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"Nuestra tecnología es de punta"

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Uno a uno con Virginia Boschetti

Junto a cuatro ingenieros y el grupo inversor Klaff Realty están liderando el proyecto de una planta de cloro pionera en Uruguay por su producción limpia; asegura que los costos de la electricidad son altos, pero destaca las ventajas del régimen de zonas francas

Nació en Montevideo, estudió comercio exterior y proyectos de inversión. Junto a cuatro ingenieros se propusieron crear una planta de cloro que produjera a pequeña escala y de forma limpia, sin utlizar mercurio.

Tras cuatro años trabajando «a pulmón», formaron el joint venture Alliance Uruguaycon Klaff Realty, el mismo grupo que luego invertiría en Tienda Inglesa. Exportaron plantas a Brasil y España y en octubre prevén comenzar a operar la que están instalando en Uruguay, en el Polo Industrial Pando. Asegura que los costos de la electricidad son altos, pero destaca las ventajas del régimen de zonas francas. Tiene dos hijos y, a sus 49 años, acaba de convertirse en abuela. Compartir tiempo con ellos y sus mascotas (una perra y dos gatas) es su pasatiempo preferido.

¿Cómo nace el proyecto de hacer una planta de producción de cloro?

Lo primero que surge es una empresa, AVS Technology. Somos un conjunto de ingenieros uruguayos y argentinos que decidimos diseñar una planta de producción de cloro soda a escala más pequeña que lo que normalmente se hace en el mundo. Eso implicó un diseño modular que permitiera construir las plantas dentro de Uruguay y exportarlas al mundo y permitir un armado rápido, de cuatro o cinco meses de montaje. La primera planta que se construyó se exportó para Fortaleza y se colocó dentro de una planta potabilizadora de aguas. Esa planta provee el cloro en forma directa, inyectado en el agua; con eso se evita el transporte de cloro líquido, y el almacenaje, que es una actividad muy riesgosa. Luego, se construyó otra para Islas Canarias. La tercera la estamos instalando en el Parque Industrial de Pando.

¿No estaban dadas las condiciones para hacer la primera planta en Uruguay?

La primera se empezó a construir de forma pionera, sin un destino marcado. Al principio, se interesó OSE. Generó una licitación para colocar una planta de este tipo dentro de (la potabilizadora de) Aguas Corrientes. Fuimos los únicos oferentes, pero el valor al que OSE había estimado que podía comprar esa planta fue inferior al costo del proyecto y desistió de hacerlo. Después, participamos en una licitación en Fortaleza, que hizo Cagece, la compañía de aguas estatal. Era diferente: licitaban el producto, pedían que alguien instalara una planta de este tipo dentro de la potabilizadora, y les diera el servicio de cloración del agua. Entonces, no tendría que invertir, reduciría su costo (no hay transporte, almacenamiento ni costos financieros de comprar el producto) y no generaba riesgos ambientales de ningún tipo. Así, la planta que empezamos a hacer terminó en Fortaleza.

¿Qué riesgos se minimizan?

Imagine que el almacenamiento de cloro para una potabilizadora es como si tuviera garrafas de gas, pero en lugar de ser de 13 kilos son de 900 kilos. Así es hoy en Aguas Corrientes. Hay un galpón con cilindros llenos de cloro de un diámetro de metro y medio. El cloro es un gas letal. Si se almacena y hay un escape, no hay como contenerlo. Y la planta de Aguas Corrientes tiene el Río Santa Lucía y está rodeada de población...

¿Cómo es la planta que está construyendo Alliance?

Este tipo de planta no tiene ningún tipo de efluente tóxico, no tiene ningún tipo de contaminación, no daña la salud de ninguna manera. Tiene la mejor tecnología disponible en el mundo, que es la tecnología de membrana. A su vez, el máximo de cloro que tiene en toda la planta son 5 kilos. En el caso de Fortaleza, se produce el gas y es inyectado adentro del agua directo. Esos 5 kilos están adentro de toda la planta, en el corazón, que es el electrolizador, y dentro de las cañerías, porque con ese gas cloro se producen otros productos: hipoclorito y ácido clorhídrico.

¿Y cómo se hizo posible luego hacer una planta para Uruguay?

Fue en conjunto con un inversor, Klaff Realty, que ya tenía otras inversiones en Uruguay en campo productivo (ver subtítulo más abajo). También es co-inversor nuestro en el proyecto de Fortaleza. Hace dos años y medio que la planta está en funcionamiento en forma continua, 24 horas, 365 días al año. Así va a ser en Uruguay. El interés en el proyecto nace también en la búsqueda de mejora general respecto a Uruguay desde el punto de vista ambiental, porque el país firmó el convenio de Minamata. Ahí se comprometió junto a todos los países de Naciones Unidas a terminar con la producción de cloro soda con mercurio. Pese a eso, Uruguay sigue produciendo con mercurio, porque la planta existente es muy antigua.

¿Están en condiciones de venderle cloro a OSE?

El tema de la venta es que si no producís en el mismo sitio que lo vas a usar, al cloro lo tenés que licuar (transformarlo de gas a líquido). Eso no lo hacemos en nuestras plantas por el alto riesgo que tiene el almacenaje, el transporte y el posterior almacenaje en el sitio de uso. Para proveerle cloro a OSE deberíamos montar una pequeña planta dentro de la estación de tratamiento de aguas de ellos, igual que en Fortaleza. Pensamos que una vez que OSE pueda ver en funcionamiento la planta en Uruguay, se abrirá un diálogo para que pueda acceder a una tecnología que es uruguaya, pero es de punta.

El hipoclorito de sodio y el ácido clorhídrico sí se puede transportar. ¿A qué industrias prevén venderles esos productos?

Vamos a producir hipoclorito de sodio, ácido clorhídrico y soda cáustica. Son tres productos básicos para muchas industrias. La soda cáustica se usa mucho en toda la industria del jabón, en la industria textil, en las plantas de celulosa. Es muy importante que esos productos no tengan ninguna traza de mercurio. En el caso de frigoríficos, se utiliza mucho el hipoclorito para la purificación del agua, para la limpieza de la maquinaria… es importante para la trazabilidad que no haya contacto de ningún tipo con mercurio. Esto se extiende a toda la industria, no solo la alimenticia. Si el consumidor va a limpiar un piso, debería elegir un producto que no contenga mercurio.

Anunciaron que serán capaces de abastecer el 40% de la demanda nacional. ¿De qué cantidades estamos hablando?

Sí, eso en una primera etapa. Al ser una planta modular, permite producir en etapas sin necesidad de instalar una nueva planta. Se puede llegar incluso a abastecer el 100% de necesidad del mercado, adicionando módulos de producción. Es una planta que comienza a producir para abastecer el 40% de los productos derivados del cloro, de lo que se consume de hipoclorito y ácido clorhídrico. El consumo de soda cáustica en Uruguay es mucho mayor que el de cloro, pero en el proceso de electrólisis química se saca prácticamente la misma cantidad de soda que de cloro. El mercado de cloro de Uruguay es de 14 toneladas por día; el de soda es de 40. Pero la soda es un commodity internacional, es un producto sólido que se puede importar y almacenar sin ningún riesgo. Hay países como EE.UU. a los que les sobra soda, que consumen más cloro que soda porque tienen fábricas de PVC que consumen mucho cloro.

Son el opuesto de Uruguay.

Es al revés, sí. Las plantas de cloro soda se dimensionan para el mercado de cloro que tiene el país, no para el de soda, porque la soda se puede importar y almacenar sin ninguna dificultad porque es un commodity internacional.

Ya tienen dos experiencias en el exterior para comparar. ¿Es costoso producir en Uruguay?

Ahí puedo darle una buena comparación. Somos una industria electrointensiva: el 30% de nuestros costos están compuestos por la energía eléctrica. Sucede que en Brasil existe un mercado abierto de energía eléctrica; eso hace que el costo de energía se reduzca mucho. Hoy es más caro producir en Uruguay que en Brasil, básicamente por eso. En ese sentido, hemos intentado aplicar a un decreto, el 118/017, que beneficia con un descuento en la energía a aquellas industrias que tengan más de un 2,5% de su costo bruto en costo de energía y que incrementen su producción respecto al año anterior. El tema es que nosotros no tenemos año de comparación porque somos industria nueva. Estamos transmitiéndole al Ministerio de Industria la necesidad de que ese decreto se amplíe o se modifique. Y hemos estado en contacto con la Cámara de Industrias (CIU), que está muy inquieta con el tema también, porque no somos la única industria que se está instalando.

¿Cuánto más barato es producir en Brasil?

En costo de energía eléctrica, un 30% menos. Eso es un promedio, porque al ser energía libre hay una fluctuación, varía (el precio) allá. Pero eso es calculado sin el beneficio. El incentivo es muy importante para hacer más competitiva la industria nacional. Estamos considerando exportar producto y estamos aguardando saber si el beneficio se nos va a aplicar o no para poder terminar las negociaciones en el exterior. Tenemos clientes concretos, por ejemplo, en Puerto Rico. En este momento hay negocios en stand by, porque la energía define. Si la energía es un 30% de la composición de costo, con un descuento de un 30% en ese 30% la disminución sería de un 10% del costo total. Y un 10% en un commodity internacional hace viable o no ingresar en un mercado. En Puerto Rico, por ejemplo, competimos con India, con China.

¿A qué otros mercados podrían llegar y ser competitivos?

El mercado de Centroamérica sobre todo y Brasil.

Inaugurarán la tercera planta en octubre. ¿Qué otros países siguen en su hoja de ruta?

Hay proyectos con muy buenas perspectivas de cierre en España, Brasil, Chile y EE.UU.

¿Qué complejidades tiene monitorear proyectos a la distancia?

Veo más ventajas que dificultades en trabajar desde acá. Nuestra fabricación de plantas para exportar es en zona franca, en Parque de las Ciencias. Si no existiera el régimen de zonas francas no tendríamos cómo fabricarlas, porque el proceso insume de 12 a 18 meses y no hay régimen impositivo que permita importar por ese plazo para después exportar sin impuestos. El régimen de zonas francas es perfecto. Nosotros no solo exportamos los hierros. Adentro de esos hierros hay alta tecnología, hay obras de ingeniería. Acá se monta todo, hasta los instrumentos que controlan la planta. Otra ventaja para trabajar desde Uruguay es que hay mano de obra calificada. Para este montaje se requieren soldadores, técnicos que sepan trabajar con metales especiales. Para montar la planta de Brasil en sitio intentamos contratar allá, pero al final llevamos todo el personal desde Uruguay, que se instaló durante cuatro meses. Uruguay tiene un nivel de educación técnica todavía muy bueno.

El contacto con Klaff Realty surgió «muy al estilo uruguayo»

¿Cómo lograron ponerse en contacto con el grupo inversor Klaff Realty?

Muy al estilo uruguayo. El contacto lo consiguió un amigo de uno de los cinco socios, uno de los ingenieros de la empresa, que es el más joven integrante de AVS. Estaba en un cumpleaños de un amigo y ahí le dicen que tienen un inversor para presentarle para nuestro proyecto en Fortaleza. Hasta ese momento, se había hecho a pulmón el proyecto, a pulmón ganar la licitación y a pulmón poner la garantía para la licitación. Ya se nos estaban terminando los pulmones, cuando nos presentaron al inversor. Se trataba de Klaff Realty, que ya tenía campo con producción de soja acá en Uruguay. Nos reunimos en el Café Martínez de la calle Rivera. Lo conocimos, le contamos del proyecto y le transmitimos la urgencia de recibir el capital para poder continuar con la planta de Fortaleza. La urgencia era recibirlo en 15 días. «Entonces tengo que decidir hoy, en este momento…», nos dijo. Y agregó: «Entonces, tomate un avión mañana y te quiero en San Pablo». Así fue. Estudió el proyecto y terminamos firmando un 26 de diciembre del año 2013.

Uno a uno con Virginia Boschetti
Uno a uno con Virginia Boschetti

ENTREVISTA A VIRGINIA BOSCHETTI, GERENTE GENERAL DE ALLIANCE URUGUAYPor Marcela Dobal | [email protected]

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