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Uber y Lyft podrían desatar una ola de tecnológicas que salen a la bolsa

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«Uber está en el mismo entorno de números que Facebook y Google».

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Las disruptivas empresas de transporte probarán su valor de mercado abriendo su capital en la primera mitad del próximo año; otras como Airbnb y Slack podrían seguir sus pasos en poco tiempo.

«Uber está en el mismo entorno de números que Facebook y Google».
Plataforma. Según analistas, «Uber está en el mismo entorno de números que Facebook y Google».

Uber presentó de manera confidencial la documentación para abrir su capital en la Bolsa el jueves de la semana pasada y avanzó así oficialmente hacia lo que se espera sea uno de los debuts más grandes y más anticipados del mercado bursátil de la compañía tecnológica, según informaron dos personas con conocimiento del tema.

La empresa tecnológica de transporte entregó su documentación a la Comisión de Bolsa y Valores el mismo día que su rival Lyft presentó la suya, dijeron las fuentes, que pidieron anonimato porque no están autorizadas como voceras. Ambas compañías se apresuran a triunfar en los mercados públicos en la primera mitad del próximo año, en medio de un clima interesante para las ofertas públicas iniciales de acciones (OPI) en el sector tecnológico y las preocupaciones de una posible recesión económica. Uber y Lyft declinaron hacer comentarios para este artículo.

Los banqueros de inversión le han dicho a Uber, la mayor empresa del mundo en servicios de transporte, que podría valer hasta US$ 120.000 millones en una OPI. Si se concretara esa valoración, sería la mayor oferta pública desde que la tecnológica china Alibaba Group comenzó a cotizar en la Bolsa de Nueva York en 2014. También bajaría la capitalización de mercado de compañías más establecidas, como Goldman Sachs, situándola aproximadamente en el mismo valor que IBM o McDonald’s. Y probablemente traería enormes ganancias inesperadas para muchos de sus inversores, fundadores y empleados.

El mercado de inversiones prevé que Uber alcance un valor de hasta US$ 120.000 millones en una OPI. Lyft llegó a los US$ 15.000 millones en la última estimación.

También sería un gran salto en lo que los inversionistas privados pensaron que valía Uber. En agosto, cuando Toyota hizo una inversión de US$ 500 millones en la empresa, fue valorada en US$ 76.000 millones.

Se espera que Uber y Lyft desaten una ola de OPI por parte de otras nuevas empresas tecnológicas, muchas de las cuales se han demorado años en volverse públicas debido a la abundante disponibilidad de capital privado. Pero a medida que estas empresas maduran y sus primeros inversores presionan para retirar sus participaciones, muchas están preparándose para su debut en el mercado de valores.

Airbnb, la compañía de alquiler de habitaciones online, es una de las que han ocultado que también se preparan para convertirse en compañías públicas. Slack, una empresa de software de colaboración en el lugar de trabajo valorada en US$ 7.100 millones, hace poco contrató a Goldman Sachs para dirigir su OPI, dijo una persona con conocimiento de los planes. Slack se negó a comentar sobre la contratación de Goldman, que fue informada anteriormente por Reuters.

«Es como la graduación. Los adolescentes se han convertido en adultos», dijo Mamoon Hamid, un capitalista de riesgo en Kleiner Perkins Caufield & Byers. «La subida de precios (’bull run’) más larga de la historia ahora está culminando con una gran cantidad de OPI». Agregó que «Uber está en el mismo entorno de números que Facebook y Google».

Morgan Stanley y Goldman Sachs han presentado propuestas para hacer pública a Uber. Lyft —valorada por última vez en US$ 15.000 millones—, recientemente eligió a JPMorgan Chase para liderar su OPI.

Airbnb. La plataforma de alquileres temporarios es otra de las compañías tecnológicas que se encamina a volverse una empresa pública.
Airbnb. La plataforma de alquileres temporarios es otra de las compañías tecnológicas que se encamina a volverse una empresa pública.

En tanto, Uber se enfrenta a un gran obstáculo: no es rentable en absoluto. Al ser una compañía privada, no está obligada a informar sus ganancias, pero tiene la costumbre de hacerlo: perdió casi US$ 1,1 millones en el tercer trimestre, según informó el mes pasado.

Su director ejecutivo, Dara Khosrowshahi, se ha centrado en analizar los segmentos no rentables del negocio. Ha vendido operaciones en Rusia y el sudeste asiático, donde enfrentó una fuerte competencia de sus rivales locales, mientras se expandía a posibles nuevos negocios, como la entrega de alimentos y el alquiler de bicicletas y scooters.

Todavía se espera que los inversionistas de Wall Street y otros adquieran las acciones de Uber, dado que la compañía está creciendo rápidamente en un mercado de valores en consolidación. «El crecimiento de los ingresos es significativamente más importante que preocuparse por el resultado final en este momento», dijo Barrett Daniels, socio de Deloitte que asesora sobre las OPI.

Millonaria guerra para bajar precios

Lyft
La aparición de Lyft en el mercado atizó la competencia. 

Uber comenzó como un servicio de transporte para clientes de primer nivel en 2009. Era una quimera de Garrett Camp, un empresario que para dirigir la compañía eligió a un amigo, Travis Kalanick (quien el año pasado fue expulsado, envuelto en escándalos de acoso). La compañía llevó el servicio a numerosas ciudades avasallando las leyes locales, lo que causó tensión con las compañías de taxis, legisladores y reguladores establecidos. Cuando aparecieron competidores como Lyft, se acentuó la competencia por tarifas más bajas. Desde entonces, los rivales han gastado miles de millones de dólares en subsidios de tarifas para atraer personas a sus plataformas.

Negocio que se amplía a otras áreas

Uber opera en más de 600 ciudades en 63 países, brindando más de 15 millones de viajes por día. Aprovechando su rápido crecimiento, los capitalistas de riesgo y otros inversionistas le inyectaron miles de millones de dólares para ayudarla a dominar el mercado. Apostaron a ella la firma de capital de riesgo Benchmark, First Round Capital, TPG, SoftBank, Toyota y Fidelity Investments.

«Las acciones de Uber se distribuyen ampliamente y transformarán las vidas de miles de familias que han trabajado arduamente para lograr este resultado», dijo Matt Ocko, un capitalista de riesgo que invirtió en Uber cuando era una empresa joven. Con el tiempo, Uber se diversificó hacia otras áreas, incluida la gestión de camiones y vehículos autónomos, e incluso intentó construir autos voladores. Algunos de estos esfuerzos han tenido dificultades, por ejemplo, este año un auto sin conductor de Uber mató a un peatón en Tempe, Arizona.

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