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La Sin Rival ahora amasa los envases de sus pastas para evitar contaminar

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Packsta. El concepto del envase de masa fue creado por la empresa Todoideas.
Ferreira, Diego

INNOVACIÓN

Con la línea «Packsta» la empresa aporta una solución sustentable para sus preparaciones

L a receta indica harina, agua y betacaroteno. De la combinación de estos ingredientes surge una masa de pasta y también un novedoso envase con que La Sin Rival (fábrica de pastas, restaurante, rotisería y café) despacha sus preparaciones.

La empresa lanzó este mes Packsta, su línea de «packs amigables con el medio ambiente, hecha de nuestra esencia, y en honor a lo que más nos gusta: la pasta», relata con voz en off la directora de la firma, Mónica Calvar, en el video publicitario que anuncia esta innovación.

La historia del envase se remonta al año pasado. 

La empresa Todas Las Ideas le presentó el concepto a Calvar en el Orange Meetup, un encuentro entre industrias creativas y otras de perfil tradicional pero en busca de innovar en sus productos o procesos, organizado por el Centro Ithaka de la Universidad Católica. A Calvar, que descubrió el evento a través de una asociación de empresarios gallegos que integra, la propuesta le pareció «buenísima».

«Siempre estoy tratando de buscar nuevos procesos o cosas de innovación para mejorar un producto o servicio», señaló. «Siempre estoy como con un motorcito pensando cosas: primero fue la fábrica de pastas, después el delivery, luego la rotisería, ahora el restorán, el café-buffet», explicó.

La masa del envase es la misma con que se elabora la pasta

El producto debutó el 1° de septiembre con muy buena aceptación del público, dijo la empresaria, porque valora esta innovación dado el énfasis puesto en el cuidado del medio ambiente y su sello artesanal.

La masa utilizada en el envase es la misma que la de los tallarines, aunque se utiliza un molde diferente en su elaboración. Luego de moldeado, el envase se seca en un horno. Para completar el proceso de forma 100% sustentable, la tapa del recipiente está hecha de harina de arroz.

A la hora de desarrollar el proyecto, la empresa contó con el apoyo financiero de la ANII, que le otorgó unos $ 350.000.

El plan para el próximo año es que el envase sea comestible

Calvar destacó la durabilidad del recipiente como una de sus características salientes. «Lo he tenido en mi casa y ha llegado a durar como 45 días, y en caso de que lo tengas que tirar no estás contaminando».

Si bien la empresa ve en este envase una opción sustentable para llevar la pasta, su incorporación no implica que se dejen de usar totalmente otras alternativas. «La cajita de ravioles no la puedo sustituir», ejemplificó la directora de La Sin Rival.

La empresa apunta a explorar nuevas oportunidades relacionadas a este producto. De hecho, ya la han contactado otros emprendedores con la idea de que les produzcan sorbitos de masa. En tanto, La Sin Rival proyecta para el año que viene lanzar una versión saborizada del envase de masa (por ejemplo, con gusto a queso) o con borde hecho de pan de modo invitar al consumidor a comer el recipiente. Sería como una versión salada del cucurucho del helado, remató Calvar.

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