Un grupo de analistas neoyorquinos está preocupado y advierte por una nueva burbuja que está a punto de explotar: la de las hamburguesas, empezando por Shake Shack
Cualquier precio puede subir mientras alguien esté dispuesto a pagar. Pero todo tiene un límite. Eso es lo que está advirtiendo un grupo de preocupados analistas neoyorquinos, para quienes podría haber una nueva burbuja a punto de explotar: la de las hamburguesas.
Todo comenzó cuando Shake Shack, la mejor hamburguesería de Nueva York, decidió explotar la fama de tener todos los días una fila de varias cuadras a la redonda en pleno Madison Square Park para listarse en bolsa. La empresa fundada por Danny Mayer en 2001, y con solo 63 restaurantes, entró a Wall Street y en menos de una semana subió un 120%, un avance que los expertos dicen que no se justifica.
La firma alcanzó una valoración de US$ 1.800 millones, que equivale a 280 veces el beneficio operativo del año pasado. O sea, el mercado le asignó un precio US$ 150 por cada hamburguesa vendida en 2013, que en realidad cuestan US$ 11. Esta valoración implica que cada restaurante de la cadena cueste US$ 27 millones, siendo que una tienda McDonald’s vale US$ 2,5 millones.
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