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Toallitas Clorox: casi tan difíciles de encontrar en EE.UU. como ganar la lotería

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Toallitas desinfectantes Clorox. Foto: Shutterstock.

NEGOCIOS

La demanda subió un 500% en EE.UU. por la pandemia y la compañía tuvo dificultades en su cadena de suministro

Durante seis meses, May Vanegas estuvo tras su presa. Recorrió las tiendas de comestibles. Siguió cuentas en redes sociales, en busca de pistas sobre dónde fue vista por última vez en su área. Finalmente, un día a mediados de septiembre, cuando la madre de 41 años de dos adolescentes se detuvo en el local de Target al que siempre va en San Antonio, encontró lo que había estado buscando tanto tiempo: las toallitas desinfectantes Clorox.

«Mi hija y yo comenzamos a gritar en la tienda: ‘¡Dios mío! ¡Dios mío!’», dijo Vanegas. «Había dejado de buscarlas en el último mes. Había perdido toda esperanza».

Informada de que la tienda permitía un solo bote por comprador, Vanegas y su hija tomaron uno cada una. Los dos botes de toallitas Clorox están ahora expuestos en la mesada de la cocina de la casa de Vanegas, trofeos de esta extraña época en que la vida en EE.UU. ha sido completamente alterada por el coronavirus.

La mayoría de los compradores de hoy en día son capaces de comprar rutinariamente artículos de uso común -como papel higiénico, toallas de papel, pasta y frijoles- que habían escaseado en las primeras semanas de la pandemia, cuando los consumidores comenzaron a llenar sus despensas. Pero las toallitas Clorox siguen siendo tercamente escurridizas.

«Sabemos que nuestros productos no están donde todos quieren que estén», dijo Andy Mowery, quien, como jefe de suministros de Clorox, está a cargo de averiguar cómo hacer más toallitas. «Es una frustración personal para mí».

Con la limpieza en la mente de quienes se protegen del virus, las toallitas se han convertido en la versión pandémica del juguete de moda de la temporada navideña. A través de las redes sociales, los compradores comparten dónde y cuándo encontrar toallitas hechas por Clorox, Lysol -propiedad del Grupo Reckitt Benckiser- o de otras marcas. Es que solo Clorox y un puñado de otras toallitas han sido aprobadas por los reguladores para matar el coronavirus. Los compradores llegan a las tiendas temprano, cuando se hacen las entregas, y despejan los envíos en cuestión de minutos.

Encontrar un bote se siente como ganar la lotería o encontrar una olla de oro.

Giro inesperado

Todo el alboroto en torno a sus toallitas desinfectantes ha sido un extraño giro de los acontecimientos para Clorox, que allá por 1916 comenzó a fabricar y vender cloro líquido como producto de limpieza para el hogar, y representa un gran desafío para Linda Rendle, una veterana de 17 años en la empresa que asumió el cargo de directora general a mediados de septiembre.

La compañía dijo que estaba en aprietos porque la demanda de las toallitas había aumentado un 500% en los últimos meses. Después de aumentar la producción, Clorox fabrica un millón de botes de toallitas desinfectantes cada día. (Los ejecutivos no dijeron cómo se compara esa cifra con lo que era antes de la pandemia). Planea incrementar aún más la producción a principios del próximo año.

Empresas clientes tejen sus alianzas

La demanda no viene solo de los consumidores. Las empresas, con esperanza de tranquilizar a los empleados y clientes nerviosos por que sus puestos de trabajo o servicios estuvieran desinfectados, formaron alianzas con Clorox.
Uber Technologies recibió 600.000 botes de toallitas para un programa piloto en Atlanta, Chicago y Nueva York. Las toallitas se distribuyeron a 68.000 conductores y el programa se amplió a Washington y Dallas.
United Airlines también se asoció con Clorox: «Todos nuestros sobrecargos usan las toallitas Clorox en todos los aviones en tierra firme», dijo la vocera Maddie King. Los pasajeros también reciben en vuelos toallitas envueltas individualmente (no hechas por Clorox) para limpiar sus propios asientos y áreas.

Antes de la pandemia, Clorox -que también fabrica bolsas de basura Glad, carbón Kingsford y limpiador Pine Sol- dijo a los analistas de Wall Street que, en el mejor de los casos, la compañía vería un aumento del 1% en las ventas para su año fiscal 2020.

Sus acciones y sus finanzas se quedaban atrás con respecto a sus pares, dijo Kevin Grundy, analista de investigación del banco de inversión Jefferies.

Pero a medida que la pandemia se extendía por EE.UU., las ventas de toallitas Clorox y otros productos para el hogar se dispararon. Para su año fiscal que terminó el 30 de junio, Clorox informó un aumento del 8% en las ventas totales con respecto al año pasado; en el cuarto trimestre, las ventas en la categoría que incluye sus productos de limpieza aumentaron un 33% con respecto al año anterior. El precio de las acciones de Clorox ha aumentado un 40% este año.

Desinfección de escritorio. Foto: Archivo El País.
La alta demanda de familias y empresas hizo que las toallitas se "evaporaran". Foto: Archivo El País

«La pandemia llegó y vimos que los hábitos de compra de los consumidores cambiaron abruptamente, no solo en torno a los productos de limpieza y las toallitas húmedas, sino también en áreas como los filtros de agua Brita, a los que no les estaba yendo bien», afirmó Grundy.

«El producto simplemente desapareció; se evaporó», dijo Mowery. «Durante nuestro curso normal de negocios, tendríamos hasta dos meses de suministro, y los minoristas, entre lo que tenían en el estante y su propio inventario, tenían para un mes. Todo ese stock en el sistema se había ido en una o dos semanas».

Para Clorox, satisfacer la mayor demanda no solo este año sino hasta bien entrado el año próximo seguirá siendo un reto.

Desafío en fábricas

Solo una de las cinco plantas que Clorox tiene en EE.UU. ensambla los botes de toallitas; la compañía también terceriza para que otros fabricantes hagan las toallitas. Este verano, Clorox añadió un tercer turno a la planta que tiene en Atlanta, que funciona las 24 horas del día, y aumentó el número de plantas externas que utiliza para fabricar toallitas.

La empresa también redujo el número de productos que fabrica para centrarse en artículos de alta demanda como las toallitas. Por ejemplo, una nueva toallita que puede ser convertida en abono orgánico pero que no desinfecta fue dejada de lado.

El incremento de la demanda de productos de desinfección y limpieza está golpeando la cadena de suministro de Clorox, lo que hace difícil, a veces, obtener las piezas individuales que componen un bote de toallitas. Incluyen el recipiente de plástico, la tapa, la etiqueta, la fragancia, los cinco o más productos químicos que son los agentes desinfectantes y el sustrato o paño. Todos provienen de diferentes proveedores, la mayoría de ellos en EE.UU.

«Armar estos botes es como hornear un pastel», dijo Mowery. «Si te falta un ingrediente, no puedes hornearlo».

Clorox espera que la demanda de sus toallitas y otros artículos de limpieza para el hogar se mantenga alta en los próximos meses, ya que los consumidores continúan con la limpieza de sus casas con la esperanza de evitar el coronavirus y, la próxima temporada de gripe. Eso significa que los compradores pueden seguir teniendo dificultades para encontrar las toallitas.

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