Publicidad

Qué hacer para innovar y no morir en el fracaso, según argentino Santiago Bilinkis.

Compartir esta noticia
Santiago Bilinkis

Entrevista

El experto argentino analizó el presente de las empresas en su charla «El desafío de Innovar en la era Digital» en evento organizado por Cacique Group en Audi Zentrum.

Es tarde, faltan pocas horas para su vuelo de regreso a Argentina. Está firmando libros luego de una larga jornada donde brindó charlas, se reunió con empresarios y visitó amigos. Pero nada le impide al argentino Santiago Bilinkis, mantener una entrevista de casi una hora para hablar de los desafíos de innovación en las empresas, de inversión y las tecnologías que modelarán el futuro.

Tecnólogo, inversor, speaker internacional, emprendedor, escritor. Estas son algunas de las múltiples facetas que definen al cofundador de Officenet, la mayor empresa de insumos de oficinas de Argentina y Brasil de fines de los 90, adquirida luego por el gigante estadounidense Staples. Bilinkis estuvo la semana pasada en Uruguay para brindar su charla «El desafío de innovar en la era digital», evento organizado por Cacique Group en el Audi Zentrum.

A continuación, un resumen de la charla con El Empresario.

-Afirma que las empresas tienen que asumir el cambio y la innovación, ¿cuáles son los errores más comunes que impiden que esto suceda?
-Incentivos mal puestos. Las empresas son manejadas por managers y detrás está el interés de los accionistas, de la empresa, que no son los mismos. En general, los que toman las decisiones son los gerentes que están más preocupados por el bono de fin de año que por las perspectivas de largo plazo. Incluso, a veces los accionistas caen en la trampa de exigir resultados inmediatos y la innovación se lleva a las patadas con el corto plazo. Lo ideal es innovar en los márgenes. En un negocio que va más o menos bien, si intuís que hay una amenaza por disrupción tecnológica, no hay que matar la gallina de los huevos de oro sino empezar a construir e investigar alternativas. Si en la investigación se descubre que hay algo que pueda matar ese negocio, entonces sí hacerlo. Una vez fui a dar una conferencia a un banco muy grande en Colombia. El presidente de la empresa me dice si podía visitar su centro de innovación que acababan de abrir. Le pregunte cuál era el objetivo de ese lugar. Me dice: «Traer innovación al banco». Y le respondo: «Está mal concebido, el objetivo tiene que ser destruir al banco, porque le aseguro que tiene un talón de Aquiles y hay un montón de jóvenes con startups afuera que lo están buscando. Y lo mejor es que lo encuentren ustedes primero».

Santiago Bilinkis
Santiago Bilinkis. Fracasar por llegar "demasiado temprano", una de las maneras más dolorosas, aseguró. (foto: Francisco Flores)

-Dice que de las primeras preguntas que hace a CEO es si han fracasado, ¿qué aprendió de sus propios tropiezos?
-Cuando me presento digo que fundé muchas compañías y fundí unas cuantas. Hay diferentes grados de fracasos y lo mejor que hice fue fracasar chiquito, rápido, no perder demasiado tiempo ni dinero en ideas que no prosperaron. En 2015 cuando Mercado Pago no había hecho nada, hicimos la primera billetera electrónica de Argentina. Fracasó porque era muy temprano. Buena parte de las veces que fracasé fue por llegar demasiado temprano, una de las maneras más dolorosas de fracasar porque ves algo que te das cuenta que va a pasar, pero te quedas sin nafta, no podés seguir. Igual, creo que es muy importante no ser obstinado, porque emprender no es demostrar «que vivo que soy, tenía razón», si probaste una vez o dos y no funciona, chau, a soltar los piolines e intentar otra cosa. El emprendedor que fracasa estrepitosamente es el que insiste más allá de lo lógico. Si está demasiado enamorado de su idea es el indicador más fuerte que necesito para no trabajar con esa persona. Tu misión como emprendedor en etapa inicial es intentar destruir la idea, si aguanta todos los cañonazos hay algo. Yo tuve mucha suerte que el primer proyecto que fundé (Officenet) fue una gran compañía que dirigí 15 años. Pero para que pase hay exigirle a la idea que te demuestre que se merece un paso más. Otro aprendizaje es nunca más trabajar con gente que no escucha.

-Se sumó al fondo Starlight Ventures, ¿en qué invierte?
-Mi criterio de decisión tiene tres elementos: la compañía tiene que ser global desde el día cero, no compro más el argumento latinoamericano de «estamos haciendo una prueba en Argentina, pero después nos vamos a expandir a México». Si hay un problema, hay que solucionarlo en el mundo. En Latinoamérica hay un talento extraordinario, pero tenemos una visión muy parroquial de mirar para adentro. El segundo es que sea tecnología de frontera. No me interesa una app para reservar turno en la peluquería por más que sea un negocio. Quiero biotecnología, inteligencia artificial, mixed reality, que cuando me lo cuenten produzca una reacción de «me estás hablando en serio o en joda». El tercer elemento es que apunte a solucionar grandes problemas del mundo. El fondo fue fundado por un argentino, basado en EE.UU., con el que invertimos en empresas donde hay científicos de un nivel extraordinario, candidatos al Nobel.

Santiago Bilinkis
Santiago Bilinkis. El evento «El desafío de innovar en la era digital», convocó unas 200 personas en el Audi Zentrum. (Foto: Francisco Flores)

-Si invierten a ese nivel, ¿cómo validan que no están «comprando un buzón»?
-Tenemos un equipo de advisors muy sólido en campos muy variados. Y si es necesario contratamos uno específico. Invertimos con un primer cheque de US$ 250.000 a US$ 3 millones. Hay desde fusión nuclear, una compañía que se dedica a capturar el metano que eructan las vacas con una especie de mascarita, otra que hace una pintura especial que se aplica en las ventanas para capturar energía solar en vez de paneles, otra de fabricación alternativa de alimentos. De hecho, una de las que más se valorizó es Clara Foods, que produce la proteína equivalente a la clara de huevo.

-¿Cómo ve el momento de América Latina para invertir?
-Son momentos cíclicos. Cuando fundamos Restorando en 2011 eran años excepcionales para América Latina. Fuimos a buscar a nuestra primera ronda en Silicon Valley y volvimos con cinco ofertas en una semana. Cuatro años después, los mismos no te daban ni una reunión si decías que era de América Latina. En 2020 empezó a mejorar, tuvimos todo un ciclo con varios unicornios, pero ahora todo parece indicar que vino el «invierno» y puede durar un par de años. No será un momento fácil para conseguir capital. Las compañías que estén fondeadas tienen que ser sumamente cautas en el uso del dinero para sobrevivir hasta que la tempestad amaine.

-Tenía una empresa exitosa, Officenet, que vendió, ¿que lo llevó a esa decisión?
-Tenía una gran virtud y un gran defecto. La virtud es que no tenía que venderle nada a nadie, las compañías consumen insumos de oficina y solo te tenía que convencer de que me los compraran a mí. La contra es que en la medida que estuviera creciendo eran cuentas a cobrar que no se acababan, nunca íbamos a generar caja. Hay un momento donde como emprendedor querés capturar algo del valor. Además, empecé con 25 años y soltero, después estaba casado y con dos pibes y viviendo en un departamento alquilado. Tenía una compañía espectacular pero no tenía ni para comprarme casa. El segundo aspecto es que al tener múltiples rondas de inversión aparecen accionistas con representación en los directorios con nuevos intereses. No te das una idea la complejidad de gobernar una compañía y lograr que se tomen las decisiones correctas alineando intereses de gente que muchas veces está muy desalineada. Sobre la fase final me pasaba 60% del tiempo manejando el directorio y era muy frustrante. Me fue agotando, fastidiando. Lo otro, más romántico, es la analogía de que el emprendimiento es como un hijo. La metáfora es que no vendería un hijo, pero en algún momento tu hijo se independiza, forma su familia, te hace abuelo. De alguna manera Staples era la novia perfecta para alcanzar todo su potencial. Y así fue. Y por último, siendo emprendedor argentino siempre tenés miedo de cuándo viene el próximo chubasco.

Santiago Bilinkis
Santiago Bilinkis

-¿Qué tecnologías cree que cambiarán el mundo?
-El año pasado hice un curso que se llamaba «Cuatro tecnologías que van a cambiar la vida en 10 años». Inteligencia artificial, mixed reality que es un poquito más que metaverso, biología sintética y cripto aunque esté mal porque esto ya lo viví muchas veces. Con Bitcoin fui de US$ 100 a US$ 1.100. De ahí a US$ 200, luego trepó a US$ 20.000 para caer a US$ 3.200. Y nuevamente subió a US$ 70.000. Ahora está en US$ 22.000. Si sos inversor de corto plazo no es para vos porque el precio es lo de menos, el tema es la tecnología y el dinero digital del que nadie puede excluirte ni regularte, que está por fuera de gobiernos.

«Argentina pierde buena parte del mejor talento»

-En los últimos años muchos emprendedores argentinos importantes se mudaron a Uruguay? , ¿es una amenaza para el ecosistema tecnológico de su país?
-No sé si la palabra es amenaza, pero para mí es muy triste. Estoy feliz por Uruguay, pero desde el punto de vista de Argentina es perder buena parte del mejor talento que tenemos. Es una señal muy fuerte de que Argentina no está haciendo lo correcto para tratar de retener a sus personas más capaces para que quieran vivir y hacer sus negocios. Veo que en la mayoría de los países no pasa que su gente más talentosa se vaya. Argentina tiene como una cultura muy «anti-business», donde ganar dinero es malo, como una mirada muy agresiva del emprendedor y el empresario que está rompiéndose el alma.

Uruguay es chico y sabe que su mercado tiene que estar afuera desde el día cero. Los emprendedores uruguayos ya nacen globales. Además, es un país súper transparente. Argentina tiene un tamaño engañoso porque los argentinos creen que Argentina es grande, pero no es así.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

tecnologíaargentino

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad