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Hacia el "gallinero feliz": en Francia ya casi nadie quiere huevos de gallinas enjauladas

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Francia es el país más potente de Europa en la cría de gallinas. Shutterstock.

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La decisión del gobierno galo de prohibir la venta de huevos de gallinas criadas en jaula desde 2022 promete cambiar los paradigmas de producción, pero los productores advierten que muchos podrían ir a la quiebra

«Y aquí están . ¡Te presento a estas dulces señoritas!». Elodie Pellegrain —ingeniera agrícola, 31 años— está parada en un galpón en la localidad de Coussac-Bonneval, en la región de Limoges, Francia. Quinientas gallinas de cresta roja y plumas café se mueven a su alrededor, cacareando y picoteando sus botas de plástico azul. Pellegrain las mira con dulzura y chequea que haya suficiente agua y comida en la veintena de recipientes instalados en el lugar.

Este es el gallinero de Poulehouse, una startup fundada en febrero de 2017 que busca comercializar huevos orgánicos bajo la promesa de cuidar a las aves hasta su muerte natural. La compañía —creada por los empresarios Fabien Sauleman y Sébastien Neusch, además de Pellegrain— es quizá el mejor ejemplo de la revolución agrícola que por estos días golpea a Francia y que tiene como principal objetivo generar una verdadera transición agroecológica en ese país.

Una de las medidas más relevantes de esta nueva política pública liderada por el presidente Emmanuel Macron se relaciona con la producción de huevos. El ministro de Agricultura y Alimentación, Stéphane Travert, anunció que de aquí al 2022 todos los huevos que se vendan en los supermercados franceses deben provenir de gallinas libres de jaula.

Hoy el sistema de cría de gallinas en jaula representa un 69,1% de la fuerza laboral francesa

«En este país cambió la mentalidad del consumidor. Ya nadie quiere comer huevos de gallinas que no sean libres», explica Pellegrain, mientras abre con cuidado las puertas de su galpón para que las aves salgan.

La medida anunciada por el gobierno francés promete cambiar completamente los paradigmas de producción que hasta ahora han liderado el mercado de los huevos en ese país, pues hoy el sistema de cría de gallinas en jaula representa un 69,1% de la fuerza laboral.

Gallinas. Un 90% de los franceses dice estar a favor de la prohibición de la cría de gallinas en jaula. Foto: Shutterstock.
Un 90% de los franceses dice estar a favor de la prohibición de la cría de gallinas en jaula. Foto: Shutterstock.

Por lo mismo, la propuesta —que fue parte de las promesas de campaña de Macron— provocó un fuerte rechazo entre quienes siguen criando en jaula; argumentan que la prohibición de este método les costará millones de euros. Incluso, el Comité Nacional para la Promoción de los Huevos de Francia ha dicho que esto podría llevar a cientos de granjeros a la quiebra, provocando un fuerte aumento de los precios.

Sin embargo, contra los intereses de estos productores, el plan hacia una mejora del cuidado animal parece no detenerse. En Francia, el 30% del mercado de los huevos proviene de métodos alternativos a las jaulas.

Hay tres tipos de este sistema de cría: el primero es el cage free, en el que las gallinas están libres de jaula, pero en una densidad de 7 aves por metro cuadrado en un galpón. El segundo es el free range o libre pastoreo, donde los animales están libres de jaula y en una pradera que debe respetar los cuatro metros cuadrados por ave. Y, por último, el orgánico, que es igual al free range, pero además las gallinas son alimentadas con comida 100% orgánica.

La startup Poulehouse le llama a su producto el "huevo sin sufrimiento": protege al ave hasta su muerte natural

Este último sistema es el utilizado por la startup Poulehouse. Al no manipular ningún tipo de pesticida o herbicida, Pellegrain, quien se encarga de la producción, pasa gran parte de su tiempo dedicada a prevenir enfermedades, manteniendo a las gallinas sanas con una buena alimentación, hierbas y aceites esenciales.

La jornada de la ingeniera agrícola es intensa. Debe estar pendiente de todo lo que pasa en su galpón día y noche. Por ejemplo, el día en que fue entrevistada, Pellegrain recorrió el gallinero varias veces. La primera vez fue a las siete de la mañana y, la última, sería alrededor de las ocho de la tarde, cuando recoge los huevos (en el mejor escenario encontrará uno por gallina) y protegerá a los animales de los zorros que merodean en el campo.

Método de crianza

El compromiso con la protección animal de Poulehouse va más allá del método de producción. La compañía aboga por proteger la vida del ave hasta su muerte natural. Actualmente, 100 millones de gallinas jóvenes son enviadas al matadero cada año porque ya no producen un alto número de huevos, mientras que su esperanza de vida sigue siendo de 5 a 8 años. Por eso, Poulehouse le llama a su producto el «huevo sin sufrimiento».

«Creo que estamos en una nueva era en que entendemos que los animales no son máquinas, que tienen sentimientos y que son sensibles. Y como son cada vez más las personas preocupadas por eso, tenemos la misión de ofrecer un producto que respete al animal. Es una nueva perspectiva del consumo y de la producción», dice Pellegrain.

Hacia 2020 todos los huevos de la marca Carrefour en Europa se originarán utilizando sistemas libres de jaula. Foto: AFP.
En 2020 todos los huevos de la marca Carrefour en Europa provendrán de sistemas libres de jaula. Foto: AFP.

Este método de crianza, sin embargo, tiene un mayor costo y, por tanto, el precio del producto es considerablemente mayor. Un huevo de Poulehouse, por ejemplo, se vende a un euro, mientras que una caja de 10 huevos de la marca francesa Carrefour Bio cuesta 3,55 euros.

Aun así, la filosofía detrás de esta startup orgánica coincide con el principio que quiere imponer el gobierno. Porque para el ministro Stéphane Travert el núcleo del trabajo iniciado por su equipo es garantizar condiciones mínimas a los animales a pesar de que los costos sean mayores.

«La lucha contra el maltrato animal en la cría debe ser un factor para el futuro de las industrias francesas. El objetivo es proporcionar métodos alternativos a las prácticas actuales con una estrategia basada en la innovación, en la capacitación, en el apoyo, en el control y en la sanción para acabar con el abuso», dijo Travert.

Supermercados alineados

Los franceses consumen un promedio de 220 huevos al año por persona. La cría de gallinas es una industria gigantesca que mueve más de US$ 17.368 millones anualmente, siendo la de Francia la más potente a nivel europeo.
En abril del 2016, la cadena minorista de alimentos francesa Monoprix anunció su decisión de retirar de sus estantes todos los huevos que provinieran de gallinas enjauladas. Luego, se sumó la multinacional Carrefour. A fines de 2017 —cuando un 72% de sus ventas correspondía a producción en jaula—, se comprometió a que hacia 2020 todos los huevos de la marca Carrefour en Europa se originarán utilizando sistemas libres de jaula.
La multinacional planea extender este enfoque a todos sus proveedores para que en 2025 haya una oferta 100% libre de jaula en sus góndolas. Este es un cambio enorme considerando las 9.500 tiendas que tiene en ese continente y los 1.000 millones de huevos que vende cada año.

En 2012, la Unión Europea prohibió el uso de jaulas en batería (un sistema de ganadería intensiva con recintos muy pequeños), debido a que no respondían a las mínimas normas de bienestar; en ellas, las gallinas no tienen libertad de movimiento. En cambio, permitió el uso de las jaulas «enriquecidas», que son más grandes (750 cm2) y tienen zonas de anidación y de actividad, lo que les permite tener conductas propias de su comportamiento, como picotear y escarbar.

En esa época la inversión que tuvieron que hacer los productores no fue menor. Y ahora, con este nuevo plan de Macron, dicen no estar dispuestos a ceder, y solo se comprometieron a llegar a un 50% de la producción bajo métodos alternativos en 2022. El ministro Travert, no obstante, sigue defendiendo su proyecto.

«Sabemos que la transición no es neutral para el sector, porque requiere inversiones. Pero el gobierno quiere la participación de todos los actores en esto para que el peso de la transición no recaiga únicamente en los criadores. El presidente apunta a devolver los ingresos a los agricultores y las herramientas para poder negociar los precios de acuerdo con sus costos de producción», explica el ministro.

Cien millones de gallinas son enviadas al año al matadero por su baja producción. Foto: Shutterstock.
Cien millones de gallinas son enviadas al año al matadero por su baja producción. Foto: Shutterstock.

Aun así, y a pesar de los esfuerzos del gobierno y de la presión por parte de los animalistas, todavía hay dudas de si efectivamente los agricultores franceses van a cumplir con la obligación de transformar sus métodos productivos de aquí a 2022.

«Nadie sabe lo que pasará. Pero sería decepcionante si no lo logramos», dice Pellegrain.

El ministro Stéphane Travert confía en que los productores se comprometerán con métodos alternativos

El ministro Travert, por su parte, es optimista. «Los productores han tomado nota de las fuertes expectativas de los consumidores, pero también de la Asamblea Nacional y el Senado, sobre el bienestar animal, y están comprometidos con el desarrollo de métodos alternativos de cultivo para la jaula», dice.

Los últimos sondeos del país galo parecen coincidir con el entusiasmo del gobierno y de los productores, pues el 90% de los franceses dice estar a favor de la prohibición de la cría de gallinas en jaula.

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