After work

Silvana Nicola

Manuela García (27) y Matías de León (26) lideranPan Pal Barrio, un emprendimiento gastronómico que conquistó primero en Pinamar, luego en Ciudad de la Costa y ahora también llega a Montevideo.

«Teníamos un catering, pero con la llegada de la pandemia nos reconvertimos», recuerda De León. Elaborar panes fue la salida laboral que encontró la pareja. De pronto «los nuevos de Pinamar» se hicieron conocidos; sus panes gustaron más de lo que ellos mismos soñaron y el boca a boca impulsó las ventas fuera de las fronteras de su balneario.

«Somos charlatanes, nos gusta conversar con los vecinos, conocimos a otros emprendedores, al público, ellos nos cuentan qué les gustaría probar y nos obligan a hacer cosas nuevas», remarca el emprendedor, que dice que «todo es un aprendizaje enriquecedor».

Así la lista de elaboraciones actual de Pan Pal Barrioincluye otras preparaciones, como bombitas triples con masa de cacao, relleno de dulce de leche y baño de coco semi amargo; empanadas, tartas integrales, sandwiches, wraps y también pizzas.

«Ahora que comienzan a reactivarse los eventos al aire libre y algunos clientes nos consultan, casi preocupados, si retornaremos con La propia pizza y los dejaremos sin pan, pero no, nuestra idea es seguir con las dos propuestas», garantizan.

Pan Pal Barrio elabora panes con fermentación natural a precios accesibles ($ 120 el pan de campo) y también panes de molde elaborados con levadura industrial (pack de cinco a $ 380).

El secreto de la casa, además de la dedicación de esta pareja (que se conoció haciendo pan) es utilizar ollas de hierro fundido para hacer sus delicias. «Eso genera un microclima que hace largar el azúcar y le da esa corteza doradita al pan», revela la emprendedora.

«El pan es algo básico, estamos en un boom del de masa madre, pero estamos convencidos de que tiene que ser accesible para todas las mesas y que la gente se alimente mejor», concluye.
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