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Pymes lácteas brillan en góndolas

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Nuevo escenario. La asociaicón de SanCor con Adecoagro reconfiguró el mapa del sector.

CONSUMO

Manfrey, Luz Azul y Tregar emergieron de la reconversión en Argentina.

Después de una dilatada negociación que terminó con la asociación de la cooperativa SanCor al gigante Adecoagro (su nuevo accionista), el mapa de la industria láctea se reconfiguró en Argentina. La crisis de la mayor cooperativa del sector trajo aparejadas la aparición de nuevos jugadores y la consolidación de pymes que hasta no hace mucho tenían una participación muy reducida a su producción regional.

«Es un mercado altamente competitivo y muy sensible a la variable ‘precios’, y para aprovechar las oportunidades que por una u otra razón aparecen de manera casi permanente se debe agudizar el ingenio en producción, packaging o sistemas de distribución. Quizá la situación particular de alguna empresa en su momento haya incrementado esas posibilidades, pero no deja de ser una situación coyuntural», afirma Ercole Felippa, presidente de la cooperativa cordobesa Manfrey, que acaba de inaugurar una planta de leche larga vida dentro de su complejo industrial. La fábrica demandó una inversión de 100 millones de pesos argentinos (unos US$ 4,01 millones) que le permitirá potenciar su presencia en el mercado porteño.

Luz Azul pasó de ser una división dentro de una cooperativa a convertirse en una marca con más de 50 productos y una red de más de 20 locales. Actualmente, factura US$ 1,2 millones.

Otra de las marcas en ascenso es Luz Azul. La empresa surgió como una división de la Cooperativa Eléctrica de la ciudad de Azul, que contaba con una pequeña planta de lácteos. En 2012 la fábrica pasó a manos de Gabriela Benac, que conocía la industria, que ya había participado de la gestión de una pyme láctea familiar en Olavarría. Bajo la nueva gestión, Luz Azul amplió su cartera de productos —hoy incluye más de 50 artículos, incluyendo quesos duros, semiduros y blandos, mozarella y dulce de leche— y puso en marcha una red de locales que hoy incluye 10 sucursales propias y 13 franquicias, repartidas en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, y que factura 30 millones de pesos argentinos mensuales (cerca de US$ 1,2 millones).

Por esa red está comercializando «la mitad» de su producción y «el objetivo es llegar al 100% en el mediano plazo», asegura Benac.

En Buenos Aires otras empresas, como El Puente y Vacalín, están recorriendo el mismo camino. «Vender en forma directa nos permite darle valor agregado a la venta y tener bajo control una variable clave en cualquier negocio, como es el precio», explica Benac.

Tregar, que hoy proceso 180 millones de litros al año, ocupó los huecos que dejó SanCor en góndolas de supermercados y autoservicios chinos de Buenos Aires.

En el pelotón de los ganadores del nuevo mapa lácteo sobresale el nombre de Tregar, la marca de yogur y dulce de leche de la firma García Hermanos Agroindustrial, que hoy procesa más de 180 millones de litros anuales desde su base de operaciones en Gobernador Crespo (Santa Fe).

Como ninguna otra firma del rubro, Tregar logró ocupar los huecos que dejó SanCor en las góndolas de los supermercados y autoservicios chinos de Buenos Aires. De acuerdo con el relevamiento que realiza la consultora internacional Kantar Worldpanel, Tregar se ubica en el grupo de las 10 marcas que más aumentaron su penetración en los hogares en los últimos dos años, en una lista que también incluye a Natura, Marolio y Manaos.

Entre las lácteas emergentes también está Alimentos Refrigerados (ARSA), la firma del grupo Vicentín que nació en octubre de 2016 tras la adquisición del negocio de yogures y postrecitos de SanCor, que incluye a las marcas SanCor Yogs, SanCor Vida, Shimy y Sublime.

Las pymes lácteas vienen creciendo de la mano de una mayor especialización en unos pocos productos. Tal es el caso de la mozzarella.

Los problemas que tuvo la cooperativa SanCor tuvieron un impacto inicial en su negocio, aunque en el último tiempo lograron recuperar el volumen de ventas en productos refrigerados y la participación histórica de SanCor en el mercado de yogures, dijo Alejandro Capdevielle, gerente comercial de ARSA.

Reconversión

La pyme láctea clásica de hace 20 años que hacía muchos productos y todos de una calidad no muy buena ya no existe más y las empresas que pudieron crecer lo hicieron a través de una especialización de su producción en uno o dos productos en los que ponen el foco, aseguran en el sector.

El mejor ejemplo de este proceso de especialización del mercado es lo que pasó en la categoría de la mozarella. En los últimos años se consolidaron empresas que se hicieron muy fuertes en un nicho: Pampa Cheese (la láctea de Mario Quintana y Lopetegui) se especializó en la mozzarella de baja humedad para exportación; la pyme entrerriana Tonutti, en cambio, se volcó al mercado interno con la mozzarella de alta humedad, mientras que Barraza (conocida popularmente por auspiciar la camiseta de All Boys) y Vidal se volcaron a abastecer de producto a las pizzerías.

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