Publicidad

Director de Baldivia: "El plástico no es el enemigo; es el hombre el que contamina"

Compartir esta noticia
Leonardo Lale, director de Baldivia. (Foto: Leonardo Mainé)

ENTREVISTA

Leonardo Lale habla de la evolución de la empresa, el futuro del plástico y de la trabas que enfrentan los negocios en Uruguay. "El empresario necesita que no le pongan el palo en la rueda", dice.

Nació en Montevideo, tiene 59 años. Estudió electrónica en la UTU, pero toda su vida ha estado ligado a la empresa de plásticos Baldivia, fundada por su padre hace casi seis décadas. Ya como director, explica que sumar productos y variedad atendiendo las necesidades cambiantes del mercado ha sido clave para el desarrollo del negocio. El escenario le presenta hoy retos, comola regulación del uso de la «bolsa camiseta»y las críticas de consumidores hacia el plástico. Lale replica que el que contamina es el hombre, pero admite que la industria ya está pensando en materiales sustitutivos. Le preocupa la caída en la cultura del trabajo. Está casado, tiene cuatro hijos. Es hincha de Nacional y en su tiempo libre disfruta de reparar cosas en su casa.

Baldivia tiene casi 60 años en el mercado. ¿Cómo fue el comienzo?

Mi padre era vendedor ambulante y propuso en el sindicato de vendedores ambulantes hacer una central de compras para ellos, ya que en ese momento no cualquiera podía importar. En el sindicato no hubo quórum y no se pudo formar, entonces mi padre hizo un proyecto para él. Acá, en el local central de Baldivia en la calle Guayabos, compró una casa antigua donde la primera habitación era la empresa, la segunda era un pequeño escritorio y nosotros vivíamos en el fondo. Siempre digo que hacía los deberes arriba de los rollos y las bobinas de plástico. Mi padre comenzó vendiendo bobinas de polietileno estampado que se usaba para manteles. Y así fue vendiendo en comercios. En 1968, decide hacer el local como es hoy, tira la casa vieja y construye un local comercial y pasamos a vivir arriba. Ahí fue agregando nuevos productos para mantelería y otros, por ejemplo al principio no vendía bolsas, las incorporó después. Así fue prosperando.

¿Cuál fue el momento del gran salto de la empresa?

En 1979, cuando abre la importación. Hasta ese entonces nos dedicábamos a vender. Ese año tomamos la distribución de una fábrica de Brasil llamada Vulcan, y ahí se amplió totalmente el catálogo y con productos totalmente nuevos. Empezamos a confeccionar manteles y le vendíamos (material) a confeccionistas de monederos y carteras, incursionamos en PVC estampado, que hasta ese momento lo que había acá era de polietileno, pero con diseños muy antiguos. Empezamos a revolucionar el mercado. Ahí también es cuando sufre un cambio el local, que hasta entonces era muy chiquito porque los clientes finales que llegaban y los productos eran pocos. Entonces, nos dimos cuenta que teníamos que reformar la distribución del local. Hicimos exhibidores y también publicidad. Luego empezamos a traer hule de mesa, nos fuimos especializando en telas plásticas, incorporamos PVC transparente, liso, cortinas de baño. Años después empezamos a traer muchos más artículos, pisos vinílicos, malla sombra y tejidos plásticos. Ahí fue cuando ingresé a la parte directriz de la empresa. Yo empecé barriendo. Con 17 años le dije a mi padre «¿voy a barrer?», y me respondió «sí, porque tenés que aprender a barrer para explicar después cómo se hace». Tenía razón, es la manera de poder aprender cómo trabajar.

¿Cuántos productos maneja la empresa en su catálogo?

Nosotros catalogamos los productos en dos ramas diferentes. Una es la que importamos en forma directa, que abarca la mayoría de los productos. Solo compramos los que son más de relleno y no nos justifica importar. La relación debe ser 90% y 10%. Hoy tenemos unos 2.000 productos. Qué pasa: el mundo y las necesidades van cambiando y hay que ofrecer lo que el cliente necesita.

El mundo cambia y hay que ofrecer lo que el cliente necesita"

Leonardo Lale, director de Baldivia. (Foto: Leonardo Mainé)
Leonardo Lale

2

Es el número de productos que componen hoy el catálogo de Baldivia (el 90% son importados). La clientela se divide a partes iguales entre consumidores finales y empresas.

67

Es el total de personas que hoy trabajan en Baldivia, afirmó Lale. La empresa cuenta con cuatro locales (el central en Guayabos, 8 de Octubre, Paso de la Arena y Colón).

¿Cómo vienen las ventas este año, considerando la baja general del consumo?

Puede sonar extraño, pero venimos bien y quizás también de la mano de la diferenciación y renovación de productos. Mis vendedores me dicen que cuando visitan a clientes les dicen: «¿qué tenés de nuevo?». Veo que muchas veces la gente se queda con aquello de «que lleven esto, es lo que tengo». Cuando voy a comprar y me dicen eso, me enferma. También están quienes te dicen «esto no lo hacemos porque somos chicos», y yo doy vuelta la frase: «somos chicos porque no hacemos esto». Soy de la idea de que tenemos la misma capacidad que una persona en EE.UU., en Brasil. Lo que pasa también es que hay un tema de capacitación. Hoy si no sabés usar una computadora, estás afuera. Si no sabés manejar un Excel, estás afuera. Entonces, te tenés que capacitar, tenés que saber hablar inglés. Ése es un consejo que le doy a los jóvenes, a mis hijos: tenés que aprender constantemente porque lo que hoy está bien, mañana ya no está más.

Hoy si no sabés usar una computadora, estás afuera"

Leonardo Lale, director de Baldivia. (Foto: Leonardo Mainé)
Leonardo Lale

¿Qué impacto tiene en un negocio como Baldivia la tendencia hacia lo sustentable, que incluye además una visión crítica hacia el uso del plástico?

Primero que nada quiero decirle lo siguiente: posiblemente tenga parte de su vestimenta hecha de plástico, igual yo, y no creo que se esté enfermando por eso. O sea que el plástico no contamina, empiezo por ahí. Hay otros envases e industrias que son mucho más contaminantes, no solo por lo que vemos sino por lo que no vemos. Nunca vi un conflicto internacional por una fábrica de plástico. Eso es gráfico. El plástico es un producto liviano, barato, 100% reciclable y es uno de los mayores inventos de los últimos tiempos. ¿Por qué? Porque con él se puede hacer cualquier cosa, pero aparte se pueden hacer con el reciclado productos que van a estar mucho tiempo en el ciclo de vida. En el caso del papel hay que cortar árboles que consumieron muchos litros de agua —un bien cada vez más escaso—, eso genera un problema de microclima, de ecosistema, pero además una cosa muy importante es el CO2 que se produce, uno de los elementos que contribuyen con el efecto invernadero. Imagínese todo el consumo de energía que hay para llegar con los troncos a las fábricas. Por otro lado, el plástico se ha tecnificado y es liviano; esto último hace que se consuma menos energía en muchos casos para transportar cosas.

¿Y qué pasa con la problemática degradación del plástico?, ¿no es un factor?

En el caso de las islas de plástico, que las hay y son lamentables, no es que el material fue ahí (solo) sino que fue el ser humano el que lo tiró en lugares inapropiados. Entonces, no es el plástico el que contamina, es el hombre por medio del plástico, tirándolo en lugares inadecuados. El plástico es 100% reciclable en productos de larga duración antes de volver al ciclo de la basura. El plástico no es el enemigo, el enemigo es el que tira el plástico en lugares inapropiados.

Lale. "Con 17 años le dije a mi padre «¿voy a barrer?», y me respondió «sí, porque tenés que aprender a barrer para explicar después cómo se hace». Tenía razón, es la manera de poder aprender cómo trabajar".
Lale. "Mi padre me dijo: tenés que aprender a barrer para explicar después cómo se hace'".
(Foto: Leonardo Mainé)

En este marco se reguló el uso de las bolsas plásticas.

Lo que se reguló y prohibió fue la «bolsa camiseta». Pero haga un ejercicio cuando vaya al supermercado: vea cuántos productos están envueltos en plástico. Si suma todas las bolsas, empaques, vasitos de yogur, etcétera, vacíos, van a pesar muchísimo más que la bolsa camiseta. Cambiemos eso que tenemos mucho más plástico que lo que estamos regulando. Hay algo que no combina. No digo que esté bien o mal, tengo diferencias sobre esto.

¿Qué perspectiva de futuro ve para el negocio entonces?

El futuro viene por nuevos artículos, productos, materiales. Mientras algunos están prohibiendo el uso, otros están pensando cómo sustituir. Hoy tenemos el material que es compostable y mañana aparecerá otro. Hay químicos que están pensando cómo bajar los espesores -y con eso tenés un menor impacto y precio- y cómo reducir lo que viene siendo el impacto al medio ambiente.

¿Cómo ve la cultura del trabajo en la nueva generación?

Mal. En mi vida vi tanta tendinitis y dolores de espalda... Yo cargué y descargué muchos camiones, me mojé mucho, pasé frío y calor, pero nunca dejaba de venir. Y no solo yo, todos los que trabajábamos acá teníamos un compromiso no solo con la empresa sino con uno mismo. El compromiso de esforzarse para salir adelante. Muchas veces esa situación está dada por varios factores; uno es que hay institucionalizado un tema contra el empresario. Eso hace que la gente tome una posición que no es la correcta. Por otro lado, la tecnología ha traído inmediatez y los jóvenes quieren todo ya. Entonces, no está esa cultura de «necesito esforzarme, aprender y capacitarme más».

La cultura de trabajo está mal; en mi vida vi tantas tendinitis..."

Leonardo Lale, director de Baldivia. (Foto: Leonardo Mainé)
Leonardo Lale

¿Por qué cree que se ha instalado esa visión negativa hacia el empresario?

Creo que está desprotegido porque se le hace mala propaganda. Vamos a separar: como en todos lados hay buenos y malos. Digo que los «normales» no están protegidos, primero, porque nunca tienen razón. Cualquiera va a decir cualquier cosa al Ministerio de Trabajo y el empresario nunca tiene razón. Por suerte, nunca tenemos problemas pero lo veo a diario. Después, hay una carga impositiva importante. Si no mire todos los comercios que están cerrados y para alquilar. Hay que darle facilidades al empresario de todos los ámbitos. Si ponés un comercio, te piden esto, aquello y lo otro... pará, miremos cuánto es la venta. Hay empresas -como me pasa con proveedores de Brasil- que venden 1 millón de metros por mes de un producto; nosotros para vender eso podemos estar dos años con suerte. Pero (acá) la telefonista me sale lo mismo por vender 1 millón que por vender 1.000. Voy con la habilitación del local y es lo mismo. Entonces, es una carrera con obstáculos. El tema es que el empresario necesita que no le pongan el palo en la rueda, porque es el motor y con esas cosas se desestimula. Por otro lado, el que emprende muchas veces empieza sin permisos y en negro, entonces su costo es menor y eso perjudica al que paga los impuestos. También pasa que se ve obligado, porque si va a hacer todo el proceso termina diciendo «no arranco».

"Siempre estamos mirando la innovación"

Lale. Aunque la empresa es reconocida por su variedad de telas plásticas, hoy tiene un portafolio más amplio.
Lale. Aunque la empresa es reconocida por su variedad de telas plásticas, hoy tiene un portafolio más amplio de productos. (Foto: Leonardo Mainé)

Entre tantos productos, ¿cuál es el «caballito de batalla» a nivel de ventas?

Hoy tenemos un mix de productos. Si bien nos caracterizamos por tener una amplia gama de telas plásticas, no quiere decir que sea el «caballito de batalla», sino que es un producto importante. Para que tenga una idea, de hules de mesa tenemos productos que importamos de Turquía, de la mejor fábrica, donde hay dibujos que son muy lindos, muy bien trabajados y con impresiones muy buenas. De ese solo tenemos unos 140 diseños distintos. Apuntamos siempre a tener variedad. Entonces, tenemos ese producto y después tenemos otros de China y Brasil, donde el precio es menor, pero los dibujos no tienen la misma calidad. Sobre su pregunta, «telas plásticas» es una parte a la que le brindamos especial atención, pero además tenemos plástico transparente, PVC transparente, lisos, lonas, y TNT, donde tenemos una variedad muy importante de colores y variedades. Ese fue otro producto en el que fuimos los primeros en traer. ¿Por qué? Porque estamos mirando siempre la innovación.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Uno a Uno

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad