Empresarios locales revelan expectativas y preocupaciones de cara al segundo mandato de Tabaré Vázquez. Hay coincidencia con la continuidad de la política macroeconómica

En el amanecer del segundo gobierno de Tabaré Vázquez, los empresarios aguardan las primeras definiciones ejecutivas para calibrar el curso de acción en esta nueva etapa. De antemano, la percepción revela algunas de las expectativas y preocupaciones de los hombres de negocios. Del análisis surge que mientras la continuidad en la política macroeconómica es un aspecto aceptado y esperable tras 10 años de crecimiento, existe inquietud ante la pérdida de competitividad, la conflictividad laboral, el déficit fiscal, la inseguridad y la crisis educativa.

"En este gobierno que pasó he invertido de forma importante y seguiré en la misma línea", adelantó Alejandro Bulgheroni, presidente y CEO de Agroland, firma dedicada al sector agrícola y forestal en Uruguay. Bulgheroni, el hombre más rico de Argentina según la revista Forbes y con diversos negocios de este lado del Río de la Plata, mantuvo varios encuentros con el expresidente Mujica durante su administración.

Su expectativa ante el nuevo gobierno es que "se continúe con todas aquellas cosas buenas que se hicieron durante estos años y que se hagan las que no se hicieron".

En el balance, Bulgheroni señaló que el gobierno de Mujica tuvo aciertos como "el empuje a la inversión que ha sido muy importante" y cosas negativas como el problema de "los costos internos en dólares que han hecho perder competividad no solo en el aumento del dólar, sino en la baja productividad de la gente".

Ernesto Kimelman, director del estudio de arquitectos Kimelman Moraes, manejó un concepto similar. "La falta de competitividad no se reduce solamente a la relación monetaria, hay un tema de productividad", aseguró. Al respecto, marcó que la alta demanda de mano de obra en el sector durante los últimos años llevó a que incursionara "una cantidad de gente que viene de otras industrias, por tanto no tiene el expertise necesario".

Según el empresario, en este escenario y luego de dos períodos de crecimiento, "hace un par de años se instaló una expectativa negativa que en muchos casos, y especialmente en la construcción, ha oficiado de freno a nuevas inversiones".

"Hay muchos empresarios del sector que son pesimistas respecto de lo que está ofreciendo y planteando el mercado", analizó Kimelman. A esta percepción contribuye el impacto que está teniendo en Punta del Este "la situación de Argentina, el convenio de intercambio de información (tributaria) y las oportunidades inmobiliarias que han surgido en otras partes de la región".

La inseguridad y la conflictividad laboral son otros temas que le preocupan al empresario de cara a los próximos cinco años.

Pablo Brenner, vicepresidente de Innovation en la tecnológica Globant, ubicó a la conflictividad laboral como un tema a atender por parte del flamante gobierno. "Quizá el péndulo se fue un poco para el otro lado y me imagino que el gobierno va a tratar de equilibrar dentro de lo posible", afirmó.

Sobre la economía, el ejecutivo no espera grandes cambios en la política macro, aunque sí un enfoque más abierto a la integración con mercados fuera de la región.

A su vez, coincidió con el reclamo generalizado en la clase empresarial de mejorar la infraestructura del país, como las rutas. "Hoy en día en ciertas áreas de infraestructura habría que apurar un poquito más el ritmo", pidió.

Brenner consideró que aplicar grandes reformas en educación va "más allá de la voluntad del presidente o del gobierno", por lo que no espera cambios profundos. Por el contrario, planteó que la meta del Ejecutivo debería estar en concretar "pequeños triunfos" como lo fue el Plan Ceibal.

Martín Guerra, empresario y socio director de inCapital, se define "optimista por naturaleza". Por eso, "cada vez que comienza un nuevo gobierno tengo fuertes esperanzas de que sea bueno", sentenció.

Para Guerra, el presidente Vázquez dio "señales buenas en el diseño de su primera línea de acción, en la designación de sus ministros" aún cuando "lo preocupante será como manejará la tensión con José Mujica".

Cómo lidiar con el gasto público volverá a ser un asunto central aunque desde bajo una óptica diferente a la de los últimos 10 años, advirtió. "Si en los gobiernos anteriores la discusión fue dónde invertir el espacio fiscal, ahora tendrá que discutirse cómo bajar el déficit fiscal". Y concluyó: "Me parece que hay que darle crédito al gobierno que se viene y apoyarlo con la convicción de que nos llevará a buen puerto".

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