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De batallar por su país a enriquecerlo

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Éxito. Wang cree radica en haber llevado a la empresa la disciplina marcial. (Foto: EFE)

El millonario chino Wang Jianlin es un ejemplo de las transformaciones que tuvo el gigante asiático

Wang Jianlin, flamante accionista del Atlético de Madrid es un ejemplo de los cambios vividos en China en los últimos 30 años. Se alistó en el Ejército de adolescente y soñaba con ser general, pero acabó como uno de los hombres más ricos del país.

Propietario desde 2014 del emblemático Edificio España madrileño, que adquirió al Banco de Santander por 265 millones de euros, y principal esperanza para poder resucitar el malogrado proyecto de casinos Eurovegas, Wang ha convertido a la capital española en uno de sus grandes trampolines para internacionalizar sus negocios.

Hijo de un comandante militar que luchó junto a Mao Zedong en la revolución que triunfó en 1949, Wang, de 60 años, quiso de adolescente seguir los pasos de su padre, pero cambió el fusil por el ladrillo y se enriqueció en el sector inmobiliario, como muchos de los actuales millonarios del país.

Wang es el presidente de Dalian Wanda Group, gigante inmobiliario fundado en 1988 y que en China da nombre a una conocida cadena de karaokes, a otra de salas de cine, a grandes y lujosos centros comerciales o incluso, durante los años 90, al que entonces era el mejor equipo de fútbol chino, todo ello propiedad del magnate.

El millonario posee un patrimonio de más de US$ 25.000 millones, según cifras de finales del pasado año, lo que le colocaba en el puesto 101 de la lista de grandes fortunas del planeta, y su empresa domina el sector del entretenimiento de 71 grandes ciudades del país.

Su nombre empezó a sonar mucho fuera de China ya en 2013, cuando adquirió la operadora de cines estadounidense AMC Entertainment (con 5.000 pantallas en Norteamérica).

El séptimo arte es sin duda una de sus grandes pasiones y objetivos financieros. En 2013 inauguró en el puerto chino de Qingdao la Ciudad del Cine Oriental, un enorme complejo de estudios y hoteles que quiere convertir en una versión asiática de Hollywood.

Tal vez ese amor por el cine está detrás de otra de sus mediáticas compras el año pasado: la mítica fábrica británica de yates Sunseeker, conocida sobre todo por suministrar los barcos que James Bond usa en sus películas.

Su primer coqueteo con España fue en el mundo del arte, cuando Wang se convirtió en el primer ciudadano chino en poseer un cuadro del pintor español Pablo Picasso, que adquirió por US$ 28 millones en una subasta en Nueva York, a finales de 2013.

La fortuna de Wang, dicen los que le conocen, nació de su gran habilidad para regatear, de la rapidez con la que completa sus obras, y de su mano izquierda con los políticos chinos. Pero él asegura que el gran secreto de su éxito es haber sabido llevar a su empresa la disciplina marcial que él recibió durante sus 16 años en el ejército.

El empresario admitió que no haber llegado a general es una espina clavada. Tras la muerte de Mao, Wang y su padre pasaron a la reserva a mediados de los 80. La nueva China ya no necesitaba que lucharan por el país, sino que lo enriquecieran, y el joven soldado obedeció. (EFE)

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Éxito. Wang cree radica en haber llevado a la empresa la disciplina marcial. (Foto: EFE)

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