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La visión de Patricia Ortiz, la nefróloga que ahora lidera las bodegas argentinas

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Patricia Ortiz, presidenet de Bodegas de Argentina. Foto: La Nación / GDA.

NEGOCIOS

El consumo interno cayó, por lo que una de las apuestas fuertes es a la exportación, con China como un mercado a aspirar, según la presidenta de Bodegas de Argentina

Hace 16 años la vida de Patricia Ortiz dio un vuelco de 180 grados, cuando puso un pie en el mundo del vino comprando un viñedo en Tupungato, Mendoza. Lo que empezó casi como un hobby rápidamente se convirtió en un negocio, a partir de la oportunidad que les surgió poco después cuando la compañía californiana Kendall Jackson decidió retirarse de Argentina y poner en venta Tapiz, su bodega mendocina.

«Con mi marido éramos amantes del vino y nos gustaba viajar por el mundo visitando bodegas, así que siempre digo que vengo del lado del consumidor. Pero cuando surgió la oportunidad de comprar Tapiz nos dimos cuenta de que esto venía en serio», asegura Ortiz, que al poco tiempo colgó su trabajo como médica nefróloga —trabajó en el Hospital Francés, en Buenos Aires, y en el Jackson Memorial, de Miami, entre otros establecimientos— y también sus tareas sociales en la lucha contra las adicciones para dedicarse 100% al vino.

Su incursión en el negocio fue claramente exitosa. Hoy con su marido, el abogado Jorge Ortiz, tienen nueve viñedos en operaciones: siete en Mendoza, uno en Cafayate (Salta) y otro en San Javier (provincia de Río Negro), y cuentan con tres marcas: Zolo (que es su caballito de exportación), Tapiz (heredada de Kendall Jackson) y Wapisa (los vinos patagónicos).

Ortiz es desde hace unos meses presidenta de Bodegas de Argentina —la principal entidad que reúne a las bodegas que operan el país— y asegura que el futuro de su empresa y de la industria pasa por crecer en el exterior.

—El consumo interno viene en caída hace varios años. ¿Hay perspectivas de que mejore?

—En el último tiempo se amesetó, pero la realidad es que en cinco años perdimos el 20% del volumen y esto está impactando especialmente por el lado de los productores, con un sobrante importante de uva. El mercado externo tampoco ayuda, porque el retraso cambiario de los últimos años nos dificultó el acceso a nuevas plazas y la falta de inversión nos hizo perder terreno frente a otros competidores como Chile. Hoy somos por lejos el país productor que menos invierte en la promoción de sus vinos y tenemos una carga impositiva que es altísima y representa el doble de lo que tienen todos nuestros competidores del Viejo y el Nuevo Mundo. Un dato positivo es que la caída del consumo fue acompañada por cierta «premiumización». Hoy los que más sufren son los vinos del segmento más bajo, que compiten contra la cerveza, porque la gente está consumiendo menos vinos pero de más calidad. Igualmente, esta tendencia se frenó un poco en el último tiempo, porque hoy el tetrabrik está más barato que la cerveza y en un segmento tan «precio dependiente» el consumidor reacciona muy rápido.

"A Alberto Fernández parece que le gusta el vino"

-¿Qué perspectivas se ven con el cambio de gobierno?

-Alberto Fernández habló mucho en campaña sobre la importancia de apoyar a las economías regionales y la exportación como una salida para el país, así que somos optimistas. También vemos bien todo lo que se habló en materia de financiamiento para las pymes y esperamos que lleguen buenas noticias para nuestro sector que viene muy golpeado en los últimos años. Hay un dato positivo: a Alberto Fernández parece que le gusta el vino.

—Las exportaciones también están golpeadas y no crecen...

—El nuevo desafío de la industria pasa por Asia, lo que implica un esfuerzo extra para el sector que es volver a empezar casi de cero, porque China, que es el gran mercado, todavía representa grandes volúmenes pero con poco conocimiento por parte del consumidor. La verdad es que hay mucho por hacer. Volví de China hace un par de semanas y hay mucho trabajo por hacer. Con Wines of Argentina se está trabajando bien e incluso tenemos un representante allá de la industria, pero todavía no hay una imagen de país en China. Está todo por hacer.

—¿Cuales deberían ser los próximos pasos?

—Creo que hay que trabajar en todo lo que sea el turismo y combinando los esfuerzos con otras industrias para promocionar a la Argentina como un destino general, ligado al vino, a la carne, el fútbol y el asado. Y algo que nos ayuda es que Chile ya está más avanzado y por el lado geográfico nos sirve para que nos ubiquen como país. Somos los que estamos al lado de Chile.

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