El gigante surcoreano debió modificar el beneficio operativo esperado para julio-septiembre aunos US$ 4.628 millones, un 29,63% menos que en igual lapso de 2015

Samsung Electronics recortó sus previsiones de resultados para el tercer trimestre apenas un día después de anunciar que deja de producir el teléfono Galaxy Note 7 por los repetidos casos de combustión del dispositivo.

Ya que tanto los aparatos inicialmente afectados por el fallo de sobrecalentamiento como sus también defectuosos repuestos se estiman peligrosos y no aptos para uso, Samsung debe ahora retornar a sus clientes el importe (US$ 882 en EE.UU.) cuando devuelvan las más de 2 millones de terminales vendidos. Esto la obligó a rebajar su pronóstico de facturación para julio-septiembre (comenzó a vender el Galaxy Note 7 el 19 de agosto) a unos 47 billones de wones (unos US$ 41.852 millones). La estimación es un 4,09% menor a la divulgada el viernes 7, cuando el proceso de revisión y sustitución de teléfonos parecía ir por buen camino, y un 8,94% inferior a lo embolsado el tercer trimestre de 2015.

El gigante surcoreano, que nunca ofrece anticipos sobre su ganancia neta y que presentará su hoja de resultados definitiva a fin de mes, tuvo que modificar el beneficio operativo esperado para julio-septiembre. La cifra quedó ahora en 5,2 billones de wones (unos US$ 4.628 millones), un 29,63% menos que en igual lapso de 2015 y un 33,3% menos que el dato preliminar del viernes 7. Se espera que la decisión —sin precedentes en el sector de telefonía móvil— de poner fin a la producción de esta phablet también afecte los balances del próximo trimestre.

Mientras, los responsables del mayor fabricante mundial de smartphones mantienen silencio sobre la naturaleza y origen exacto de los problemas de las baterías de ion-litio de estos teléfonos. Todo esto inquieta a varios grupos de inversores ya que otros productos de la empresa —como un modelo de lavadora que registró casos de explosiones súbitas en EE.UU.— están también bajo la lupa.

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