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Marcas de lujo vuelven a elegir Buenos Aires

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Buenos Aires. La capital argentina vuelve a conquistar a los grandes nombres de la categoría premium.

CONSUMO

La apertura favoreció el fenómeno, con una tónica diferente a los años ‘90.

Con un perfil llamativamente bajo y de la mano de socios locales, el lujo está de vuelta en Buenos Aires. En los últimos meses varias marcas concretaron su regreso a Argentina, tras la partida masiva que había generado el cepo importador que impuso el gobierno de Cristina Kirchner en su segundo mandato. En la avenida Alvear, que había quedado muy golpeada a partir de las dificultades para el ingreso de mercadería, hoy es casi imposible encontrar un local sin alquilar y en los pasillos de Patio Bullrich se multiplican los carteles que anuncian la llegada de marcas internacionales.

La lista de empresas que están pegando la vuelta incluye a Calvin Klein y Ermenegildo Zegna y otras que están debutando en el país, como Zadig & Voltaire, Vilebrequin, Paule Ka, Custo Barcelona, Bally y Pandora.

Zegna. La marca italiana ve en Argentina "un apetito de consumo de lujo".
Zegna. La marca italiana ve en Argentina "un apetito de consumo de lujo".

Sin embargo, en el mercado destacan que el panorama actual es diferente del vivido en los 90, cuando la llegada de este tipo de marcas era acompañada por grandes anuncios y lanzamientos millonarios, y reconocen que todavía Buenos Aires sigue muy lejos de la oferta de lujo que se consigue en la rua Oscar Freire —la calle favorita de San Pablo para las grandes marcas de lujo—, la avenida Presidente Masaryk en México DF o, sin ir más lejos, en los shopping de Santiago de Chile.

El regreso del lujo a Buenos Aires es acompañado por una recuperación del mercado mundial de alta gama que, de acuerdo con un informe de Bain & Company, volvió a crecer un 5% en 2017, tras el estancamiento con que había cerrado 2016, y sus ventas superaron los 1.200 millones de euros. En América Latina, se estima que el mercado de lujo llegará a los US$ 26.500 millones en 2019, cifra un 88% mayor al de 2013, según la consultora Euromonitor.

«Hay un apetito de consumo de lujo en la Argentina», destaca Anabella Weber, directora de desarrollo de negocio de Libson Group, una desarrolladora inmobiliaria que puso un pie en el negocio de la indumentaria de lujo con la licencia de Zegna para el país vecino.

5%

representan los hogares ABC1 en Argentina, según la consultora W.

US$ 8.622

es el ingreso medio mensual de esos hogares.

Zegna había cerrado entre 2011 y 2013 sus dos locales porteños por todos los problemas que tenía para importar, y hace un par de meses concretó su regreso con una tienda en Patio Bullrich. «Hay mucho interés de las marcas internacionales por el mercado argentino, que trasciende un poco la coyuntura. En este target la crisis cambiaria también se siente, pero no tanto en materia de ingresos, sino por un factor más psicológico, que dura unos días cuando se dispara el dólar y después la demanda se recupera», explica Weber, que adelantó sus planes para traer en el segundo semestre del año la marca suiza de calzado Bally.

Las empresas que volvieron a poner la mira en Buenos Aires destacan que uno de los mayores obstáculos es conseguir buenas ubicaciones. «Lo que falta en la ciudad es infraestructura. Es casi imposible encontrar locales grandes sobre la avenida Alvear y la ciudad necesita un polo de lujo que reúna cuatro o cinco marcas», advierte Weber.

Argentina «tiene una larga tradición en el desarrollo de corredores de lujo como la avenida Alvear, pero lo que quizás esté faltando es el concepto de luxury district, que son espacios separados dentro de los shoppings que reúnen marcas de lujo, como en el caso del Distrito de Lujo del Parque Arauco en Chile», coincide Marcelo Zuliani, director de la inmobiliaria Colliers.

Emporio Armani. Fue una de las marcas que sufrió los efectos de la aplicación del cepo a las importaciones por parte del gobierno de Cristina Kirchner.
Emporio Armani. Fue una de las marcas que sufrió los efectos de la aplicación del cepo a las importaciones por parte del gobierno de Cristina Kirchner.

La lista de marcas que ya regresaron al país o que están en conversaciones avanzadas para hacerlo es larga y en el mercado aseguran que la demanda para este tipo de productos sigue firme más allá de la coyuntura (ver recuadro).

«Pese a la última devaluación, las marcas de lujo en dólares están competitivas en precio y de hecho son las que mejor se defienden en los shopping», aseguran en Patio Bullrich, el centro comercial que concentra la mayor oferta de marcas de alta gama. «Este tipo de marcas además cuenta con la ventaja de que al trabajar con volúmenes de importación relativamente pequeños hoy no enfrenta tantos problemas para ingresar la mercadería», explican.

La lista de próximos desembarcos está encabezada por la tienda de joyas Pandora. La marca nacida en Dinamarca está presente en 55 países y para las próximas semanas prepara la inauguración de su primera sucursal en el shopping Paseo Alcorta, en un plan de expansión que también incluye la apertura de media decena de tiendas en Buenos Aires (una será en Patio Bullrich), Rosario y Córdoba.

26.500

millones es la facturación en dólares prevista para la industria en 2019 en la región.

El shopping de la calle Posadas también fue elegido por la marca de zapatos Bally para concretar su debut porteño. La suiza llegará al país de la mano de Libson Group, la misma empresa que está detrás del regreso de Zegna. En el mercado además aseguran que la misma empresa está detrás de la posible llegada al país de Loewe, una marca española de marroquinería que a nivel global pertenece al holding de lujo LVMH.

También es inminente el desembarco de Vilebrequin, aunque en el caso de la marca francesa de trajes de baño se apresta a la inauguración de su primera tienda sobre la avenida Alvear.

Apuntando a un target un poco más amplio también se concretaron las llegadas de las marcas Zadig & Voltaire (de la mano del grupo local Tucci), en Paseo Alcorta, y Custo Barcelona, que eligió Palermo para dar sus primeros pasos.

10

marcas premium ya regresaron a Argentina en los últimos dos años.

5%

creció en el mundo la industria del lujo en 2017, según Bain & Company.

La indumentaria lidera en el desembarco de marcas internacionales, pero el fenómeno se extiende a otras categorías, que incluyen hasta habanos y relojes premium. En agosto del año pasado, abrió sobre avenida Alvear una Boutique Rolex. Su dueño, Miguel Santarelli, explicó que la marca decidió unificar sus precios de venta en toda América en 2016, por lo que en Buenos Aires puede accederse a «la misma» experiencia que en Nueva York o Miami.

Louis Vuitton volvió a poner la mira en el mercado

La lista de marcas que mira este mercado es extensa. Carolina Herrera —que en 2014 anunció el cierre de su local en Patio Bullrich debido a las dificultades para importar— reabriría sus puertas en Buenos Aires con su división de lifestyle (moda, accesorios y fragancias). En la misma situación está Prada, que analiza abrir una tienda porteña.

Por su parte, Tom Ford —marca del diseñador que fue director creativo de Gucci e Yves Saint Laurent— también avanza con un proyecto local que incluye en una primera etapa el lanzamiento de su línea de fragancias, aunque para más adelante contempla la llegada de una boutique de indumentaria.

Louis Vuitton. La firma se fue de Argentina en 2012 pero estaría contemplando su regreso.
Louis Vuitton. La firma se fue de Argentina en 2012 pero estaría contemplando su regreso.

Louis Vuitton, que se fue del país en 2012, ahora estaría evaluando un regreso. «La idea es que sus productos se consigan en Buenos Aires a un promedio de 10% por encima de los precios de Nueva York o París», explicó una fuente cercana a la negociación.

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