MARKETING DEPORTIVO

deigo ferreira

A sus 37 años, Cristiano Ronaldo mantiene su vigencia en el mundo del fútbol y también en el de los negocios.

En el plano deportivo, el astro portugués ha capitaneado a su selección en el presente Mundial de Qatar incluso marcando goles, al tiempo que su conflictiva salida del Manchester United no supone el fin de su carrera. Por el contrario, se especula por estos días con la posibilidad de que fiche por el club saudí Al Nassr a cambio de nada menos que US$ 200 millones.

Fuera de la cancha, el delantero también es prolífico: aún protagoniza campañas de publicidad -es uno de los principales referentes del spot de Nike para el Mundial, también es embajador de la plataforma de criptomonedas Binance- y tiene inversiones en diferentes sectores como hoteles (en alianza con el grupo Pestana), inmuebles, moda (con su marca CR7), marketing y publicidad, gimnasios, perfumes y hasta una clínica de transplante capilar, entre otras categorías.

Esos negocios, sumados a la explotación de sus derechos de imagen y su salario, le hacen ganar al jugador unos 200 millones de euros al año (US$ 210 millones), según estimó en una nota de la agencia EFE, Daniel Sá, director ejecutivo del Instituto Portugués de Administración de Marketing.

Según el especialista en marketing Jean-Philippe Danglade: «Cristiano Ronaldo es un gran motor en los mercados financieros. Es una verdadera empresa de productos, servicios y digital», dijo en declaraciones recogidas por el periódico deportivo español Marca.

Ronaldo, dueño de un alto perfil público, también ha sabido explotar su imagen en redes sociales. Es la celebridad más popular en Instagram y Facebook, con más de 500 y 153 millones de seguidores, respectivamente, y la sexta en Twitter, con más de 100 millones.

Los expertos en marketing tienden a coincidir en que el astro portugués posee cualidades que le permiten mantenerse como un imán para las marcas a pesar de encontrarse en el ocaso de su exitosa carrera profesional. Su actitud, competitividad y perseverancia, son algunas de sus principales fortalezas. Además, su físico cuidado y estilo de vida saludable refuerzan su imagen de súper atleta, un atributo que los consumidores valoran.

Pero, por otro lado, se suele matizar que esa autoconfianza y fiereza competitiva es percibida por muchas personas como una señal de arrogancia antipática.

La opción de que CR7 se «jubile» en el fútbol de Arabia Saudita podría hacer mermar el interés de los anunciantes, al tratarse de un mercado con menos influencia sobre el resto del mundo. Desde otra óptica, la llegada del jugador podría visibilizar una liga menor como lo hicieron Pelé y David Beckham en épocas distintas con el fútbol de EE.UU.

Cristiano tiene la palabra, y los árabes los millones.