En los últimos años la impresión en 3D empezó a revolucionar prácticamente todas las áreas, aunque se ha limitado mayoritariamente al plástico. Ahora, eso cambia en la medida en la que se abaratan las impresoras 3D de piezas metálicas, una innovación que promete transformar la manera en la que operan los procesos de fabricación en serie, reduciendo los tamaños de las fábricas —no será necesario almacenar repuestos— y creando piezas más ligeras y fuertes y con formas imposibles de lograr con métodos convencionales. Con estas impresoras más económicas se espera que sus costos sigan bajando y masificándose.

Científicos crean lo que llaman «puntuación de riesgo poligénica», una serie de índices que en base al estudio del genoma humano informan probabilidades, pero que no se consideran diagnósticos. Estas puntuaciones ayudan a las farmacéuticas a desarrollar medicamentos más eficientes, pero también abren muchos debates, puesto que pueden predecir cualquier rasgo, no solo enfermedades. Por ejemplo, ya son capaces de pronosticar, aproximadamente, el 10% del rendimiento de una persona en pruebas de coeficiente intelectual y es probable que continúen perfeccionándose, hasta transformarse en un procedimiento casi rutinario.

El 22% de la electricidad mundial se produce con gas natural, lo que genera una de las mayores fuentes de emisiones de dióxido de carbono del sector energético. Sus costos la mantendrán como una alternativa vigente. La apuesta está en conseguir que la energía sea menos contaminante. Eso hace una central eléctrica piloto en Houston, que prueba una tecnología que busca lograr energía limpia gracias al gas natural. La planta toma el dióxido de carbono procedente de la quema de gas natural y lo somete a altas presiones y temperaturas, generando un CO² que actúa como «fluido de trabajo» y que puede reciclarse.

Gracias a la tecnología, el lenguaje deja de ser una barrera. Bien lo sabe Google que desarrolló los auriculares Pixel Buds, capaces de traducir un discurso prácticamente en tiempo real. Una persona los utiliza mientras otra sostiene un teléfono.

La persona con los audífonos habla en su idioma mientras la aplicación traduce el mensaje oral y lo reproduce en voz alta. Por su parte, la persona que sostiene el teléfono responde y sus palabras se traducen y se reproducen por medio de los auriculares. Asimismo, Google Translate tiene una función de conversación que permite que dos usuarios hablen en distintos idiomas.

La revolución que prometían traer consigo las smart cities parece ser una idea. Los altos costos, los retrasos y ciertas expectativas infladas las dejan en un segundo plano. En su reemplazo, surgen las ciudades sensibles, proyectos urbanísticos construidos desde cero y utilizando tecnologías digitales. En Toronto, los laboratorios Sidewalk levantan Quayside, una localidad en la que las decisiones sobre diseño, política y tecnología serán tomadas en función de la información que recopile una amplia red de sensores que monitorearán desde la calidad del aire, hasta los niveles de ruido y la actividad de las personas.

Debido a su alto costo, la inteligencia artificial (IA) se había mantenido como un lujo al alcance solo de gigantes como Amazon, Baidu, Google y Microsoft. Pero eso está cambiando. Gracias a la nube, las empresas llevan el poder de la IA a un mercado más amplio, lo que favorecería a sectores como la medicina, la manufactura y la energía. Hoy el mercado está dominado por Amazon con su filial AWS, mientras que Google hace lo suyo a través de TensorFlow, biblioteca de código abierto de IA que se usa para personalizar softwares de aprendizaje automático. Microsoft tiene su plataforma Azure y colabora con Amazon.

Hace poco un grupo de embriólogos de la Universidad de Cambridge en Reino Unido desarrolló embriones de ratón de aspecto realista, utilizando células madre. Es decir, sin óvulo y sin esperma y solo con células extraídas de otro embrión.

Este avance, que no deja de tener consideraciones éticas, redefinió los mecanismos para crear la vida y promete entregarles a los científicos la oportunidad de crear mamíferos sin necesidad de contar con óvulos.

El próximo paso, adelantan los especialistas, es crear un embrión artificial a partir de células madre humanas.

El impulso del bitcoin y otras criptomonedas podría esconder una nueva revolución en la industria financiera en términos de la privacidad. Compañías como JP Morgan Chase o ING trabajan con un nuevo protocolo criptográfico llamado «prueba de conocimiento cero», cuyo mérito recae en zcash, criptomoneda que apareció a fines de 2016 y que usa el zk-SNARK para permitirle a los usuarios realizar operaciones de forma anónima, algo que hoy no está garantizado. Entre otras cosas, este sistema permite saber si una persona es mayor de edad o saber si tiene fondos suficientes, pero manteniendo en reserva el monto.

Los avances de la Inteligencia Artificial (IA) han sido impresionantes. Sin embargo, las máquinas todavía no pueden imaginar tal como lo hacen los humanos. Para los expertos, una vez que eso suceda las posibilidades serán superiores, ya que en la imaginación radica también la capacidad para crear e inventar. En ese desafío están las firmas como Google Brain, DeepMind o Nvidia, que se enfocaron en las redes generativas antagónicas (GAN, en inglés) para forzar a las máquinas a ser menos dependientes de los humanos y a crear imágenes y sonidos. Estas redes aprenden a reconocer y a realizar creaciones sobre la base de esos conocimientos.

Hace poco IBM utilizó un computador cuántico para crear una simple molécula y ese acontecimiento podría llevar a los químicos a diseñar fármacos más efectivos y a mejores materiales para generar y distribuir energía. Así, la todavía incipiente computación cuántica le está permitiendo a los químicos soñar con nuevas proteínas y electrolitos para crear mejores baterías y compuestos que podrían convertir la luz solar en un combustible líquido y células solares mucho más eficientes.

Mientras que los ordenadores comunes trabajan con operaciones basadas en unos y ceros, la computación cuántica permite trabajar en múltiples estados.