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Nike le hará un "corte de mangas" a los uniformes de la NBA

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Disgusto. LeBron James ha exhibido su disconformidad con las mangas.

La marca, que vestirá a los equipos desde la próxima temporada, discontinuará modelo de Adidas

POR DIEGO FERREIRA - [email protected]

Nunca convencieron. Al menos, no completamente. A los más puristas aún les rechina ver los clásicos uniformes de la NBA con centímetros de más por obra y gracia de las mangas que Adidas introdujo para generar un nuevo y alternativo producto con el que captar el bolsillo de los fanáticos del básquetbol.

Esta semana The Wall Street Journal publicó un artículo donde anticipa la renovación del look de las equipos. Más que una actualización, en realidad, se trataría de una vuelta a las fuentes, ergo al tradicional modelo sin mangas que identifica al deporte naranja. El —literal— corte de mangas se produciría recién en la próxima temporada (la 2017-2018) cuando la marca estadounidense Nike reemplace a la alemana Adidas como sponsor técnico de las 30 franquicias de la liga de básquetbol más famosa del mundo.

El aterrizaje de un nuevo proveedor de indumentaria explica en parte el cambio. La incorporación de mangas en los icónicos uniformes de la liga ha sido una «bandera» con la que Adidas ha tratado de atraer a los consumidores, una premisa de la que Nike con toda lógica podría querer desmarcarse.

Las estrellas le dieron la espalda.

En paralelo, y casi desde el momento mismo en que las casacas fueron lanzadas al mercado y a las canchas, la prenda recibió el rechazo generalizado entre las estrellas de la NBA, quienes debían ser —idealmente— los embajadores del nuevo producto.

«No soy un gran fan de las camisetas con mangas», señaló en su momento LeBron James, el astro de los Cleveland Cavaliers. Su colega, el ala-pivot alemán Dirk Nowitzki, de Dallas Mavericks, se sumó al coro de quejas con un mensaje directo: «Estas camisetas con mangas son horribles».

Los cuestionamientos dieron paso a las acciones, aún más enfáticas.

En noviembre de 2014, durante un juego en casa contra los Knicks de Nueva York, LeBron James explotó, fastidiado por su sequía de puntos, arrancando los trozos de tela que cubrían sus hombros. «Tenía que desquitarme con algo. No sé, pudo ser algo mental», confesó «el Rey» tras el partido al ser consultado por el exabrupto.

El alero de los Knicks, Carmelo Anthony, otra de las estrellas sobre el parqué aquella noche, justificó la reacción de su amigo, diciendo que «las mangas se sienten un poco apretadas, y probablemente estaban limitando su tiro».

Por el contrario, Adidas presentó su innovación argumentando que usar el modelo sería tan cómodo como las clásicas musculosas, además de pesar un 26% menos gracias a los materiales utilizados en su confección.

El planteo no encandiló a los jugadores, que redoblaron la apuesta. «No secan bien el sudor de la piel. Puedes terminar con una camiseta mojada, fría y pegajosa. Si juegas en Milwaukee o cualquier otra ciudad de clima frío, te vas a congelar», declaró un jugador de la Conferencia del Este en forma anónima, según publicó el sitio Bleacher Report en 2014.

Ese comentario iba en línea con el pensamiento general de los basquetbolistas, de acuerdo a una encuesta realizada a 21 jugadores en enero de 2014. El relevamiento buscaba conocer el parecer de los profesionales sobre el uso regular de los uniformes con mangas. Es que Adidas los ha implementado estratégicamente en juegos de alta exposición, como los partidos de Navidad, el All-Star Game o los que se disputan en las «Noches Latinas». De los 21 encuestados en el estudio citado por el Bleacher Report, solo dos manifestaron que apoyarían la idea de usar remeras de forma más extendida a lo largo de la temporada.

Tela para cortar, millones para cobrar.

Para Adidas el experimento se basaba en la premisa de que los fanáticos sentirían más empatía y por tanto, estarían más afines a comprar un modelo similar a una remera —una prenda que se lleva a diario— que una musculosa. La respuesta inicial de los consumidores fue auspiciosa; las ventas de las camisetas de los Golden State Warriors —el equipo elegido para debutar las mangas— aumentaron un 93%. Acto seguido, la liga y Adidas acordaron incorporar las mangas a más clubes.

Los centímetros de tela extra en los uniformes dieron pie a la especulación de los analistas en marketing, que conjeturaron que la movida traería el aterrizaje de patrocinadores en los hombros de los jugadores de la NBA.

Aquello no sucedió, sin embargo, las marcas estamparán pequeños parches con sus logos en el pecho de los jugadores desde la próxima temporada, coincidiendo con la llegada de Nike, y una vez concretado el «corte de mangas» a Adidas.

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Disgusto. LeBron James ha exhibido su disconformidad con las mangas.

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