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Los mineros de criptomonedas se mudan a Noruega y Suecia para sacar partido de la energía hidroeléctrica barata y las bajas temperaturas necesarias para alimentar y enfriar sus servidores.

Islandia era el destino más popular entre los mineros de bitcoin y el ethereum. Pero con tarifas por kilowatio/hora de 6,5 céntimos de euro y 7,1 céntimos, respectivamente, los precios minoristas de electricidad en Suecia y Noruega son más baratos que los 8 céntimos kw/h de Islandia y menores a la media europea de 11 céntimos.

Se trata de una gran noticia para la sueca Vattenfall y la noruega Statkraft, que dominan el mercado de electricidad en sus países. El suministro energético a mineras es una parte ínfima del negocio actual, pero ambas eléctricas públicas ven este segmento como una oportunidad.

El proceso de la minería bitcoin es intensivo desde el punto de vista energético. Los mineros enchufan miles de servidores a la vez para tener la capacidad computacional necesaria para producir criptomonedas mediante la resolución de ecuaciones matemáticas.

Los mineros de bitcoin consumirán unos 130 terawatios/hora de electricidad este año, equivalente al consumo de Argentina o el que se prevé para el parque mundial de autos eléctricos a mediados de la próxima década, según Morgan Stanley. «Nos encontramos en una búsqueda global para garantizarnos tanta electricidad como podamos», dijo Olivier Roussy Newton, director y cofundador del grupo canadiense HIVE Blockchain Technologies, que comenzó a minar la criptomoneda ethereum en Suecia el pasado enero.

La compañía está ampliando la capacidad de energía en Suecia hasta los 17,4 megawatios, con fondos disponibles para añadir otros 26,8 MW en septiembre. El mes pasado, acordó la compra de la compañía de centros de datos Kolos Norway AS por US$ 9,9 millones con vistas a ampliar sus operaciones mineras.