nuevas etiquetas y Fernando se entusiasmó en diseñarlas. Una muy colorida y que le gusta recordar, es la que lució el Cosecha Única tinto elaborado por Edgar Santero.

Detrás de la botella la segunda etiqueta decía: “La 2015 fue una extraordinaria cosecha, la misma inspiró a que Las Croabas y Quinta Santero incursionen en el apasionante mundo de los Blends, dando origen a este venturoso corte de Ancelotta, Arinarnoa, Marselan y Tannat”. Debajo lucía la firma de Fernando Doño. Al día de hoy, Las Croabas tiene a la venta vinos de tres bodegas: Domaine Cassis, Ariano Hnos y J. Toscanini e hijos.

Una visita fructífera

El Ing. Agr. Sebastián Ariano cuenta de cómo comenzó su relación con Las Croabas: “Un día había que entregarles un pedido y faltó el repartidor. Yo debía ir para ese lado de la ciudad y se lo llevé. Esperando que Fernando me atendiera, miraba las etiquetas y algunas no las reconocía. Nos pusimos a charlar, me contó que le gustaba dibujar y que a veces lo hacía para las etiquetas de sus vinos por encargo. Me interesó saber más y lo invité a venir a la bodega, a probar nuestros tintos y ver si con alguno lo podía tentar. Vino en una linda mañana del mayo último y probando distintas combinaciones, su preferido fue un corte con 30% de Tannat de Paysandú, más un 30% de Tannat y un 40% de Cabernet Sauvignon, ambos de El Colorado. Luego me dijo, te dejo a ti que me hagas otros dos. Se los hice, los aprobó e hicimos nuestro primer negocio”.

La venta online de las bodegas

Los canales tradicionales – supermercados y tiendas de vinos – se han repartido la venta al público, con las diferentes improntas de cada uno.

Ahora las bodegas han desarrollado su propio canal de venta online. Se imponía preguntarle a Fernando, cuánto afecta al minorista este nuevo tipo de comercio:”Hasta donde yo sé y si la organiza la propia bodega, esto tiene un buen efecto para posicionar la marca. No puedo afirmar que sea un aporte sustancial al volumen de sus ventas. En ese sentido no nos hace mella que lo promuevan, porque muchas veces el consumidor viene a comprarnos, los mismos vinos que le ofrecieron a través de las redes”.

Las grandes superficies

Dos grandes cadenas hacen una vez al año, un par de semanas de venta con precios muy bajos y esto sin duda le hace mella al minorista. Él lo ve de esta manera: “Las ferias de vinos de los supermercados siempre afectan la venta al por menor, pero cada vez que aparecen, a nosotros nos obligan a redirigir la venta hacia otros vinos, que no participan de esas ofertas tan tentadoras. Y no está mal que suceda, ya que nos hace mirar hacia otras etiquetas y eso al cliente le gusta. Por otro lado es un par de veces al año y el nuestro, es un comercio de todos los días”.

La pandemia hizo vender otros vinos

No podía faltar, saber cómo incidió el COVID-19 en la venta de estos meses: “Con la pandemia sucedió algo inesperado y que no es explicable cien por ciento. Porque al comenzar el confinamiento, las ventas con entrega a domicilio subieron de forma exponencial y esto de alguna manera se entiende. Lo curioso es que los vinos blancos se subieron al podio y esto nos sorprendió mucho. Me quiero explicar este comportamiento inusual y lo hago al imaginarme al que compró, sentado frente a la tele y disfrutando unas copas de vino blanco, mientras espera la cena o el almuerzo. No es tan común que esto suceda con un tinto”.

Conocé a nuestro columnista
Eduardo Lanza EME
Eduardo Lanza

Es Ingeniero químico y experto en vinos. Su pasión lo ha llevado a visitar terruños, descubrir cepas y probar las más variadas etiquetas.

Es fundador de la Sociedad de Catadores. Escribe y enseña con el mismo placer que degusta un vino desde hace más de 20 años.

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