Manchester City y FC Barcelona se mueven al grito de sponsors e hinchas, que los llevan a cambiar logos y diseños de camisetas.

Los fundadores, dirigentes o diseñadores ya no hacen lo que les plazca a la hora de definir escudos, colores o modelos creativos para las prendas deportivas.

La gente, las costumbres y hasta los sponsors meten la cuchara para que todo empiece a ser más consensuado.

Decenas de historias se suceden, se repiten, y es necesario estar atento a detalles (algunos bruscos, otros sutiles) que permiten acercar a los clubes con sus fans o patrocinadores.

La Aguada es uno de los cuartetos de polo más importantes del mundo. Es un club de familia, y para que puedan jugar todos los hijos de Taio Novillo Astrada, tuvieron que armar dos equipos (La Aguada y La Aguada Las Monjitas), que perdieron recientemente las semifinales contra La Dolfina de «Pelón» y «Adolfito», y Ellerstina de los Pieres.

Cinco temporadas atrás, Los Novillo Astrada supieron tener de sponsor a Arelauquen, un desarrollo inmobiliario super top en Bariloche. Para «mimarlos», la camiseta alternativa no tenía los colores tradicionales del equipo (morado, amarillo y blanco), sino azul y verde, como el isologo de Arelauquen.

Cuando Jorge Vergara era dueño de las Chivas de Guadalajara, compró el Saprissa de Costa Rica. Además de adaptar la camiseta a la de su equipo mexicano (mismo diseño del sponsor técnico Reebok y mismos patrocinadores como Bimbo y Coca), decidió cambiar la tradicional mascota (conocida como El Monstruo Morado) por un muñeco más atlético, bien freakie. Duró pocos partidos, porque los hinchas lo terminaron expulsando, y obligaron a desempolvar el viejo traje del anticuado personaje, muy parecido al dinosaurio Bernardo de Marcelo Tinelli.

El Arsenal inglés fue más allá, pues en 2006, cuando ingresó Emirates como sponsor de la camiseta y de su renovado estadio, cambió la dirección de cañón en su escudo, para que no apunte a La Meca.

Barcelona y Real Madrid también «tunearon» sus escudos, que no tienen cruces en la gráfica ni en las camisetas que se venden en tierra musulmana.

Pero si bien abundan historias similares donde la frase que cunde es «adaptación y valor», en las últimas semanas se produjeron dos hechos muy interesantes para destacar, que hicieron bailar a marketineros ingleses, y tesoreros catalanes.

El Manchester City tradicionalmente usó un escudo redondo. En 1997 realizó un cambio brusco, al incorporar un temible águila como emblema. Este año, el club perteneciente al emirato de Abu Dhabi, volvió a las fuentes, quizás para hacerlo más práctico para aplicar en los clubes que compró en New York y en Australia. Lo curioso es que «los ciudadanos» de Manchester le ofrecieron pagar el costo de dejarle la piel limpia a los fans que tenían un tatuaje del viejo escudo. Con esta acción, el City se convirtió en una verdadera «marca tattoo».

Y la otra jugada fuerte del mes es la del FC Barcelona, que mandó al archivo su segunda camiseta alternativa, diseñada por Nike en honor a la independencia de Catalunya.

La camiseta, a bastones amarillos y rojos, es conocida como «la camiseta de la Senyera», y se convirtió en un claro emblema del independentismo. Esa movida del club con Nike le jugó a favor en la región (los hinchas pedían que usaran esa camiseta en partidos de Champions para exteriorizar su sueño de nuevo país), pero en contra en el terreno local, el de la Madre Patria.

Y para mostrarlo con cifras, el portal MarketingDeportivoMD cita a un informe de amazon.es acerca del merchandising de los dos grandes del fútbol español, Real Madrid y FC Barcelona, que mostraba un claro retroceso en la popularidad del Barça a nivel patrio.

El fútbol le sale al cruce al Principito, cual full back recio, demostrándole, con hechos, que lo esencial dejó de ser invisible a los ojos.

*Periodista especializado en empresas y marketing deportivo.

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