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Clio, empresa que logró que Walmart pusiera más juguetes sexuales en sus góndolas

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Walmart. El gigante del retail ocupa cerca de 2,1 millones de personas. (Foto: Creative Commons)

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El minorista encargó la creación de una nueva línea de productos al fabricante, que apunta a nuevos consumidores

El año pasado, Jamie Leventhal, el director ejecutivo de Clio, una pequeña compañía que fabrica dispositivos como recortadores personales de vello, recibió una llamada de un comprador de Walmart que conocía. Leventhal dijo que el comprador le preguntó: «¿Qué piensas de los juguetes sexuales?».

Fue una pregunta un poco sorprendente de un minorista conocido por su cultura corporativa conservadora. Sin embargo, Leventhal sabía que Amazon y otros retailers estaban teniendo éxito con la venta de productos para adultos y que podían generar ganancias. Walmart estaba consciente de lo mismo.

Ahora, 45 años después de que las feministas comenzaron a vender vibradores mediante un catálogo de pedido por correo, la compañía de Leventhal creó una línea de juguetes sexuales que Walmart, el minorista más grande de EE.UU., está almacenando y vendiendo.

PlusOne de Clio
Clio. En los últimos ocho meses vendió más de un millón de unidades de PlusOne. La empresa es más del 26% del mercado de masajeadores sexuales, según consultora Nielsen..

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La línea PlusOne de Clio comenzó a aparecer en 4.300 de las cerca de 4.700 tiendas de Walmart y en Walmart.com en octubre de 2018. Walmart vende estos artículos en las tiendas de todos los estados de EE.UU., excepto en Virginia y Alabama, debido a las leyes de esos lugares. El minorista planea comenzar a vender cuatro productos más de PlusOne en agosto.

«Esta no es una nueva categoría para nosotros», señaló Walmart en un comunicado y señaló que vende vibradores de las empresas de preservativos Trojan, Durex y Lifestyles. Sin embargo, PlusOne es un paso mucho más grande hacia la industria de los juguetes sexuales.

Los productos están diseñados para ser de lujo. Son a prueba de agua, recargables y hechos con silicona apta para el cuerpo, características que alguna vez se encontraron solo en productos vendidos en tiendas eróticas y en Internet. Sin embargo, cuestan de US$ 10 a US$ 53, mucho menos que los «vibradores de diseñador» de empresas como Lelo, que pueden costar de US$ 75 a US$ 200.

Cuestan de US$ 10 a US$ 53, mucho menos que los "vibradores de diseñador" de empresas como Lelo, que pueden costar de US$ 75 a US$ 200.

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También es más fácil identificar PlusOne como una línea de productos sexuales, a diferencia de otros dispositivos en los estantes de Walmart. Clio lanzará un estimulador para el clítoris como parte de su expansión en agosto, junto con un minimasajeador personal, toallitas limpiadoras y un lubricante.

Aunque la empresa desarrolló los productos para Walmart y el minorista es su principal cliente, los vibradores de la empresa también se venden en Target y Amazon. En los últimos ocho meses, Clio ha vendido más de un millón de unidades de PlusOne. La compañía ahora conforma más del 26% del mercado de los masajeadores sexuales, de acuerdo con la consultora Nielsen.

«Quiero que se convierta en el Kleenex de los juguetes sexuales, que la marca se asocie con ellos», comentó Leventhal. Clio espera atraer a las mujeres que jamás han comprado un juguete sexual, sobre todo las madres mayores de 25 años, pero que están aceptando la idea de que «el bienestar sexual» es bueno y puede darte poder.

"Quiero que se convierta en el Kleenex de los juguetes sexuales, que la marca se asocie con ellos", comentó Jamie Leventhal, el director ejecutivo de Clio,.

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«Es como llevar una minitienda erótica a todas las pequeñas ciudades de EE.UU.», dijo Hallie Lieberman, autora del libro Buzz, sobre la historia de los juguetes sexuales. «Es muy revolucionario de una manera discreta».

«Parece que este es un momento clave», dijo Chad Braverman, ejecutivo del fabricante de juguetes sexuales Doc Johnson, que fue fundado en 1976, cuando los juguetes sexuales aún eran un negocio clandestino. «Es otro paso hacia la normalidad».

Cuando desarrolló la línea, Clio consideró varios factores, entre ellos el precio y la estética, pero, sobre todo, dijo Leventhal: «¿Cómo creamos algo que no ofenda a los accionistas de Walmart?».

TENTADOR, NO VULGAR

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Leventhal, de 46 años, también debe averiguar cómo publicitar un dispositivo que algunas personas aún ven con recelo. Era ilegal vender juguetes sexuales en Texas hasta 2008 y aún lo es en Alabama. Este año, en CES, la exhibición más grande de electrónicos de consumo del país, un premio de innovación otorgado a un juguete sexual fue revocado, pues una regla prohíbe que concursen productos «inmorales, obscenos, indecentes, profanos» o que den una mala imagen de la feria.

Mujer en supermercado
Mercado. El de la «tecnología para mujeres», que incluye la categoría del bienestar sexual, podría tener un valor de US$ 50.000 millones para 2020. (Foto: Shutterstock)

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Aun así, el sexo vende muy bien. El mercado de la «tecnología para mujeres», que incluye la categoría del bienestar sexual, podría tener un valor de US$ 50.000 millones para 2020, de acuerdo con un informe de 2018 de Frost and Sullivan. La industria de las tiendas para adultos obtuvo US$ 9.500 millones en 2018, y los juguetes sexuales conforman casi 80% de esos ingresos, según un informe de 2018 de Ibis World.

Trojan comenzó a vender vibradores en 2005 y pronto aparecieron en farmacias como CVS y Walgreens. Para 2008, Walmart vendía objetos como anillos vibradores, que principalmente son diseñados para los hombres.

Los competidores de Clio lo están observando de cerca.

Alexandra Fine, directora ejecutiva de Dame Products, cree que la inversión de Walmart en PlusOne podría hacer más probable que su empresa atraiga a inversionistas, lo cual no siempre ha sido fácil, señaló. Dame Products demandó a la Autoridad Metropolitana de Transporte de Nueva York en junio por rehusarse a colocar anuncios de la empresa en el metro. «Es desafiante hacer que la gente vea el valor y la importancia del placer sexual de la mujer», dijo Fine.

Los diseñadores de PlusOne, entre ellos varias mujeres, también son nuevos en la industria de los juguetes sexuales y se inspiran en las tiendas de especialidad.

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Leventhal creció en Sharon, Massachusetts, y su padre y tíos compraban y vendían mercancías para empresas minoristas. Estudió en el Instituto Tecnológico de Florida y Hofstra, y comenzó a trabajar para una empresa en Chicago que fabricaba ventiladores.

Leventhal cree que Walmart lo contactó porque su empresa es pequeña y trabaja rápidamente. Su compañía tiene solo unos 20 empleados, entre ellos dos diseñadores de producto.

Los diseñadores de PlusOne, entre ellos varias mujeres, también son nuevos en la industria de los juguetes sexuales y se inspiran en las tiendas de especialidad, artículos en Amazon y productos de lujo fabricados por empresas como Lelo, We-Vibe y Womanizer.

Jason Cornaro, de 28 años, un diseñador de PlusOne, dijo que pensaba muy a menudo en cómo podría hacer que los productos resultaran accesibles y atractivos para quien los compra por primera vez. Quería volverlos tentadores, no vulgares, pero también reconocibles de manera inmediata y fáciles de usar. «Tienen que parecerles atractivos a todos, o por lo menos no alejar a nadie», comentó Cornaro.

Clio ya trabaja en un nuevo producto que parece una pluma vibradora de silicona. Los empleados lo llaman un «cosquilleador». Fue idea de Trachtenberg. «Es asombroso», dijo Leventhal mientras el producto vibraba. «Lo lanzaremos en el primer trimestre de 2020».

Clio, PlusOne
Un novato en la industria

Leventhal admite que es un novato en la industria de los juguetes sexuales. El libro de Lieberman sobre la historia de este tipo de dispositivos está en su oficina, pero aún no lo ha leído. «Siento curiosidad, pero también estoy ocupado», comentó.

Leventhal practica cuando puede Bikram yoga durante el almuerzo y conduce un Toyota 4Runner de hace 11 años que llamó Whitney, por Whitney Houston. Juega tenis con sus dos hijos pequeños y pasa el tiempo pensando en productos minoristas innovadores como el bálsamo esférico para labios EOS y la botella de jabón con forma de lágrima de Method. Además, no está seguro de por qué vender juguetes sexuales en una gran tienda minorista tendría que ser un gran problema.

«No lo considero un tabú», dijo Leventhal.

Reconoce que no todos piensan lo mismo. «Creo que hay un grupo de hombres que definitivamente cree que los juguetes sexuales son una amenaza a la intimidad en su matrimonio», comentó.

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