Un estudio revela conductas que incrementan el bienestar personal y la efectividad profesional.

Los factores externos pueden influir en el grado de motivación en el trabajo. Aun así, un estudio de Pablo Maella, asesor del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa de la Universidad de Navarra recomienda 10 conductas para elevar el bienestar personal y la efectividad profesional.

Tenga expectativas realistas y apropiadas del trabajo y de quienes lo rodean. En lugar de exigir que las circunstancias se adapten a sus deseos, acéptelas y, desde ahí, encuentre margen para mejorar.

Estar conscientes de nuestras fortalezas y debilidades nos permite ser más efectivos y nos evita caer en una espiral descendente de baja autoestima. Si no aceptamos nuestra propia falibilidad, terminaremos acumulando frustraciones y perdiéndonos de oportunidades de mejora.

Imagine que es dueño de una franquicia de comida rápida y en otro restaurante de la cadena se descubre un lote de carne en mal estado. Usted no hizo nada malo, pero su negocio se verá afectado. Quejarse no resuelve nada y centra la atención en lo que no puede controlar. Es mejor establecer medidas para reducir el impacto negativo de la noticia.

El "hedonismo psicológico2 es un mecanismo mental mediante el cual nos acostumbramos con facilidad al progreso de nuestro trabajo y dejamos de apreciarlo. Debemos hacer un esfuerzo consciente por poner atención en lo que está dando buenos resultados para evitar terminar desanimados.

Si usted va a una fiesta pensando que va a ser aburrida, probablemente no se divertirá mucho. Un estudio comercial señala que los vendedores positivos y optimistas facturan 90% más que sus colegas lastrados por la negatividad. Eso se debe a que la actitud con la que manejamos una situación o tarea influye en el resultado.

Según la teoría de establecimiento de metas de Edwin Locke, nos sentimos motivados cuando percibimos que podemos alcanzar nuestras metas, aunque impliquen grandes esfuerzos. Las importantes (que ofrezcan algo de valor), son más inspiradoras que un objetivo intrínseco, como el desarrollo profesional, o extrínseco, como un aumento de sueldo o un ascenso.

Dada la misma tarea, un jornalero puede acarrear ladrillos mientras que otro construye un edificio. Ir a trabajar para ganarse el sueldo no es lo mismo que encontrar motivos importantes a lo que hacemos y dar lo máximo para que sus acciones tengan relevancia.

Cuando tomamos medidas decisivas en el trabajo, en lugar de quedarnos sentados como espectadores, asumimos más responsabilidad y nos sentimos más motivados.

La clave de la motivación no es tanto hacer exactamente lo que nos gusta, sino poner el mayor entusiasmo posible en lo que tenemos que hacer. Cuando éste se desvanece, hay que asumir la responsabilidad de seguir adelante.

De no haber tenido determinación o perseverancia, Steve Jobs jamás se hubiera recuperado de su despido de Apple en 1985 para regresar unos años después y convertir a la compañía en un éxito mundial. n the new york times

RR.HH.