Profesor colombiano habla del peligro de crecer sin orden y del fraude en financiamiento colectivo.

Tener una idea con potencial de negocios y aventurarse es el instinto primario del emprendedor. Sin embargo, en el largo camino que lleva una idea a convertirse en una empresa hay factores no siempre bien calibrados por el emprendedor antes de «tirarse al agua». Por ejemplo, los temas financieros. A ello se refirió Juan Pablo Dávila, profesor de la Inalde Business School (Colombia), quien visitó la semana pasada Montevideo para dictar el curso «Entrepreneurial Finance in Latin America» como parte del programa Latam Outlook, de la Universidad de Montevideo. El ciclo estuvo dirigido a estudiantes de MBA y otros programas avanzados en gestión empresarial.

En diálogo con El Empresario Dávila habló sobre los riesgos del crowdfunding y la «ironía» que trae el crecimiento desordenado desde el punto de vista financiero.

—¿Cuál es la relación entre el orden financiero y el desarrollo de un emprendimiento?

—La mayoría de las veces el emprendedor arranca con un empuje espectacular y una buena parte se muere en la medida en que no está financiado de manera ordenada. Por ejemplo, si pones una empresa de galletas y tienes éxito, el siguiente paso que es invertir en el inventario para venderle a los supermercados, te requiere de una inversión mayor. Ese salto es demasiado grande al punto que muchas veces con un crédito bancario no lo puedes cubrir. Ahora, si te va bien entonces vas y vendes en Argentina, un mercado más grande, y después en América Latina. Entonces, todo crecimiento implica inversiones y, si no tienes el camino ordenado, te mueres porque te va bien. Eso es una paradoja. La idea que tenemos en este programa es aportarle herramientas a los emprendedores para acabar con esa ironía.

—¿Qué cosas hacen al orden que tiene que guiar al emprendedor?

—La gran fortaleza de Luis Suárez es que no se le apaga el motor. El emprendedor debe tener algo parecido. Pero además le pides formalidad, es decir que tenga claro a qué mercado apunta, que tenga claro qué habilidades tiene para sacar adelante la idea. Tres, el mercado. Cuatro, le pides un plan financiero, que muchas veces es incierto porque estás poniéndole números a algo que no conoces. Cuando le das a esa idea empuje y formalidad, eso es lo que ayuda a vender, porque el que pone dinero sobre algo incierto, en lo que está creyendo es en ti. Cuando le pides al emprendedor hacer un plan de negocios, le pides foco. Y con ese documento tienes varias cosas: primero, generas confianza y, segundo, tienes una carta de navegación que te permite saber cuándo llegas a puerto.

—¿Qué tienen que aprender los inversores en la región?

—No sé por qué, pero en América Latina somos más aversos al riesgo y éstos son negocios de riesgo. Hablamos de que tienes que meterte en 10 (negocios) para que dos salgan tan bien que te paguen la rentabilidad de los otros ocho. Entonces, hay que ayudar y educar a los inversores a entender que es un negocio de riesgo y promedios. Otro punto que es competencia de ambas partes es que cuando hablas de ir a los mercados de capitales (no a la bolsa) tienes que pensar en negocios grandes. Y los latinos pensamos en chico.

—Los emprendedores tienen en el crowdfunding una fuente alternativa y accesible de financiamiento. ¿Qué elementos deberían considerar?

—Por un lado, es diferente si yo te doy US$ 100.000 y voy a estar encima de ti a que con el crowdfunding yo te pre-compre una idea y te pague US$ 100. Mi riesgo es menor con US$ 100 que con US$ 100.000; igualmente el riesgo que tiene el crowdfunding es que no hay nadie que te ayude. Eres tú únicamente. En cambio, con el inversor ángel hay alguien que va a estar asesorándote. Por otro, está el tema del fraude. Puedo publicar un video (en una plataforma de crowdfunding) y robarme el dinero. Entonces, hay que regular todo ese tipo de cosas para que alguien que vaya a poner dinero sepa que (el sitio) trae riesgo y no fraude. Tiene que haber un mecanismo que regule eso y creo que los países lo están haciendo. Lo interesante del crowdfunding es que no se cierra en el país, es una idea grande también. Puedes tener la idea acá pero te financian americanos. Los ángeles son generalmente de tu país o de la región. Eso es algo que va a seguir creciendo, simplemente lo tienen que regular.

Diego Ferreira | [email protected]

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