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Jonatan Loidi: "El empresario de América Latina es el más preparado para la crisis"

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Jonatan Loidi

EMPRESAS

El conferencista argentino, que se presenta en Inspiring Summit de Enjoy, habla del aprendizaje que implica en los negocios el haber nacido y aprendido de las turbulencias que han vivido los países de la región

Jonatan Loidi
Empresa. "La mejor sociedad es entre un empresario conservador y uno emprendedor", afirma Loidi.

No es el mejor momento para emprender en la región por la crisis que afecta a varios países. Sin embargo, los empresarios de esta parte del mundo sobreviven gracias a que son los mejores preparados para este tipo de situaciones adversas porque «nacieron en ella, crecieron en ella y aprendieron de ella. Un alemán o un americano acá no sobreviviría», aseguró el conferencista de negocios Jonatan Loidi.

Licenciado en marketing, negocios internacionales, dirección de empresas y en negociación (Harvard), este argentino asesora a empresas como Disney y será uno de los speakers principales del Inspiring Summit, el próximo viernes en Enjoy Punta del Este. A modo de adelanto, conversó con El Empresario.

—Tiene experiencia en varias partes del mundo, ¿cuál es la diferencia entre un empresario latinoamericano de otro del primer mundo?

—¿Cuánto del día a día está en un libro y cuánto se aprende en el camino? En eso se diferencia un empresario sudamericano, porque tiene «mucha calle». El resto funciona bien colectivamente, nosotros individualmente. Por la energía de los empresarios de acá es que nos va bien, porque corremos una carrera a diferentes niveles: podemos picar, frenar, volver, nos adaptamos a todos los terrenos. En EE.UU. y Europa corren más lento en forma constante, no están propicios a cambios de ritmo. Esas son las cosas que me dan la esperanza de que, si algún día logramos 10 años de estabilidad, volvamos a crecer.

—En Uruguay y en Argentina las pymes son grandes motores de la economía, ¿qué papel tienen en el presente?

—En Argentina y Uruguay, de cada 100 empresas, 98 son micro o pequeñas. En empleo, en aporte al PIB son el número uno, pero están abandonadas. Durante muchos años las pequeñas miraron a las grandes como que saben todo y las grandes miraban a las chicas como la «gentuza». Como ahora todo ha cambiado, lo que por mucho tiempo fueron fortalezas de las grandes empresas ahora son trancas, como la gestión de cambio. En las pequeñas, el cambio es natural porque hacen malabares todos los días para sobrevivir. Son eficientes, tienen flexibilidad. Eso lo están aprendiendo las grandes. Por ejemplo, cuando Netflix pasó a ser la empresa de contenido más grande del mundo y quiso contratar un gerente, primero entrevistó a los de grandes empresas y les hizo dos preguntas: si en tu empresa entro bien abajo y quiero llegar arriba, ¿cuántos pisos tengo que subir? Y respondían: no menos de 20. ¿Y si quiero cambiar el logo? Seis meses. Cuando entrevistaron a gerentes de medianas, a la primera contestaron cuatro pisos, y al logo lo cambiaban en dos reuniones. Contrataron a estos últimos, que venían con hambre y ganas de trabajo.

En Argentina está todo muy complicado, hoy un emprendedor termina siendo un héroe, un patriota que lo hace porque le gusta, pero la probabilidad de éxito es baja.

Jonatan Loidi
Jonatan Lodi

—Hay un impulso emprendedor muy importante, con varios casos de unicornios en la región, ¿es el mejor momento para emprender?

—Si bien hay varios emprendedores, no están dadas las mejores condiciones. Hoy el riesgo es muy alto frente a otras alternativas de inversión. De todas formas, los países más emprendedores son los más sufridos, porque tiene mucho que ver con la necesidad. En Argentina está todo muy complicado, hoy un emprendedor termina siendo un héroe, un patriota que lo hace porque le gusta, pero la probabilidad de éxito es baja. Uno de los factores que incide en esto es que una vez que pasan la etapa de emprendedor a empresario, que es otro mundo, más aburrido, rutinario, muchos emprendedores ya no se sienten atraídos y duran poco. En Argentina, de cada 10 emprendimientos, solo quedan dos a los cinco años. La mejor sociedad en una empresa es entre un conservador y un emprendedor. Por ejemplo, todo el mundo conoce a Walt Disney, que era el emprendedor típico, pensando cosas nuevas, distintas, pero pocos conocen a Roy Disney, el hermano, que lo trascendió. Luego que Walt falleció, Roy vuelve a la compañía y crea Magic Kingdom en Orlando. La diferencia entre ambos es que Roy es el conservador que le gustaba administrar y que manejaba la empresa que Walt soñaba.

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