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Un cambio gradual: la "economía del clima" entra en terreno desconocido

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Cambio climático

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Negociaciones viran hacia la adaptación climática: inversiones para minimizar pérdidas que ya se estima que sucederán y en nuevas startups que van tras un mercado emergente en el cuidado del planeta

Fue un período de cambio abrupto, rápido y repleto de cataclismos inimaginables: inundaciones bíblicas, incendios que destruyeron bosques enteros y variaciones de temperatura nunca vistas. Los climatólogos lo conocen como el «Dryas Reciente» y ocurrió al final de la última era glacial, hace unos 12.800 años. Luego de esa turbulencia extrema -hay teorías que se la adjudican al impacto del cometa Clovis en Norteamérica- los humanos dejamos de ser cazadores-recolectores y empezaron a surgir las primeras grandes civilizaciones.

El límite de 1,5 grados celsius (°C) que se fijó en el acuerdo de París para no superar el aumento de temperatura con relación a los valores de la era preindustrial tiene que ver con esto: la temperatura en la Tierra fluctuaba mucho hasta el Holoceno, donde se estabilizó en dos grados de variabilidad. Salir de ese «corredor» (para usar un término del economista sueco Axel Leijonhufvud) implica un viaje a lo desconocido, ir a una era donde en el pasado no había civilización.

Para el experto en clima Johan Rockström, también sueco, salir de este corredor de dos grados nos pone en «territorio desconocido», coincide. Rockström cobró notoriedad hace 10 años, al dirigir un grupo de 25 científicos que estableció nueve «límites planetarios»: mojones que delimitan un ámbito de actividad seguro para los seres humanos respecto de la resiliencia de la biósfera; en otras palabras, establece la capacidad de la biósfera para recuperarse de las perturbaciones (ocasionadas principalmente por actividades humanas) y regresar a una situación estable.

Elisa Belfiori, experta en esta agenda y directora de la carrera de Economía Empresarial en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).

"A esta altura creo que ya se descuenta que será muy difícil llegar a la meta de no calentar el planeta más de 1,5 grados como se propuso en el acuerdo de París"

¿Qué fue lo más importante que pasó en 2022 para la «economía del clima»? Hay noticias malas y otras no tanto. Entre las primeras: «A esta altura creo que ya se descuenta que será muy difícil llegar a la meta de no calentar el planeta más de 1,5 grados como se propuso en el acuerdo de París», explica Elisa Belfiori, experta en esta agenda y directora de la carrera de Economía Empresarial en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).

Esto implica que está cambiando el foco de las inversiones y de las políticas.

Hasta ahora la mira estaba puesta en la mitigación: reducir las emisiones de carbono. Descontando que no se bajaron, las negociaciones empiezan a virar, por un lado, hacia la adaptación climática: inversiones para minimizar las pérdidas que ya se descuenta que sucederán por shocks climáticos, y quiénes las financiarán.

«Acá se juega el clásico litigio por el cual los países en desarrollo pretenden que los países ricos se hagan cargo, porque son los principales responsables del stock emitido. El Fondo Verde del Clima es hoy el mecanismo para ese flujo de fondos», añade Belfiori.

Cambio climático
Negociaciones. Empiezan a virar, por un lado, hacia la adaptación climática: inversiones para minimizar las pérdidas que ya se descuenta que sucederán.

Una de las novedades del año en este terreno, surgida del COP 26 y luego del COP 27, es el concepto de un «Fondo de Pérdidas y Daños». El reclamo de financiamiento ya no es sólo para prevenir daños (adaptación), sino además para reconstruir los destrozos que ya se anticipa que ocurrirán. Una suerte de reclamo indemnizatorio de países perjudicados por shocks climáticos a las naciones más responsables.

El otro emergente de esta toma de conciencia de que la meta de 1,5 grados será muy difícil (sino imposible) de alcanzar es el surgimiento con más fuerza de proyectos de captura de carbono, dado que ya no alcanza con bajar emisiones (reducir el flujo), sino que hay que absorber carbono ya emitido de la atmósfera (el stock). Hay formas naturales de hacerlo, como la captura de dióxido de carbono a través del suelo, bosques, selvas y océanos. Y hay tecnologías y startups, como Global Thermostat de la economista argentina de la Universidad de Columbia, Graciela Chichilnisky. Vivid Economics estima que la industria de captura de carbono crecerá hasta US$ 1,4 billones al año en 2050.

Recursos que fluyen

Hablando de cataclismos y cambios abruptos, no será de la magnitud del «Dryas Reciente», pero este fin de 2022 trajo, junto con la baja generalizada de los mercados, noticias muy malas para varias de las tecnologías que estaban en pleno «boom» de expectativas poco tiempo atrás, como el metaverso, el mundo cripto o los vehículos automanejados, por citar algunas de las principales avenidas de cambio.

COp 27
COP 27. El presidente de EE.UU., Joe Biden, habló durante la ultima connferencia del cambio climático. (Foto: AFP)

¿Qué pasó con los fondos de riesgo y las iniciativas de clima? «Probablemente haya sido el área menos afectada por la crisis global de mercados», cuenta Alexis Caporale, un ingeniero argentino que integra el equipo principal del World Fund, uno de los fondos privados de clima más grandes del mundo, con sede en Berlín. «Pudo haber algún proceso de inversión algo demorado, pero el dinero para este sector sigue fluyendo, ya se hicieron decisiones a nivel político muy alto y la cantidad de ideas que estamos evaluando es enorme», agrega Caporale.

De 135 fondos globales con foco en la descarbonización que sigue New Climate, este año se contabilizaron US$ 151.000 millones de nuevo capital levantado. Esos mismos fondos tienen reservas en efectivo para desplegar (en la jerga financiera, dry powder: polvo seco) de US$ 300.000 millones.

Nuevo tema de discusión política

Para Alexis Caporale, del World Fund, 2022 «fue el año en el que el cambio climático entró en la esfera de la alta discusión política». «La guerra entre Rusia y Ucrania y las tensiones con China aceleraron los procesos de transición energética, están en disputa recursos estratégicos para esa transición», explicó. En las principales elecciones del año (presidenciales de Brasil o las de medio término en EE.UU.), la cuestión climática fue por primera vez un aspecto clave para los partidos. «No digo que definan una elección (...), pero sí la política hacia el clima pasó a ser parte de la identidad que los candidatos perfilan con nitidez hacia sus votantes», añadió.

Réplica del mamut, un animal extinto. Foto: Pixabay

Inversión de US$ 70 millones para clonar mamuts

En materia de startups e iniciativas privadas, esta «toma de conciencia» de los riesgos y de las dificultades para llegar a las metas hizo que cambie el eje hacia proyectos más radicales: menos reciclaje (sigue aumentando la producción y el consumo de plásticos) y más exploración en biomateriales, por ejemplo. Y algunos casos de ciencia ficción, como la inversión de US$ 70 millones que recibió el científico y celebridad George Church para su empresa Colossal Biosciences, con aportes que llegaron desde ámbitos tan variados, como el productor de la película Jurassic World o Paris Hilton. Colossal aspira a que miles o millones de mamuts lanudos
-recreados genéticamente- vivan en Rusia, Alaska y Canadá en un futuro y ayuden a mantenernos en el «corredor» de la variación de temperaturas de dos grados, para evitar percances como el del «Dryas Reciente».

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