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Una tregua entre rivales

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Unidos. Los tradicionales rivales han demostrado en varias oportunidades su ánimo de cercanía.

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Suena a utopía o quizás rima con lo de «una aguja en un pajar». Podría ser casualidad o causalidad, o incluso debatirse si es moda o tendencia. Lo cierto es que, con pocos días de distancia, en las redes sociales algunos clubes se dieron —y nos dieron— un verdadero beso en la boca.

El gesto correspondió a clásicos o futuros adversarios que dejaron a un lado su rivalidad para enviarle un mensaje positivo a su contrincante y, de paso, a la sociedad.

Uno de los ejemplos más fuertes y recientes nació en Avellaneda y llevó menos de 140 caracteres. Un tuit disparado desde la cuenta oficial de Racing Club felicitaba a Independiente por la obtención de la Copa Sudamericana 2017. Lo remataba con el hashtag #SomosRivalesNoEnemigos. Meritorio, sobre todo para quien no sabe que la cancha de Independiente y la de Racing están separadas por UNA CUADRA, y que la calle Diego Milito (emblema y actual manager de Racing, y hermano del «mariscal» Gabriel Milito, ídolo de Independiente) desemboca en el estadio Libertadores de América, perteneciente a los «Rojos» de Avellaneda.

Lejos parece haber quedado aquella onerosa disputa por un cartel del Puente Pueyrredón, que une la porteña Barracas con la bonaerense Avellaneda. Ese cartel lo utilizaron en distintas ocasiones tanto Independiente como Racing para dar la bienvenida a la ciudad de los «diablos» o de los «académicos», según quién le pusiera más dinero al propietario.

Un tuit desde la cuenta @ClubDefensayJusticia decía: «Amigos de @AmericadeCali será un placer recibirlos en nuestro estadio. Los invitamos a conocer nuestra historia» y un link con toda la letra posible. El «pajarito» voló hasta la ciudad colombiana, y volvió. «Gracias por su amabilidad. De igual forma les compartimos la nuestra (con link). Ustedes también serán bienvenidos en nuestra casa. Que gane el mejor». Ya había sucedido algo similar en la Copa Sudamericana pasada, con Barcelona de Ecuador y Estudiantes de La Plata, con un dato adicional: el sponsor de ambos es DirecTV Sports, que acompañó la acción.

No es común, pero a cada paso se reproducen los ejemplos.

Alguna vez, un River-Boca en el Monumental motivó que toda la ciudad se despertara empapelada con carteles de dos chicos con camisetas de los grandes adversarios del fútbol argentino, los escudos y dos frases contundentes: «El Fútbol es pasión» y «Basta de Violencia». Ese partido, además, ofreció esa misma imagen en los mismísimos tickets plásticos para ingresar al estadio de Nuñez.

Atlas, el reality de Fox Sports, salió a la cancha en el partido final por el ascenso ante Leandro N. Alem, clásico de General Rodríguez, con un cartel que decía «Somos vecinos, no enemigos». Perdió Atlas, y el barrio siguió en orden.

Indudablemente, cuando uno observa situaciones como el abandono del cargo de Ariel Holan como DT de Independiente luego de salir campeón motivado por «aprietes» de barras bravas (NdR: hace pocos días revisó la decisión y anunció su continuidad), o mantiene en las retinas aquellas grescas pasadas entre manyas y bolsos, vuelve el fantasma de la palabra «utopía». Y si uno es más benevolente, recurre a la frase «una aguja en un pajar» cuando descubre la cantidad de retuits que tiene el saludo de Racing a Independiente, o las bienvenidas entre equipos antes de partidos por copas, o mucho más cuando se trata de presidentes salientes y electos.

El medio vaso lleno, repleto de agua llamada Esperanza, aspira a que alguna vez, podamos despedir un año futbolístico cantando como hacen las hinchadas cuando van por una hazaña: «Sí, se puede… Sí, se puede…».

*Periodista especializado en empresas y marketing deportivo.

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