El marketing se rinde a la estrella de los Warriors y Under Armour saca partido de su máximo ícono.

Casi inesperadamente, Los Golden StateWarriors se colocaron el anillo de campeones de la NBA en junio y desde entonces se han vuelto, sin discusión, en la fuerza dominante en la mejor liga de baloncesto del mundo. Ni siquiera el entreacto que separa la pasada de la actual temporada ha menguado el fuego de metralla desde el perímetro de los dubs, apodo con que se conoce a los Warriors. El reinicio del torneo los encuentra invictos, con una racha de 19 victorias (al cierre de esta edición), y habiendo pulverizado el récord de más triunfos al hilo en el inicio de un campeonato en la historia de la NBA. Nada menos.

El líder y emblema de los campeones es el base Stephen Curry (27), a quien con un título a sus espaldas se le augura un lugar en el Salón de la Fama, privilegio con el que la NBA honra a sus mejores jugadores. Entretanto, el base sigue quemando las redes con su tiro de larga distancia. Con su arma preferida, comanda la liga en puntos por juego (32,1 de promedio)

El ascenso meteórico de las estadísticas impulsó la escalada en popularidad del «30», lo que ha tenido un claro efecto comercial. La venta de camisetas con su nombre se disparó un 580% con respecto al año pasado, publicó Forbes.

La «Curry-manía» traspasó la frontera de la Bahía de San Francisco, donde los Warriors tienen su hogar: es el jugador que más camisetas vende en 38 de los 50 estados de EE.UU., y los pedidos de merchandising alusivo comienzan a despegar a nivel internacional.

Como era de esperarse, las marcas no tardaron en posar sus ojos y montar campañas de marketing en torno al crack. Empresas del calibre de Apple, Unilever, State Farm, Sony y los cereales Wheaties, entre otras, ya lo convirtieron en su embajador. Por si eso fuera poco, su pequeña hija Riley (3) ya incursionó como modelo de zapatos para la marca infantil Freshly Picked, luego de «robarse el show» con su simpatía durante las conferencias de prensa posteriores a cada final de la temporada 2014/2015.

Al margen de Riley, los acuerdos comerciales le reportan a «Steph» cada vez más ingresos. Solo en 2014 engrosó su cuenta bancaria por este concepto en US$ 6 millones. La cifra puede parecer pequeña para el ambiente deportivo de EE.UU. pero ciertamente va en ascenso, igual que su salario.

Como profesional, se ha embolsado US$ 44 millones a lo largo de siete campañas; su sueldo anual ronda los US$ 11 millones, de acuerdo al sitio especializado en cotizaciones deportivas, Spotrac.

El insurgente Curry aún tiene camino por recorrer para destronar en la cancha del marketing a la estrella de la liga en la última década, LeBron James. El alero de los Cleveland Cavaliers percibe unos US$ 20 millones al año de salario, mientras que las marcas le aportan otros US$ 45 millones.

De todas las marcas que integran el universo Curry, Under Armour es la más importante. La empresa de ropa deportiva tiene razones para adorar al base, y no solo porque juegue bien.

Los números son elocuentes. En plena euforia por los Warriors en las finales, las ventas de calzado de Under Armour se catapultaron 754% respecto de 2014. Curry hace llover triples (tiene un asombroso 44% de efectividad) y también le hizo ganar US$ 153 millones a la compañía de Kevin Plank con la venta de championes en el pasado trimestre entre julio y septiembre.

El fichaje de Curry por Under Armour, en 2013, le costó «apenas» US$ 4 millones al año a la empresa, una verdadera ganga a la luz de los resultados posteriores en ventas que logró la compañía.

Más de un ejecutivo de Nike se habrá golpeado la frente con la palma de la mano en señal de lamento. La marca de la «pipa» contaba con Curry en sus filas pero a la hora de renegociar el contrato comercial consideró que el jugador —con buenos rendimientos deportivos pero sin llegar a ser superlativos— merecía una oferta de US$ 2,5 millones. «Eso es poco dinero», se habrá quejado el jugador tras recibir la propuesta. Nike nunca contraofertó y Curry terminó dando un portazo rumbo a Under Armour.

Para no repetir el caso, Plank acordó en septiembre la extensión de contrato con la estrella de los Warriors hasta 2024 (presumiblemente, el final de su carrera) por una cifra no revelada pero que, claro está, tiene muchos ceros.

Con «Steph» como estandarte —como Nike hiciera con éxito en los ‘90 con Michael Jordan— Under Armour pretende expandir su negocio en torno al básquetbol. La meta: hacer que ese segmento facture US$ 1.000 millones al año. Habrá que ver cómo sale la jugada a largo plazo pero ahora mismo son tiempos de NBA al Curry.

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