Empresas

Caída de las ventas, falta de preparación para home office y ventas online, posible corte de cadenas de pago e incertidumbre sobre cómo será el escenario de negocios una vez que la crisis se supere. Pese a que los empresarios uruguayos reconocen estos problemas a raíz de la llegada del COVID-19, la visión general una vez que esto termine no es tan pesimista y aseguran que «saldrán fortalecidos» porque se «aceleró el proceso de modernización», según reveló el estudio «Impacto del COVID-19 en empresas uruguayas», llevado a cabo por el IEEM, la escuela de negocios de Universidad de Montevideo.

El informe recabó la visión de 185 empresas de diferentes sectores a fines de abril, y reveló que los empresarios prevén un fuerte impacto en el corto plazo. Por ejemplo, el 76,6% de los encuestados espera que sus ventas caigan durante el 2020. Además, dejó en evidencia que solo el 44% tenía desarrollados mecanismos de venta online y en el 57,3% de los casos esas ventas no superaban entre el 5% del total de sus negocios. En ese contexto, las principales preocupaciones de los empresarios pasan por «no tener visibilidad sobre la duración de la crisis» (71,8%), «el corte en la cadena de pagos» (56,5%) y «la caída en las ventas» (50,3%).

A pesar de que el panorama actual no resulta favorable, al ahondar en cómo se ven a futuro, la opinión de los consultados fue de optimismo, indicó Santiago Sena, profesor del IEEM y responsable de la investigación. «En el estudio les pedíamos a los empresarios que nos dieran una visión de cómo se verían a futuro luego de la crisis y la mayoría aseguró que va a sobrevivir. Mostraron signos de confianza y toman a la crisis como un catalizador del proceso de modernización, de profesionalización y de digitalización, algo que era necesario», aseguró.

A entender de Sena, si bien los empresarios reconocieron que la crisis «les pegó fuerte», la percepción general es que la situación ayudó a realizar cambios que venían postergando para ser más competitivos. «Las respuestas que nos llegaron vienen por el lado de: ‘es una oportunidad enorme’, ‘estamos haciendo cambios que nos hubiera gustado hacer hace un tiempo’, etcétera. Entonces, cuando esto termine tendremos un grupo de empresas más competitivas », opinó.

Un dato que refuerza el concepto de una «salida positiva» es la alta aprobación del sector empresario a las medidas implementadas por el gobierno para sortear la crisis. El estudio muestra que un 45,8% las consideró «suficientes» mientras que el 20,9% dijo que son «insuficientes».

Según Sena, las empresas en Uruguay consideran que, en comparación con otros países, tienen «más cintura» para sortear la crisis. «Por ejemplo, la herramienta de seguro de paro es un elemento que permite paliar la situación, sumado a la opción de tomar créditos por parte de pymes para no terminar en el corte de pagos. Uruguay tiene un marco institucional que habilita que se tomen decisiones que permiten ajustar costos sin afectar tanto al trabajador», destacó.

Pero el contexto plantea un desafío: pensar planes a largo plazo, algo que el estudio dejó en evidencia como una carencia entre los consultados.

Es un punto de alarma, porque el estudio indica que casi la mitad de los empresarios (47,2%) dijo que está evaluando iniciativas para afrontar la crisis sin considerar suficientemente su impacto en el largo plazo. Vemos una alerta en ese sentido porque la tormenta hay que pasarla, pero hay que armonizar, ver hacia dónde nos dirigen las medidas que tomemos hoy, cuál es esa salida. Las empresas que no tengan cierta flexibilidad y capacidad de adaptación van a tener la situación compleja», amplió Sena. Entre el 35,8% que reconoció implementar como tema de análisis el impacto a largo plazo, maneja principalmente «ajustes de costos no laborales» (50,3%), «ajustes al servicio o producto» (48%) y «pase a seguro de paro» (42,8%).