De la mano de la realidad aumentada, el Big Data y la robótica, la tecnología se convierte en un jugador relevante en el fútbol.
La Copa Argentina, al igual que la FA Cup, la Copa de Italia o la del Rey en España, suele mostrar historias de David y Goliat. Y es de manual que las notas previas que los periodistas realizan a los más débiles muestran a jugadores que a la mañana son panaderos o recolectores de residuos y a la tarde entrenan.
Sin embargo, algo cambió en el partido River-Atlas del pasado martes. El club del reality en Fox Sports salió a contar una historia diferente.
Aliado a la consultora especializada en transformación digital Practia Global (con presencia en Uruguay), Atlas ofreció a los espectadores que colmaron el Padre Martearena la primera experiencia de realidad aumentada en un estadio de América Latina. En sencillo, vivieron lo más parecido al Pokémon Go. Los concurrentes pudieron disfrutar de lo que suelen hacer cuando miran el partido por TV: ojear la segunda pantalla. Por ejemplo, la herramienta desplegaba información turística sobre Salta (donde se jugó el partido) así como datos sobre los jugadores y los equipos.
En la previa, Practia desarrolló otra app de realidad virtual 360, y utilizaron herramientas de neurociencia para achicar un poco la enorme diferencia de categoría de ambos planteles.
¿Qué indica esto? Sencillo. La tecnología en el deporte es un camino de ida. Esta historia es en realidad un eslabón más de un collar que se va construyendo paso a paso.
El TSG Hoffenheim es un club alemán que estuvo a punto de irse al descenso, y en una remontada increíble clasificó para jugar la Champions.
Tiene el mote del club 2.0 debido a su tecnológica manera de entrenar y afrontar los partidos. Sus armas secretas son: a) Dietmar Hopp, presidente de la institución desde 1990 (lo tomó en la cuarta división), es cofundador y socio de la firma de software SAP; b) Julian Nagelsmann, su técnico, tiene 29 años, ergo, es un millennial; y c) utiliza a pleno el Big Data, al punto que los jugadores llevan chips en sus medias que envían datos en tiempo real a los entrenadores. En una hora de práctica se recogen más de 70 millones de registros.
Pero hay más. «Footbonaut» es una máquina revolucionaria creada por el alemán Christian Guttler, que ellos incorporaron hace cuatro años a los programas de entrenamiento de todas sus categorías. La jaula robótica de 14 metros cuadrados está integrada por 72 paneles luminosos. Al Hoffenheim se suman el Dortmund y la Aspire Academy de Qatar, donde la utiliza la selección que será la anfitriona del Mundial 2022.
Cabe preguntarse si será el tiempo que los nerds se empiecen a poner los «cortos» para salir más seguido a la cancha.
(*) Periodista especializado en empresas y marketing deportivo.
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