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Aún cuesta sacar el teléfono para pagar

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Recompensas. Starbucks tiene un programa que premia los pagos con su app.
Linda Thomas

En EE.UU. los pagos móviles solo representaron el 0,2% de las ventas de las tiendas el año pasado.

Sammy Yuen, diseñador gráfico que vive en Upper West Side de Manhattan, estaba haciendo cola para pagar en la tienda Whole Foods una mañana. Había usado la aplicación Starbucks en su teléfono para ordenar su café de antemano y después compró los artículos en Whole Foods con Apple Pay, poniendo su iPhone frente a la caja registradora. Usar el teléfono de esta manera se ha vuelto cosa de rutina para Yuen. Pero él es casi una excepción.

Los bancos, las compañías de tecnología y los comerciantes están dedicando grandes sumas de dinero a construir sistemas y aplicaciones que permitan pagar con el teléfono en las tiendas, donde se lleva a cabo el grueso de las transacciones de venta al menudeo. La esperanza es que los teléfonos hagan que los pagos sean más eficientes y, al mismo tiempo, les den a los bancos y las tiendas más información sobre los hábitos de compra del cliente. Los fabricantes de teléfonos y de software, como Apple, Google y Samsung, están involucrándose en los sistemas de pago móviles para hacer que sus productos sean más útiles y atractivos. Pero el uso de esta forma de pago está ocurriendo muy lentamente.

Una fracción diminuta de ventas en tiendas se hace con el teléfono. En EE.UU. se pagaron así compras por US$ 8.700 millones en 2015, según un sondeo de eMarketer, una empresa de investigación. Eso es apenas un 0,2% del estimado de US$ 4,35 billones en ventas en tiendas el año pasado. Sin contar las compras hechas con la muy difundida aplicación de Starbucks, la cantidad de pagos móviles probablemente estaría muy por debajo, aseguran expertos de la industria de pagos.

Otros clientes que salieron de la tienda Whole Foods esa mañana dieron varias razones para no haber pagado con el teléfono. A la mayoría le preocupa la seguridad de las transacciones y aún más, la posibilidad de perder el teléfono y de que otra persona tenga acceso a sus datos financieros. También dudaron de que sea mucho más ágil que pagar con tarjeta. El mismo Yuen aseguró que «es más rápido pasar la tarjeta».

Y quienes activan una forma de pago, como Apple Pay, no necesariamente la utilizan mucho. Solo 15% de las personas que la han probado dijeron usar el servicio más de una vez al mes, según una encuesta de enero llevada a cabo por First Annapolis, una empresa de investigación y consultoría de pagos electrónicos.

Apple asegura que el uso de Apple Pay se aceleró de forma significativa en la segunda mitad de 2015, frente al primer semestre de ese año. La compañía no explicó cómo mide el uso.

Y hay muchas aplicaciones que rivalizan por la atención de los consumidores, lo que impide que una se imponga, al menos por ahora.

Terminales y seguridad.

Enfrentadas al poco entusiasmo por el pago móvil, las compañías están buscando la forma de generar algo de emoción.

Samsung ha tomado medidas tecnológicas que aumentan de manera sustancial el número de lugares en el que puede usarse su servicio, Samsung Pay. Muchas formas de pago por teléfono requieren de tecnología de comunicaciones de campo cercano. Pero eso no existe en las viejas terminales de pago que leen la cinta magnética de las tarjetas. Sin embargo, Samsung Pay puede usarse en cualquier tipo de terminal. Los servicios rivales de pagos móviles de Apple y Android no funcionan con los aparatos viejos.

Pero la ventaja de Samsung podría no durar mucho tiempo, pues está creciendo el número de terminales de comunicaciones de campo cercano.

Las firmas también podrían tratar de fomentar la adopción de esta tecnología enfatizando que pagar por teléfono puede ser más seguro que usar una tarjeta. Por ejemplo, la identificación por huella dactilar y las contraseñas pueden hacer casi imposible que un ladrón use un teléfono robado para pagar alguna mercancía.

Los servicios de pagos como Android Pay, Apple Pay y Samsung Pay usan una tecnología que permite que el teléfono haga un pago con tarjeta de crédito sin enviarle al sistema de pagos de la tienda los detalles de la tarjeta. Eso hace que sean mucho más seguros.

Muchos especialistas en la materia aseguran que para que despeguen los sistemas de pagos móviles habrá que reducir el costo a las tiendas. Así, las tiendas podrían ofrecer beneficios a sus clientes por usar el teléfono para pagar, como podrían ser los programas de recompensas. Esta es una de las razones de la increíble popularidad de la aplicación de pagos de Starbucks.

De todos modos, el infrecuente uso de los pagos móviles no presagia nada bueno. Las tarjetas de crédito y débito, por más inconvenientes que tengan, son fáciles de cargar y, en general, rápidas de usar. «¿Qué pasa si mi teléfono se queda sin batería?», comentó Tyriek Good, residente de Harlem al salir de Whole Foods. «No quiero acostumbrarme a esto». (Fuente: The New York Times)

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