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Ni "pipa", ni "L" ni "V", la economía de EE.UU. a futuro tiene signo de interrogación

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Gráfico con coronavirus. Foto: Shutterstock.

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Los economistas están renunciando a asignar la forma de una letra a la recuperación económica sumamente incierta que se avecina en la potencia mundial

La economía de EE.UU. pronto comenzará a recuperarse del encierro que provocó la pandemia de coronavirus. En eso hay consenso generalizado. El gran debate es si esa recuperación se parecerá a una «V», una «W», una «L» o a una «pipa» de Nike.

Cada vez más, los economistas y analistas están escribiendo otra figura: un signo de interrogación.

Los expertos a menudo etiquetan sus expectativas de un rebote posterior a la recesión con letras: una V sugiere una recuperación rápida, una W una doble caída, etcétera, pero eso es difícil de hacer esta vez. A medida que los 50 estados comienzan a abrirse y los consumidores salen de sus hogares, el camino a seguir es muy incierto, lo que hace que elaborar pronósticos sea peligroso.

Los brotes del virus en una segunda ola, los cambios en el comportamiento del consumidor o un cierre masivo e inesperado de negocios podrían cambiar el futuro. Eso ha dejado a los economistas con dudas sobre cuán rápido o suave será el repunte de la economía de EE.UU., lo que llevó a muchos a ofrecer una variedad de escenarios en lugar de proyecciones firmes.

No solo los pronosticadores de Wall Street evitan el alfabeto en favor de una gama de «qué pasa si». Desde la Reserva Federal hasta la Casa Blanca, los analistas han sugerido que presentar pronósticos confiables es probablemente más engañoso que útil.

John C. Williams, presidente de la Reserva Federal de Nueva York, dijo hace un par de semanas que es importante que los responsables políticos se preparen para cualquier eventualidad, en lugar de centrarse en un tipo de recuperación. «Hemos tenido discusiones durante toda mi carrera sobre recuperaciones en forma de V, de L, de U», señaló Williams. «He aprendido a no meterme en ese juego de letras».

Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, dijo en un evento patrocinado por The Washington Post que comparte las expectativas del presidente Donald Trump de un rápido rebote, pero sugirió que hay un amplio rango en torno a esas estimaciones. «Es realmente difícil modelar un virus o una pandemia, que no hemos visto en 100 años», indicó.

Consciente de esa incertidumbre, la Casa Blanca confirmó que ni siquiera emitirá una actualización de sus pronósticos económicos este verano, rompiendo décadas de tradición.

La esquiva V

Dado que los economistas saben que la actividad económica se desaceleró bruscamente durante el primer semestre de 2020, el mejor resultado posible es una recuperación rápida, lo que hace que la economía vuelva a su nivel de producción de 2019 en unos pocos trimestres.

Reserva Federal. Foto: AFP
La Reserva Federal (el banco central de EE.UU.) ha dado pronósticos que parecen inciertos. Foto: AFP

No obstante, los economistas dicen que eso es probablemente un sueño imposible. En una nota titulada «V is for very unlikely» (V es por muy improbable) Michael Feroli, economista jefe de JP Morgan Chase, describió la trayectoria como una en la que la economía «se apaga y luego se enciende, como un interruptor de luz».

Debido a que las variables económicas como el desempleo y la producción a menudo tienen un arrastre persistente después de un shock, ese tipo de resultado es bastante dudoso, opinó. Es probable que los menores gastos de capital empresarial y los recortes presupuestarios estatales y locales pesen sobre el crecimiento durante algún tiempo, junto con otros factores, lo que dificulta que la economía vuelva a la normalidad.

«El rebote inicial puede parecer bastante robusto», dijo Michelle Meyer, jefa de economía de EE.UU. en Bank of America Merrill Lynch. Su equipo revisó su pronóstico de crecimiento del tercer trimestre; ven una ganancia de producción del 7% luego de una caída del 40% en el segundo trimestre.

Si bien los controles de estímulo pueden ayudar al gasto, eso no va a compensar la insolvencia corporativa y la pérdida de empleos. La recuperación completa podría llevar hasta fines de 2022, dijo. «Hay bastante daño residual», afirmó.

L, «bajas expectativas»

De igual modo que solo los optimistas estridentes esperan una V perfecta, solo los pesimistas directos están proyectando una L, en la que el crecimiento se mantiene en niveles muy bajos que casi seguramente alcanzó durante el segundo trimestre. La economía ya está mostrando un repunte parcial, lo que sugiere que esta figura es poco probable.

Las solicitudes de hipotecas se han estabilizado después de fuertes caídas, la confianza del consumidor se está recuperando ligeramente y, aunque las solicitudes iniciales de desempleo siguen siendo elevadas, están bajando. La industria del automóvil tiene la esperanza de que las ventas se recuperen en junio.

La recuperación en las áreas que impulsan el crecimiento (minoristas, restaurantes y cines) ha sido más moderada.

El presidente de los Estados Unidos, Trump, asiste a la reunión diaria del grupo de trabajo sobre coronavirus en Washington. Foto: Reuters.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, asiste reuniones del grupo de trabajo sobre coronavirus en Washington. Foto: Reuters.

«Ninguno de los estados muestra un retroceso repentino», dijo Jim O’Sullivan, jefe de estrategia macro de EE.UU. en TD Securities, y señaló que algunos lugares están más lejos en el camino hacia la reapertura oficial.

Si bien la recuperación incipiente parece impedir una L, estimó O’Sullivan, los datos limitados hasta ahora coinciden con la idea de que la recuperación será más gradual que el colapso.

W, según «qué» sigue

Hay otro escenario que aún está sobre la mesa: una recuperación en forma de W. Podría ser que la economía se recupere algo antes de caer nuevamente en medio de una segunda ola de infecciones a medida que los estados se reabran y las personas enfrenten una nueva exposición al coronavirus, o si la enfermedad regresa en otoño.

Si bien los economistas por lo general dicen que una W sigue siendo posible, no están dispuestos a hacerla su pronóstico más probable porque depende de dos incógnitas: si hay otro aumento en las infecciones y si los estados se cerrarán nuevamente si eso sucede. Los analistas que se aventuran a hacer proyecciones prefieren cada vez más una forma que no sea una letra, por ejemplo, un «tick».

Otras formas: del «tick» a las «olas»

La expectativa de base de la Oficina de Presupuesto del Congreso sugiere que el crecimiento se contraerá ligeramente en el primer trimestre y de forma brusca en el segundo, para luego hacer un repunte gradual a partir del trimestre que se extiende desde el comienzo de julio hasta fines de septiembre. La oficina no etiqueta la forma, porque la subida será más lenta que la caída. La trayectoria se ve en un gráfico como un «tick».

Hay grandes incertidumbres en torno a ese pronóstico. Olas adicionales de infección, variaciones en el comportamiento del consumidor y el tiempo que insuma hallar una vacuna podrían cambiar el camino a seguir. Una serie de riesgos podría conducir a peores resultados, mientras que un avance de la vacuna o un inesperado apoyo del gobierno a la economía podrían mejorar la trayectoria.

Si se produce una recuperación más rápida, el rebote podría verse más como una «pipa», ya que el crecimiento mejora lentamente antes de acelerar. Pero si se producen más infecciones y una vacuna sigue siendo difícil de alcanzar, la economía también podría enfrentar «olas» de recuperación, con picos y valles repetidos a medida que los estados se vuelvan a abrir sucesivamente y luego retrocedan.

¿Probabilidades?

«Todos estamos haciendo esta aclaración cuando exponemos: no somos epidemiólogos», recalcó O’Sullivan, explicando que el rango de posibles resultados económicos es inusualmente amplio porque depende mucho de lo que sucede con la salud pública. Debido a que es un nuevo coronavirus y un shock totalmente inusual para la economía, nadie estima que lo proyectado a futuro es especialmente confiable.

Coronavirus en Nueva York, Estados Unidos. Foto: Reuters.
Nueva York fue una de las ciudades más golpeadas por el brote de coronavirus. Foto: Reuters.

Incluso los economistas de la Fed, nunca tímidos para establecer un pronóstico, han sonado inciertos. Las actas de la reunión de fines del mes de abril del banco central estadounidense muestran que el personal ofreció un pronóstico de referencia en el que el encierro por la pandemia se reduce gradualmente y el crecimiento se reanuda en la segunda mitad del año, pero advirtieron que «una proyección más pesimista no era menos plausible que el pronóstico de referencia».

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