Publicidad

Clara Laborde: "Nuestro diseño busca sorprender y romper con lo preestablecido"

Compartir esta noticia
Clara Laborde. Ceo de Estudio Monaqueda. Foto: L. Maine
Nota a Clara Laborde, diseñadora del Estudio Monaqueda, en su local de Saez 6415, Carrasco, Montevideo, ND 20190806, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

ENTREVISTA

La CEO de Estudio Monaqueda decidió cambiar el rumbo de la marca de ropa y enfocarse en el universo novias para volver a su esencia inicial, de algo más único y exclusivo. Sostiene que su principal desafío es mantener ese estado de novedad y reinventarse todo el tiempo.

Fundó Monaqueda a los 20 años con el afán de mostrar diseños propios y de otros autores nacionales. Sus prendas únicas y exclusivas dieron en el clavo y su desarrollo fue muy rápido. A los cinco años de apertura, la marca disponía de locales en Pocitos, Carrasco y Punta del Este. La evolución de Monaqueda fue de la mano del crecimiento personal de su creadora. Hoy, a los 32 años, Clara Laborde optó por cambiar el rumbo de su proyecto y enfocarse en el universo novias. Está casada, es madre de Juanita y disfruta de viajar, ver series y leer. Hija de un profesor de tenis, «nació una con una raqueta en la mano» y de adolescente compitió en torneos internacionales representando al país.

Monaqueda nace como tienda de ropa casual y de fiesta. Pero, hace un tiempo, se enfocó en novias. ¿Por qué se produjo el cambio?

Diseñé mi primer vestido de novia en el 2016. Mi cuñada se casaba y un día charlando me ofrecí a hacerlo, sin pensarlo mucho. Cuando compartimos sus fotos en las redes, empezaron a llamarme otras chicas que se casaban en 2017 y querían que les hiciera el suyo. En ese año elaboré unos ocho vestidos y el siguiente 40. Fue ahí que tuve que decidir qué hacer. Eran muchas novias y con los locales era demasiado. A su vez, estaba un poco aburrida, eran muchos años haciendo lo mismo y quería enfocarme en algo nuevo.

Era una marca establecida, con más de una década de existencia. ¿Cómo fue ese proceso de cambio?
Todos me decían que no podía dejarla, porque funcionaba muy bien esa línea de negocio. Era una locura, pero mi cabeza ya estaba puesta en otro lado. Así que cerré los locales y me quedé solo con el de Carrasco. Nos estamos transformando en Estudio Monaqueda, un espacio que tiene el 360° de novias: vestidos ready to go, hechos a medida, ropa de niños para el cortejo, zapatos de producción propia y también vendemos tocados y accesorios. A su vez, vamos a trabajar en colecciones «cápsula», con vestidos de fiestas para las hermanas de la novia o prendas de lino para la luna de miel. Quise volver a lo que era Monaqueda al comienzo, algo más exclusivo y único.

Y centralizarlo todo en el local de Carrasco.
Sí, con las novias no se necesita tener muchos locales. Si les gustan tus vestidos, van a venir a acá. Además, la atención es mucho más personalizada.

¿La ecuación de ingresos y egresos hoy es positiva?
Sí, es un negocio que se sustenta solo y da ganancia. Esa fue una de las condiciones para evolucionar de Monaqueda a Estudio Monaqueda. 

La línea de vestidos listos se incorporó el año pasado. ¿Por qué apostó a esta modalidad?
Tenemos tres líneas: la minimalista, boho y fusión u2014que mezcla varios estilosu2014. Pensamos incorporar una nueva, la romántica. Surgió porque cuando me casé quería un vestido pronto y acá no encontraba. En Uruguay no se estila mucho y mundialmente es un modelo de negocio que funciona un montón, casi nadie se hace a medida. «¿Por qué acá no?», pensé. Creo que porque es un país chico, la gente se conoce y nadie se quiere casar con un vestido que se casó una amiga o alguien conocido. Por eso, está bueno poder encontrar tu vestido listo, pero que al mismo tiempo sea único. Nosotros no desarrollamos dos iguales. Si hay uno liso que te gusta, se puede agregar un bordado, una moña y se personaliza. Está pronto, pero es un poco a medida.

No me inspiro en vestidos de novia para crear mis prendas"

Clara Laborde. Ceo de Estudio Monaqueda. Foto: L. Maine
Clara Laborde

","

Su estilo es muy característico y rompió con los estereotipos clásicos de vestidos de novia. Por ejemplo, diseñan trajes de novia con pantalones. Atendemos a novias con mucha personalidad, vanguardistas, descontracturadas, relajadas. Se animan un montón. Entonces, seguro se casarían con pantalón, porque es canchero y más cómodo. Nuestro objetivo es romper con lo preestablecido, tratar de sorprender sin que dejen de ser novias.

Entonces, ¿cómo define a la novia uruguaya?
Pasa que empiezan a buscar referencias, miran el plano internacional y no encuentran nada que les convenza. Y es porque tienen otra onda, son relajadas, son prácticas, auténticas, cómodas. Al contrario de lo que la gente piensa, de que en Uruguay es todo gris, todo chato, en las novias con las que trabajo no veo eso. Son re originales. Saben que quieren ser distintas al resto y ser recordadas. Es re importante que vayas a un casamiento, veas a la novia y que al otro día te acuerdes de lo que tenía puesto. Nunca va a poder gustarle a todo el mundo, porque no es lo que importa, sino que a ella le guste, pero intentamos buscarle esa vuelta de tuerca que la refleje y que al otro día al hablar de su indumentaria la gente comente «era tan ella».

¿Dónde nace su inspiración?
Miro muchos desfiles. Y me gusta ver cosas que no sean de novias. No me inspiro en vestidos de novia para mis diseños, porque justamente ahí es donde uno puede caer en que queden cosas «copiadas». Disfruto de seguir tendencias e ir tomando cosas de cada pieza. Diseño mucho como en collage. Si mirás de dónde parto, verás que el resultado final es bastante distinto.

Clara Laborde. Ceo de Estudio Monaqueda. Foto: L. Maine
Clara Laborde. Ceo de Estudio Monaqueda. Foto: L. Maine

","

¿Evalúa lanzar una línea para quinceañeras?
Me escriben pila de quinceañeras, pero por el momento no. Si lo lanzara tendría que ser algo separado del estudio. Lo que aprendí en estos años de Monaqueda es que uno no puede perder su foco y a veces, por tratar de hacer mucho, se empieza a alborotar todo. Además, son cosas distintas, lo único que tienen en común es que es que el vestido es blanco, y no siempre.
Están en etapas distintas de desarrollo, alguien de 15 años tiene otras inquietudes, su cabeza es otra y se diseña mucho con la madre. Por eso los perfiles son tan diferentes.

¿Cuánto valen sus modelos?
$ 20.000 y $ 50.000 y en el caso de que se quieran hacer modificaciones se cobra aparte. Un vestido a medida para el 2019 sale aproximadamente unos $ 45.000 de hechura más telas. Los precios están descriptos en nuestra web y así quien esté interesada puede saberlos sin tener que venir a una entrevista, hablar una hora y recién al final descubrirlos o en algunos casos tener que rechazarlos por exceder su presupuesto. Creo que es más práctico, cómodo, tanto para la novia como para mí.

¿Cómo se compone hoy la empresa?
Hay dos vendedoras en el estudio y una encargada de las redes sociales y comunicación. Yo diseño las prendas y luego trabajamos u2014de forma independienteu2014 con cinco modistas de alta costura.

¿Qué rol juega las redes sociales en su negocio?
Nosotros nos focalizamos en las redes sociales 100%. Hoy en día no solo buscamos dar un vestido, sino contenido de valor a las novias. Por eso lanzamos charlas de diversos temas, tenemos un blog donde publicamos notas de tendencias o de novias que se vistieron con nosotros, recomendaciones, y también un podcast. Nos pasa mucho que las personas se comunican para preguntarnos cosas. Hay un montón que no se hacen el vestido conmigo, pero me preguntan qué tela usé para tal novia, por ejemplo. Yo respondo todo.

¿Cuál diría que es el principal desafío que tiene el negocio?
Es mantener este estado de novedad. Hay que lograr reinventarse todo el tiempo. Y el otro grande es que cada prenda sea distinta. Cuando me piden algo similar a otra novia, tengo que lograr que se diferencien, que mantengan su impronta y no se choquen.

120

Es el número de vestidos que proyecta realizar en este año. Esta cantidad significa un incremento de producción del 300% respecto al 2018.

","

¿Qué factores afectan la rentabilidad de la empresa?
Los impuestos son un tema y los costos fijos otro. Obvio que la gente no lo ve, sino que se fija en el precio y listo. Pero mientras que la mayoría de mis colegas atienden en su casa, yo tengo un local físico con muchos gastos. Tengo que pagar, luz, agua, sueldos, impuestos y los costos de las tarjetas de crédito.

¿Por qué optó por tener un lugar físico?
Tiene muchas cosas positivas. Quería tener mi estructura, no atender en mi casa, porque mi idea era tener un concept store de novias. Podés venir al local, ver lo que hay, probarte un vestido, zapatos y tocado todo al mismo tiempo. Mi idea siempre fue esta y ojalá el día de mañana pueda ser un local más grande con más opciones. Que la novia pueda venir el día de su casamiento y prepararse acá si tiene ganas...

¿Cuál es su nivel de producción?
Tenemos unos 40 vestidos prontos que se van reponiendo y, además, los vestidos a medida. En 2018 produjimos unas 40 prendas de novias y este año sumaremos 120.

El crecimiento de la marca hoy es a través de los vestidos prontos"

Clara Laborde. Ceo de Estudio Monaqueda. Foto: L. Maine
Clara Laborde

","

¿Cómo planea crecer?
Atiendo a la cantidad de novias que puedo abarcar. Con la estructura que tengo, no puedo hacer mucho más de lo que hago en la actualidad. Yo soy la que diseña y, por más que contrate a un equipo, tengo que estar. Por eso, es difícil escalar el negocio. Lo más escalable por el momento es con los vestidos ready to go y es por el lado que pienso crecer. Hoy mi foco está en Uruguay, pero a largo plazo evaluaré la posibilidad de exportar mis prendas a casas de novias de afuera.

¿Tiene algún país en mente?
Hay varias marcas en EE.UU. que van mucho con nuestra línea y espíritu. Otro nicho sería España.

"No me dedico a arreglar vestidos comprados afuera"

Las tiendas locales ahora deben enfrentar el boom del e-commerce. ¿Cómo lidian con esta modalidad de compras?
Por el momento no siento que me compiten. Sí nos llaman a veces porque se compraron un vestido afuera y quieren arreglárselo, pero no me dedico a eso. Creo que el vestido de novia es muy personal y, si bien te lo podés encargar por Internet, sin probártelo es algo muy difícil. No es como encargarte un jean que, si no te gusta o no te queda, lo almacenás o revendés. Es tu vestido de novia. Acá vienen se lo prueban conmigo, lo arreglamos, les propongo ideas de diseño sobre ese vestido. No es solo hacer una compra, es todo una experiencia. Mantengo una relación muy cercana con cada una y me re encariño con ellas. Es un día muy especial y el vestido es algo muy importante.

¿Cuál es entonces tu principal competencia?
Si hay alguien que no se identifica con mi estilo, ese es mi principal competidor. Tengo una identidad marcada, pero me adapto a diseñar lo que la novia desee y siempre cuido que refleje su personalidad.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad