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El tiempo es oro: los relojes de lujo Omega acaparan Río 2016

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Arquería. Omega colocó sensores que detectan la ubicación de la flecha con apenas un margen de error de 0,2 mm. (Foto Reuters)

Además de proveer cronómetros y sensores para las pruebas, la firma suiza se despliega en acciones de RSE y venta de merchandising.

La precisión y la velocidad son dos atributos que hacen la diferencia entre conquistar una medalla de oro, plata o bronce, o peor aún, no ganar ninguna en los Juegos Olímpicos. El tiempo es un factor decisivo e inherente a las competencias, y también la puerta de entrada al máximo evento deportivo para la marca de relojes de lujo Omega.

La empresa suiza es socio oficial de los Juegos Olímpicos desde Los Ángeles 1932 y ha estado en 27 ediciones de la competencia, incluido Río 2016. La marca —que integra el afamado grupo Swatch— provee de relojes (pulsera, relojes y contadores regresivos) así como sistemas y servicios de cronometraje, cronometraje electrónico, y sistemas y servicios de puntuación y marcador para las competencias. Toda esta logística que la compañía pone al servicio de Río 2016 equivale a mover 450 toneladas de equipos, desplegar a unos 500 profesionales y preparar a 800 voluntarios, revela la compañía en su página web.

Entre el arsenal de tecnología que Omega utilizará en los estadios sobresale Scan ‘O’ vision Myria, una nueva cámara que se caracteriza por tomar hasta 10.000 imágenes digitales por segundo. Colocado a un lado de la pista, el dispositivo registra la llegada de los atletas con un nivel de detalle y precisión capaz de dirimir definiciones reñidas. Por si ese recurso no alcanzara, a los costados de la línea de meta se ubican dos sensores que «leen» la llegada de los corredores a través de fotocélulas y que remiten a la pantalla el tiempo cumplido por los deportistas.

El mismo concepto de precisión define al nuevo sistema digital aplicado a las competencias de arquería. El desarrollo consiste en dos escáners que determinan la posición de la fecha sobre el blanco con un margen de error de 0,2 milímetros, algo imposible de igualar por el ojo humano.

El detrás de escena es tan interesante como lo que ocurre delante. Con la llegada de los Juegos a Río, Omega se trazó un plan de marketing de largo plazo que va más allá de la arena deportiva. La firma inició hace exactamente un año un ciclo de 12 acciones de RSE —a razón de una por mes— con foco en sectores vulnerables de la sociedad carioca (madres, niños y adolescentes), a través de iniciativas dirigidas a inspirar, fomentar el liderazgo y educar en valores.

Modelos.

En los estadios, Omega firma los tableros electrónicos y relojes y también tiene presencia entre los atletas. Su principal embajador es el nadador estadounidense Michael Phelps, el deportista más laureado en la historia de los Juegos Olímpicos con 25 medallas. Previsiblemente, Phelps protagoniza el aviso que Omega lanzó con vistas a Río 2016.

Pero el prolífico nadador no es su único «modelo». La marca sacó a la venta una colección de edición limitada con tres diseños inspirados en los Juegos. Del Seamaster Diver 300m Rio 2016 Limited Edition (foto arriba) hay solo 3.016 piezas a un costo de 4.100 euros. A éste le sigue el Speedmaster Mark II Rio 2016, con una partida de 2.016 unidades y a un precio de 5.400 euros. Quienes estén dispuestos a pagar más por un reloj exclusivo pueden ir por el Omega Seamaster Bullhead Rio 2016, del que solo se hicieron 316 piezas. ¿El costo? 8.100 euros. Definitivamente, el tiempo es oro.

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Arquería. Omega colocó sensores que detectan la ubicación de la flecha con apenas un margen de error de 0,2 mm. (Foto Reuters)

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