Sabor Express

El día martes 3, Bodega Garzón organizó un Zoom con su equipo técnico y el de marketing, para presentar una nueva añada del icónico Balasto 2018. Periodistas y referentes fuimos invitados a participar. Días antes, una botella del actor protagónico, había llegado a nuestras casas, en caja de madera y acompañada con una gran copa Riedel, para hacerle los honores correspondientes.

Un total de 23 participantes seguimos atentamente los comentarios del equipo responsable de su elaboración. Christian Wylie, Managing Director, y Nicolás Bonino, Marketin Manager, tuvieron a su cargo la moderación de las intervenciones y el ordenar las preguntas de los participantes.

En primer lugar el Ing. Agr. Eduardo Felix, presentó las condiciones climáticas y el manejo que en ese verano, hubo de realizar para conseguir este resultado tan excelente: “En el invierno 2017 no tubo temperaturas demasiado frías y la brotación arrancó temprano. Luego vino una primavera normal, con las lluvias habituales, pero al llegar el verano no hubo más. Al contrario, los rendimientos fueron magros y de racimos muy pequeños y no tuvimos ninguna enfermedad. En resumen puedo decir que fue una maravillosa vendimia”.

El Dr. Alberto Antonini, dirige y supervisa cada detalle del proceso y esta vez, desde su oficina en Empoli, Italia, dio las siguientes pistas para ilustrar lo que debe ser un tinto excepcional: “En nuestra visión un vino como el Balasto no es el del enólogo, es un vino de raíces y que tiene que ser un vino del lugar. O sea, el que mejor debe expresar y de forma más auténtica, el origen de la uva. Para lograr eso es fundamental que las vides generen unas raíces muy profundas, muy ramificadas, que le permitan a la vid, entrar en contacto con el suelo y con su microbiología, para extraerla junto a los minerales que nacen de la roca madre granítica. Son vinos que mucho nos gusta elaborar, porque los hacemos evitando la impronta personal, para dejar que la uva se exprese a través de ellos. En un caso como este, los técnicos debemos aplicar toda nuestra experiencia para permitir que esto suceda. Más que nada, cuidar que en el proceso no se produzcan desvíos que enmascaren la expresión frutal del terruño”.

Por su parte Germán Bruzzone, enólogo residente de Bodega Garzón, identificó los tres pilares fundamentales sobre los que se apoya un gran tinto como el Balasto: “Para elaborar un vino ícónico debemos prestar mucha atención a los tres pilares que lo sustentan. El primero y el más importante es la uva y su madurez. En un verano excepcional como el 2018, no hubo la sobre maduración que quita la frescura y distorsiona los aromas y el sabor. Otro pilar es la elección de las parcelas que van a dar forma a este vino Premium. El tercero es manejar gentilmente la fermentación, para no realizar una exagerada extracción de taninos que le quiten la elegancia que un Balasto debe tener. Y aquí hay otro factor a ser cuidado y es que el roble de su crianza, no sobrepase los aromas naturales que en el viñedo se han generado”.

Estos factores que los expertos señalan, dan una idea de la complejidad que conlleva elaborar un tinto ícono como el Balasto. Las parcelas del viñedo no dan la misma calidad de uva cada verano. El cambiante clima las hace reaccionar de forma diferente, pero algunas son más consistentes en su comportamiento y ellas son las que los técnicos deben identificar. Tal vez, ejemplificar con la composición del ensamblado ayude a entender mejor este concepto. En las cuatro añadas hasta ahora elaboradas, siempre el Tannat tuvo el papel de columna vertebral, con un porcentaje variable y aproximado al 50%. Ha sido secundado por el Cabernet Franc para darle frescura y elegancia, participando en el entorno del 25 al 34%. El Petit Verdot con su especiado y un Marselan sabroso y de intenso color, colaboraron en menor proporción. Y en 2018, el Merlot hubo de redondear el corte con apenas un 5%. Es como un rompecabezas, cuyas piezas cambian de forma cada año y que a pesar de ello, debe quedar perfecto y con una imagen muy bien definida.

En resumen el Balasto 2018 es un tinto moderno, sofisticado y de gran personalidad, en el que la fruta es la protagonista y el roble que lo acunó durante 20 meses, no es fácil de percibir. Esto es una peculiaridad que sin duda lo enaltece. Sus taninos jugosos y vibrantes le dan el cuerpo y la estructura necesaria. La sensación final es placentera y como siempre pasa con un gran vino, un sorbo pide el siguiente. Ideal para atesorarlo e ir viendo su evolución con el paso de los años.

Conocé a nuestro columnista

Eduardo Lanza

Es Ingeniero químico y experto en vinos. Su pasión lo ha llevado a visitar terruños, descubrir cepas y probar las más variadas etiquetas.

Es fundador de la Sociedad de Catadores. Escribe y enseña con el mismo placer que degusta un vino desde hace más de 20 años.