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Artesanas checas hacen decoración navideña que resiste a la competencia de China

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Productos de decoración navideña. Foto: Archivo El País.
Larronda, Antonio

NEGOCIOS

La empresa Vanocni Ozdoby exporta casi un 80% de su producción; su desafío es crecer a nivel interno

Una cooperativa fundada hace casi 90 años en el noreste de la República Checa produce de forma artesanal decoración navideña de cristal y resiste a la competencia asiática que invade los mercados con una producción más barata y de menor calidad.

La empresa Vanocni Ozdoby (Decoración Navideña, en checo) emplea a 120 trabajadoras, en su gran mayoría mujeres, que generan unos 80.000 adornos para árboles de Navidad.

En el pasado, la cooperativa llegó a exportar hasta un 95% de su producción, sobre todo a EE.UU., Canadá, Francia e Italia, pero ante la fuerte presión, sobre todo china, ese porcentaje bajó a cerca del 80%, y sus ventas al exterior van sobre todo a Suiza y Austria.

La mayoría de las empleadas de Vanocni Ozdoby han pasado su vida laboral y aprendieron desde cero este oficio. «Aprender a soplar (cristales) dura entre dos y cinco años», cuenta Regina Jácklová, jefa de producción de la planta de Dvur Kralove, una de las dos de la cooperativa. A partir de tubos de vidrio, las artesanas moldean el cristal al fuego, para luego soplar y lograr esferas de una precisión milimétrica. Tras impregnarse, las decoraciones -bolas, campanas y todo tipo de figuras- pasan luego por un horno, en el que adquieren diversos efectos.

«Fabricamos 80.000 clases de productos con 600 tipos de gamas de color y cada gama en seis efectos, como porcelana, mate, metalizado o terciopelo», explica Ruzena Secka, presidenta de la cooperativa. «Logramos hacer todo de cristal, cualquier figura o animal», asegura y recuerda los populares pepinillos que cuelgan del árbol navideño en EE.UU. por considerar que traen suerte o las figuras pintadas en negro para el mercado holandés.

El proceso no contiene automatización y exige grandes habilidades manuales, lo que hace que la empresa tenga problemas de encontrar nueva mano de obra entre los jóvenes, «que prefieren trabajar en una oficina», afirma Secka.

La cooperativa trata de sortear los obstáculos locales e internacionales del sector donde despunta la competencia china, que vende más o menos lo mismo, pero en plástico o cristal industrial. Así, los asiáticos han logrado arrebatar a los checos gran parte del goloso mercado estadounidense. «Los mercados extranjeros son los mismos que antes pero en el pasado exportábamos a EE.UU. por unos dos millones de euros, y hoy si les vendemos por 40.000 euros ya estamos contentos», reconoce Secka.

De un total de 1.500 trabajadores y 16 fábricas, todas en el norte y este de Bohemia, las cifras bajaron drásticamente en los últimos 20 años. Así las cosas, las mujeres de Bohemia logran mantener un precio inferior a los 1,8 euros (US$ 2) por bola navideña de cristal.

Aparte de la competencia china, otro problema es la mejora de las condiciones de trabajo en el país centroeuropeo y los competidores regionales con costes de mano de obra mucho más bajos.

El desafío está ahora en apostar más por el mercado nacional, al que actualmente destina sólo el 13% de su producción. Otra estrategia pasa por convertir el producto artesanal en «una vivencia», con excursiones de colegios y visitas guiadas, cuenta Regina Jáklová, cuya familia ha estado vinculada a la cooperativa desde sus inicios en 1931.

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